Yarmuk, la entrada a Damasco de los yihadistas

Alicia Pérez Lozano

FOTO:  UNRWA. Refugiados palestinos entre las ruinas del campo de Yarmuk (Damasco)

El 90 por ciento del campo de Yarmuk en Damasco está controlado por milicias yihadistas de Daesh y del Frente al Nusra. Son cuatro los años que llevan en guerra contra milicianos palestinos y el Ejército regular sirio en la zona del sur de la capital. Y aunque los yihadistas han operado durante estos años en la periferia de la ciudad, hace una semana que Daesh ataca el campo de refugiados palestinos de Yarmuk y la población civil paga las consecuencias.

Antes de la guerra, el comercio y los 160.000 refugiados saturaban las calles de Yarmuk cada día. Sin embargo, desde que dio comienzo la guerra y posteriormente entraran los yihadistas en el campo, la población refugiada se ha reducido a 18.000 habitantes. En los últimos días han sido 2.000 los refugiados que han huido de sus casas debido a los violentos enfrentamientos.

Los que todavía se encuentran refugiados en Yarmuk sufren de escasez de comida, agua y medicamentos debido al asedio impuesto por el régimen hace un año. Al encontrarse a pocos kilómetros de la sede del Gobierno de Al Assad, el campo se convierte en un punto estratégico para entrar en el interior de la capital siria. Esto sigue acrecentando las precarias condiciones de vida a las que se somete a la población refugiada.

A diferencia de Líbano o Jordania, los habitantes palestinos de Yarmuk disfrutaban en Siria de una calidad de vida parecida a la del resto de la población civil del país. Contando con los mismos derechos y obligaciones que ellos. Incluso el acceso a la educación y la sanidad pública servían de ejemplo. Esta situación favorable fue la que empujó a casi medio millón de palestinos de Siria a mantenerse neutrales durante el conflicto.

Pero la estratégica situación geográfica de Yarmuk ha acabado precipitando al campo a las dinámicas del conflicto. El campo corta la autopista que circunvala Damasco. Pasado el primer año de guerra, cuando los rebeldes se hacían fuertes y amenazaban con llegar al corazón del régimen, esta autopista se usó como cortafuegos.

Al Yarmuk no era el objetivo de los yihadistas

“Aunque está en la capital, Al Yarmuk no había sido hasta ahora una prioridad para el régimen, que se había limitado a cercarlo. Es una zona muy poblada y son palestinos, no sirios”, destacaba el analista militar HishamYaber. Con esto quiere decir que los yihadistas no buscaban en ningún momento crear una masacre de la población civil.

Por eso, están llevando a cabo otra estrategia: la “guerra de guerrillas” en las calles, debido al gran número, aunque mucho menor que antes, de refugiados que quedan en Yarmuk. “Es una situación muy complicada para el Ejército porque lo primero que se aprende en la academia militar es que es muy difícil luchar en zonas habilitadas a no ser que las destruyas”, explicaba el analista militar.

El régimen sirio no permitirá el avance de los yihadistas

El Ejército sirio sigue parado en la entrada norte del campo, impidiendo avanzar a los yihadistas, según los voluntarios del campo. A tan solo ocho kilómetros del palacio presidencial y del centro de la ciudad no pueden permitirse abandonar la zona. Razón por la que la comunidad palestina teme una destrucción total del campo a manos de la aviación siria.

“Si los yihadistas avanzan, Yarmuk se convertirá en el nuevo Naher al Bared”, comentaban un grupo de jóvenes en Beirut. Se referían al campo de refugiados palestinos de Naher al Bared, situado al norte del Líbano, y que fue completamente destruido en el año 2007 en tan solo tres meses a manos de facciones yihadistas y el Ejército libanés. Siete años después solo un tercio del campo se encuentra reconstruido.

La ONU tacha de “inconcebible” la despreocupación sobre Yarmuk

“Para mi es inconcebible que el llamado mundo civilizado pueda quedarse mirando lo que está sucediendo en Yarmuk sin hacer nada”, ha denunciado Chris Gunness, el portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNWRA). Cerca de 18.000 refugiados, de los cuales 3.500 menores, se encuentran todavía en el campo.

“El nivel de inhumanidad en el que ha caído Yarmuk es francamente inimaginable”, añadía Chris Gunness. “La situación es absolutamente desesperante. Necesitamos con urgencia tener acceso a la ayuda humanitaria, por lo que UNWRA está instando a todas las partas a ejercer influencia con sus socios en el terreno para que podamos entrar al campo”, agregaba el portavoz.

Al menos 94 personas lograron escapar ayer del campo, mientras que otras muchas siguen intentándolo. La cuenta en Twitter de la ONU informaba sobre esto ayer a media tarde. Se trasladan a zonas más seguras como Yalda y Babila, distritos de Damasco. Solo el pasado fin de semana fueron evacuadas unas 2.000 personas de Yarmuk por el Ejército sirio.