Nuri al-Maliki se aferra al poder y despliega tropas tras ser destituido del cargo de primer ministro
12 de agosto de 2014 (09:36 h.)
Redacción Atalayar
Foto: Nuri al-Maliki se aferra al poder tras haber sido destituido del cargo de primer ministro por el presidente de Irak.
La situación política en Irak, un país destrozado por el terrorismo yihadista y los conflictos religiosos y tribales, se ha deteriorado notablemente en las últimas 24 horas. El primer ministro, Nuri al-Maliki, que fue destituido este lunes por el presidente iraquí, Fuad Masum, y sustituido por el también chií Haider al-Abadi, que era vicepresidente del Parlamento, se opuso a la decisión. El dirigente iraquí desplegó tropas de élite en Bagdad y aseguró que piensa aferrarse al poder y querellarse “ante la Corte Federal contra el presidente de la República por violar la Constitución y dar más importancia a sus intereses personales que a los del pueblo iraquí”. Al-Maliki dijo también que no renuncia a un tercer mandato, a pesar de no ser un hombre de consenso para Estados Unidos y Europa. Parece bastante probable que la destitución de Al-Maliki contó con la aprobación de Washington, que busca un político que sirva sus intereses geoestratégicos en Irak y genere un mayor consenso y unidad en la población chií y suní. Al-Abadi no lo tiene fácil, porque le toca formar ahora un nuevo ejecutivo que corresponda a los intereses de la Alianza Nacional, la principal coalición chií del país, pero tenga en cuenta los deseos de otros grupo sociales y consiga el apoyo de Estados Unidos y otras potencias. Al-Maliki no piensa quedarse con los brazos cruzados. Tiene el apoyo de algunos militares y de varias milicias chiíes, que han incrementado sus patrullas en Bagdad y sus alrededores. Al-Maliki trataba de formar un gobierno pese a la oposición de suníes, kurdos y algunos chiíes. Varios clérigos chiíes del país y las potencias occidentales presionaron a los políticos para superar este estancamiento y formar un nuevo ejecutivo de unidad frente a la insurgencia yihadista.
Unidad contra la “barbarie”
Irak es un país estancado políticamente desde que se celebraron elecciones legislativas el pasado mes de abril, y los avances de grupos yihadistas como el Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL) son imparables. Ni siquiera los rebeldes kurdos han conseguido frenar a los yihadistas, que siembran el terror y la muerte por donde pasan. Haider al-Abadi apeló a la unidad de “todos” para luchar contra la “barbarie” de las milicias yihadistas que en los últimos días lograron importantes avances en la zona norte del país frente a las fuerzas kurdas. Las palabras de al-Abadi coinciden con los deseos expresados por el presidente Obama de que en Irak se forme un gobierno de unidad que termine con el sectarismo del que se ha acusado a Al Maliki. “Tenemos que cooperar todos para estar firmes contra la campaña terrorista lanzada en Irak y frenar a todos los grupos terroristas”, dijo el nuevo primer ministro en unas declaraciones emitidas por la televisión estatal poco después de que el presidente Fuad Masum le encargase formar gobierno. Por otra parte, altos funcionarios estadounidenses aseguraron que la CIA comenzó a proveer armamento directamente a los kurdos para que hagan frente a los yihadistas del EIIL y otros grupos similares, según informó la cadena ‘NBC’. La CIA, según esa fuente, envió a los 'peshmerga' armamento variado, incluidas “armas pequeñas y lanzagranadas”. “Además, los ataques aéreos autorizados por el presidente Barack Obama continuarán para equilibrar las condiciones del enfrentamiento entre las fuerzas kurdas, superadas en armamento, y los combatientes del Estado Islámico”, aseguró la ‘NBC’. El movimiento de ayudar directamente a los kurdos muestra la preocupación de Obama ante los avances de los yihadistas en el norte de Irak y refleja la persistente visión de la Administración estadounidense de que los iraquíes deben tomar los pasos necesarios para resolver sus propios problemas a través de la unidad política. En este sentido, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, reafirmó el apoyo de Washington al presidente Masum, y exigió a Nuri al-Maliki que deje de ser un factor de inestabilidad política.