Obama y Putin, enfrentados en la ONU por el conflicto sirio

S.M./lainformacion.com/Agencias

Pie de foto: Tenso encuentro entre Obama y Putin Tenso encuentro entre Obama y Putin

Los presidente estadounidense Barack Obama y ruso Vladimir Putin abrieron el lunes un diálogo sobre Siria en la Asamblea General de la ONU, manteniendo sin embargo las acusaciones mutuas de impedir avances en la solución del conflicto. En un momento histórico, Obama pidió además al Congreso estadounidense levantar el embargo de su país contra Cuba ante la mirada del presidente Raúl Castro, quien participó por primera vez en la gran cita anual de la ONU en Nueva York y señaló sin embargo que "se anuncia un largo y complejo proceso hacia la normalización de las relaciones".

"Estados Unidos está preparado para trabajar con cualquier país, incluyendo Rusia e Irán, para resolver el conflicto" en Siria, afirmó Obama en el hemiciclo de la ONU, abriendo la puerta a un diálogo con Putin, con quien se reunió de manera bilateral por la tarde tras más de dos años de evitarse. Obama trazó sin embargo una línea roja al denunciar a aquéllos que apoyan a "tiranos" como el presidente sirio Bashar al Asad, un dardo directo contra Rusia e Irán por su apoyo militar al régimen de Damasco en esta guerra civil que lleva cuatro años y medio y ha dejado más de 240.000 muertos.

La respuesta de Putin, presente en una Asamblea General por primera vez desde 2005, no se hizo esperar: al subir al podio pidió una "coalición amplia" para luchar contra los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) y aseguró que el rechazo a cooperar con el gobierno sirio es un "error enorme". Esta coalición sería "parecida a aquélla contra Hitler" en la Segunda Guerra Mundial y los países árabes "tendrían un papel clave", afirmó Putin, que también coincidía por primera vez con Obama en la gran cita anual de la ONU. "Sería un error enorme no cooperar con aquéllos que combaten frontalmente al terrorismo. Debemos reconocer que nadie salvo las fuerzas armadas del presidente Asad combaten realmente al Estado Islámico y otras organizaciones terroristas en Siria", agregó.

Imágenes elocuentes de la enorme tensión entre los dos líderes

Ataques aéreos en Siria

Tras la reunión con Obama, Putin no descartó ataques aéreos de su país contra rebeldes yihadistas en Siria, aunque indicó que no piensa enviar tropas de tierra. "Estamos pensando en eso. No lo descartamos", dijo Putin al ser consultado sobre posibles ataques aéreos de Rusia para apoyar al ejército de Asad. "Pero si actuamos será solo respetando por completo las normas legales internacionales", agregó. "Reflexionamos sobre el modo de ayudar más al ejército sirio", continuó.

Putin negó en cambio que Rusia envíe tropas de combate a Siria: "En lo que concierne a las tropas de tierra, una implicación rusa no puede ser tema de discusión", dijo Putin, que habló en ruso, en su conferencia de prensa en Nueva York. En otra de las intervenciones más esperadas del lunes, el presidente iraní Hasan Rohani también llamó a un "frente unido" contra el extremismo violento y dijo que su país está listo para ayudar a "llevar democracia" a Siria y Yemen. "Quisiera invitar al mundo entero, y particularmente a los países de mi región, a constituir un frente unido contra el extremismo y la violencia", dijo Rohani, en su primer discurso en la ONU desde la conclusión en julio pasado en Viena del compromiso sobre el programa nuclear de Teherán.

El presidente francés François Hollande estimó de su lado que una transición en Siria pasa por la salida de Asad: "No se puede hacer trabajar juntos a las víctimas y el verdugo" en Siria, señaló. Para Putin, ni Obama ni Hollande "deberían involucrarse para escoger el liderazgo de otro país". Mientras la comunidad internacional mantiene su desacuerdo, el EI consolida sus posiciones y mantiene su poder de atracción: unos 30.000 yihadistas extranjeros viajaron a Siria e Irak desde 2011, según responsables de inteligencia estadounidense citados por el diario The New York Times.

Ban Ki-moon pide a Europa más ayuda para los refugiados

La Asamblea General de la ONU comenzó con el llamado del Secretario general, Ban Ki-moon, a Europa a "hacer más" para ayudar a lo millones de refugiados que llegan a sus tierras procedentes de Medio Oriente y África. La primera voz latinoamericana de la jornada fue la de Dilma Rousseff, quien defendió su gestión asegurando que la economía de Brasil "es más fuerte" y superará las "actuales dificultades" de la recesión y devaluación del real. Otra presidenta cuestionada que habló el lunes fue la chilena Michelle Bachelet, quien exhortó a "hacer más" por los refugiados que huyen de la guerra y la pobreza en Medio Oriente y África.

De su lado, la presidenta argentina, Cristina Kirchner, se despidió de la Asamblea General repasando los principales combates de sus ocho años en el poder: fondos buitres, caso AMIA e Irán. La mandataria agradeció a la ONU por la aprobación de una reciente resolución no vinculante sobre la reestructura de deudas externas, de modo de evitar querellas como la de los fondos especulativos que ganaron un juicio en Estados Unidos por 1.330 millones de dólares por bonos en default de Argentina.

Por último, en un evento al margen, el presidente colombiano Juan Manuel Santos anunció un inédito aporte de 5.000 cascos azules de su país a las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU en tres años, una medida que será aplicada de "manera gradual".