Tsipras dimite y convoca elecciones obligado por la ruptura de Syriza

Luz Sela/lainformacion.com

Pie de foto: El primer ministro griego, Alexis Tsipras, en su intervención televisada.

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, ha comunicado esta tarde su dimisión en un mensaje televisado dirigido al país a través de la cadena pública griega  y tras mantener un encuentro con sus principales asesores. Aunque el dirigente heleno no lo ha concretado, con toda probabilidad el país celebrará elecciones el próximo 20 de septiembre, apenas ocho meses después de los anteriores comicios.

Tsipras responde así a la crisis abierta en su partido, Syriza, tras la firma del tercer plan de rescate para Grecia, con el que muchos de sus dirigentes son abiertamente críticos, y para los que ha tenido mención expresa. "Hicimos lo mejor. Algunos querían que volviéramos al dracma", ha afeado.

"Muchos miembros de nuestro partido dudaron de mantener sus puestos en el Gobierno y no dimitieron y yo en estos momentos presento ante todos ustedes mi dimisión a favor de la democracia. El pueblo deberá decidir de nuevo quién toma el mandato del país y si quiere continuar con valentía las negociaciones con los acreedores", ha anunciado en el mensaje, emitido por el canal público y en el que ha subrayado la aspereza de las negociaciones con Europa y el esfuerzo que las medidas impuestas representan para la población griega. "Serán los ciudadanos griegos quienes decidirán quienes lleven el timón del banco griego", ha subrayado el primer ministro.

Tsipras ha aprovechado la comparecencia, sin preguntas,  para defender su breve gestión. "A pesar de esta situación difícil hemos conseguido gobernar nuestro país de una manera distinta de los anteriores", ha enfatizado el dirigente de Syriza, quien ha subrayado que su gabinete ha estado sometido a una "presión muy fuerte por parte de las instituciones".

"Hemos llevado a cabo muchas medidas y debemos seguir haciéndolo", ha dicho. Entre ellas, la "lucha contra la corrupción" en el país, un asunto, ha afirmado, en el que queda mucho por hacer para acabar con el "clientelismo de las instituciones".

No obstante, Tsipras ha tenido también momento para la autocrítica: “Tengo la conciencia tranquila. Estoy orgulloso de la batalla que he dado pero no logramos todo lo prometido al pueblo", ha reconocido, para apostillar inmediatamente después: "Pero hemos salvado al país, diciendo a Europa que la austeridad debe terminar”. Gracias a su negociación con la Troika, ha considerado el líder heleno, el acuerdo con los acreedores ha podido ser más beneficioso. "No ha sido el rescate que queríamos, pero era el mejor disponible, tendremos que batallar contra las consecuencias adversas del programa", ha dicho en su intervención.

Tsipras ha justificado este paso en la "obligación moral de preguntar sobre el acuerdo al pueblo griego". "Mi mandato del 25 de enero ha vencido. Ahora el pueblo debe pronunciarse. Ustedes con su voto decidirán si negociamos bien o no", ha apostillado.

En la intervención, de apenas diez minutos, Tsipras ha aprovechado  para trasladar a los ciudadanos su petición para lograr una "Grecia democrática y justa". "El futuro nos traerá mejores tiempos y les pido que voten para que podamos lograr el éxito con este nuevo acuerdo", ha dicho convencido, antes de apelar directamente al voto. "Les pido que me muestren el camino para luchar por este país", ha instado de forma expresa, asegurando también que no dará "marcha atrás" y seguirá defendiendo sus "ideales".

División por el adelanto

Aunque la fecha no ha sido fijada aún, la probabilidad del 20 de septiembre se da más que segura. "El objetivo es celebrar elecciones el 20 de septiembre", había señalado una fuente gubernamental esta tarde, mientras Tsipras se mantenía reunido con  altos cargos de su partido y ministros para discutir los siguientes pasos del Gobierno tras el pago al FMI y al BCE de esta mañana.

'The Wall Street Journal' señala que, tras la dimisión, se formará un gobierno de transición liderado por la presidenta del Tribunal Supremo de Grecia, Vassiliki Thanou-Christophilou. Se trataría de la primera mujer en ocupar el cargo de primer ministro en el país heleno. Thanou es también responsable de la Comisión Electoral.

La dimisión de Tsipras es una cuestión meramente formal. De acuerdo a la ley griega, el primer ministro debe dimitir para dar paso a un Gobierno provisional encargado de gestionar todo el proceso electoral.

Ahora, los pasos serán los siguientes. El presidente del país tiene que consultar a los demás partidos si pueden formar Gobierno -puesto que la Constitución obliga al haber pasado al menos un año desde las últimas elecciones. Así, Pavlópulos encargará la formación de gobierno al presidente del principal partido de la oposición, el conservador Nueva Democracia, que habrá de ser validado por el Parlamento. Algo improbable debido a la mayoría de Syriza en la Cámara. No obstante, su líder, Vangelis Meimarakis, ha anunciado  que intentará formar gobierno con otros partidos, relegando así la opción de convocar elecciones anticipadas, como sugiere Tsipras.

"Exploraremos todas las posibilidades en un esfuerzo por asegurar que las elecciones son la última opción, no la primera como quiere Tsipras", ha señalado Meimarakis en una rueda de prensa, según ha informado el diario local 'Kathimerini'. En caso de fracasar, el tercer líder que recibirá el mandato será el del partido neonazi Amanecer Dorado.Después se convocará ese gobierno de transición, que tomaría posesión este mismo lunes y que, de acuerdo con la ley, deberá organizar las elecciones anticipadas en un plazo máximo de 30 días. También según la ley, el primer ministro de este Gobierno debe ser uno de los presidentes de los tres tribunales supremos de Grecia.

La interpretación de la prensa griega es que el primer ministro busca dos objetivos con su dimisión: templar ánimos ante el sector más izquierdista del partido, crítico con el tercer rescate y acortar los tiempos para evitar más desgaste y revalidarse en las urnas, antes de que se comiencen a aplicar las medidas de ajuste impuestas en ese programa.

Dos eran las opciones que se barajaban: el más que probable ya adelanto electoral o una inmediata moción de confianza al Ejecutivo griego, una posibilidad que se da prácticamente por descartada.

Según el periódico 'Kathimerini', una parte de los asesores quería que los griegos vuelvan a votar el 20 o el 27 de septiembre, de tal forma que el Gobierno pueda pasar página cuanto antes al cisma abierto en Syriza por los debates sobre el tercer rescate.

Otro bloque, en cambio, sería partidario de aplazar la hipotética votación al menos hasta el 11 de octubre, de tal forma que antes se pudiesen haber aplicado los compromisos adquiridos con los acreedores internacionales a cambio de la nueva ayuda.

El ministro de Energía, Panos Skourletis, ha apuntado en una entrevista con la televisión estatal que, sea cuál sea el paso siguiente, el Gobierno tiene que actuar rápido para que quede claro si "tiene o no una mayoría" parlamentaria que le respalde.

Skourletis es partidario de convocar elecciones y, a continuación, celebrar un congreso extraordinario de Syriza para que puedan quedar claras todas las posturas.

La opción del adelanto electoral era la que en los últimos días sonaba con más fuerza en Grecia. Tsipras cuenta con el respaldo de las encuestas a favor. La última, del mes de julio, vuelve a dar la victoria a su partido y el líder griego parece recuperarse en popularidad en los sondeos. Pero muchos analistas sugieren que será insuficiente.

La crisis sangrante en su partido se le pone en contra. Hasta 44 diputados no apoyaron la votación del rescate y las voces críticas arrecian por momentos. El sector que agita el disgusto ante las decisiones del primer ministro cuenta con el gancho del exministro de Finanzas, Yanis Varoufakis.

Entre los rumores de los últimos días en Grecia, se especula también con la posibilidad de que este sector más radical anuncie la formación de una nueva formación, que estaría integrada, entre otros, por la presidenta del Parlamento Zoí Konstantopulu. La abogada, que hasta hace poco mostraba apoyo a Tsipras, ha calificado el rescate de "crimen contra la humanidad". Sus críticas ha Tsipras han sido rotundas, al que acusa de "aceptar memorándums, lanzando a sus camaradas a los perros".

El nuevo desafío electoral, por tanto, deja un amplio margen abierto para las negociaciones y las posibles alianzas. En este escenario gana protagonismo el centrista To Potami, que podría convertirse en 'bisagra' para que Tsipras revalide mandato.

Pago a los acreedores

Grecia pudo reembolsar este jueves a tiempo y sin problemas 3.400 millones de euros al Banco Central Europeo (BCE), tras haber recibido un primer tramo del nuevo plan de ayuda acordado con sus acreedores.

Así parece ponerse en marcha el tercer plan de ayuda financiera al país en cinco años, aceptado con dolor el 13 de julio para evitar la salida de la moneda única, y que puede ascender hasta los 86.000 millones de euros.

El miércoles por la noche, los ministros de Finanzas de la zona euro aprobaron el desbloqueo de un primer tramo de 26.000 millones de euros.

De ellos, 10.000 millones serán colocados en una cuenta bloqueada para recapitalizar los bancos helenos, "cuya situación se deterioró gravemente tras la imposición de un control de capitales en junio", destacó este jueves el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) en un comunicado.

Parte de los otros 13.000 millones han servido este jueves para devolver vencimientos. El resto servirá el mes próximo para reembolsar más de 1.500 millones de euros al Fondo Monetario Internacional (FMI) en cuatro veces.

Los 3.000 millones restantes, se entregarán "antes de finales de noviembre", precisó el miércoles el MEDE, cuando se compruebe el estado de las reformas que prometió Atenas a sus acreedores, la Unión Europea (UE), el BCE, el MEDE y el FMI.

"Me alivia que se hayan dado todas las condiciones para realizar a tiempo este pago, después de las intensas negociaciones con el gobierno griego y la aprobación de nuestros miembros", indicó en el comunicado el director general del MEDE, Klaus Regling.

Esta es la primera ayuda que recibe Grecia en un año, pues las negociaciones estaban estancadas con el anterior gobierno de conservadores y socialistas, cuyas reformas no se consideraron suficientes para recibir el último tramo del segundo plan de ayuda.

El pago de este jueves pondrá fin, al menos de momento, a las escenas de suspense que se producían cada vez que Grecia tenía que devolver dinero al BCE o al FMI desde abril, tras la formación del gobierno de izquierda radical de Alexis Tsipras, en enero.

En junio, Grecia, que debía 1.500 millones del euros al FMI en cuatro tramos, pidió reagruparlos a final de mes, para evitar desvelar que no tenía dinero suficiente para pagar.

Pero al contrario de lo que esperaba, sus acreedores mantuvieron su intransigencia a las peticiones formuladas por el entonces ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, al que luego sustituyó Euclides Tsakalotos.

Atenas se vio entonces obligada a romper un tabú, el de no pagar a tiempo al FMI, como volvió a ocurrir a principios de julio con otros 450 millones.

El acuerdo alcanzado el 13 de julio permitió a Grecia obtener un préstamo puente de 7.160 millones de euros con el que el país pudo reembolsar el 20 de julio los pagos atrasados al FMI y entregar a tiempo más de 3.500 millones de euros al BCE.

Gran parte del dinero recibido este jueves salió de las arcas griegas tan pronto como entró, según un funcionario griego, para poder pagar al BCE y devolver el préstamo puente de julio, pero le queda suficiente para pagar 1.500 millones que debe al FMI en septiembre.