Entrevista a Mohamed Boudra, alcalde de Alhucemas y presidente de la Asociación Marroquí de Presidentes de Consejos Comunales (AMPCC)

“Los ayuntamientos marroquíes apuestan por el desarrollo sostenible y la formación de los jóvenes”

PHOTO/GUILLERMO LÓPEZ - Mohamed Boudra, alcalde de Alhucemas y presidente de la Asociación Marroquí de Presidentes de Consejos Comunales (AMPCC)

En el marco de la firma del documento de cooperación transfronteriza descentralizada, la Carta de Málaga, que ha tenido lugar este lunes en el Observatorio del Medio Ambiente Urbano (OMAU) de la ciudad andaluza, Atalayar ha entrevistado a Mohamed Boudra, alcalde de la ciudad de Alhucemas, presidente de la Asociación Marroquí de Presidentes de Consejos Comunales (AMPCC) y recién anunciado candidato a la presidencia de la organización Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (UCLG, por sus siglas en inglés). 

¿Qué representa para los alcaldes de Marruecos esta iniciativa de Málaga?

Bueno, en la firma han estado presentes más de 40 alcaldes de Marruecos. Eso significa que los alcaldes son conscientes de la importancia de este encuentro en Málaga, porque el Ayuntamiento de Málaga está desarrollando proyectos muy importantes de cooperación internacional con el apoyo de la Unión Europea entre Marruecos y Málaga y España en general.

¿Qué acciones se pueden concretar?

Hemos apostado por el desarrollo sostenible, por el medioambiente, por desarrollar la formación, sobre todo, los jóvenes, y también desarrollar acciones económicas a nivel de turismo y de formación profesional.

¿Qué espera de la firma?

Esperamos que los ayuntamientos que estén en estos proyectos puedan desarrollar su gestión para el interés de sus ciudadanos. La formación de jóvenes es importante para el trabajo, también preservar el medioambiente, pues hay muchos problemas que sucederán en el futuro por el cambio climático, como las inundaciones. Entonces, los Ayuntamientos tienen que estar preparados para afrontar estos desafíos. 

Este tipo de iniciativa cuenta con la financiación de la Unión Europea…

Y también de los gobiernos de los dos países.

¿Es una manera de poder consolidar la vida de los ciudadanos en los pueblos y evitar así la emigración?

Claro. La emigración no es solo un problema para los países acogedores, sino también para los países de destino, pues sufren una carencia de capital humano joven, y con ello, de posibilidades de desarrollo. Entonces es un problema de todos los países y hay que buscar soluciones entre todos.

Y, sobre todo, para evitar que se incremente el problema islamista y en concreto sobre los jóvenes que pueden ser captados por los grupos terroristas.

Eso también es muy importante, por eso la cultura es importante y la formación es fundamental. Usted sabe que los grupos radicales son una especie de enfermedad, yo diría, porque capta a los jóvenes que no están bien preparados, ni bien formados, y también se aprovechan de la dura realidad que viven en sus pueblos. Hay mucho dinero que está “ayudando a estos jóvenes” y les está radicalizando. Yo pienso que España y Marruecos están trabajando mucho en ello a nivel gubernamental, a través del intercambio de información muy importante, para luchar contra esa lacra del radicalismo. 

En este punto, la cooperación entre España y Marruecos, en zonas como el Sahel o el África subsahariana es fundamental para evitarlo.

Los grupos radicales, los extremistas, siempre van a las zonas vulnerables, como las zonas pobres del Sáhara y del África subsahariana, donde hay mucha pobreza y poca seguridad. Ahí, España y Marruecos, y Europa en general, están trabajando para arreglar muchos problemas.

Una cuestión que podría beneficiar al desarrollo regional son las elecciones en Argelia y Túnez. ¿Espera que esa normalización de la situación en Argelia y Túnez pueda dar lugar a un nuevo entendimiento?

Las fronteras entre Argelia y Marruecos están cerradas. Y eso, los economistas del mundo entero dicen que nos hace perder, por lo menos, dos puntos en la posibilidad de crecimiento. Comprenderá que esta situación no es normal y esperamos que el cambio democrático que se espera en Argelia podrá dar fruto a la apertura de las fronteras, que sería bueno para los dos pueblos. 

¿Hace falta un mayor conocimiento entre los dos pueblos, el español y el marroquí, para superar los clichés?

Aquí en Europa se está desarrollando un extremismo basado en la pobreza intelectual. Se está intentando hacer miedo del otro, pero en España han convivido las tres religiones durante siglos, y conviven las tres culturas. No creo que ese racismo, esa xenofobia, se desarrolle mucho en España.

En el mes de marzo, el Papa visitó Marruecos, un guiño hacia la importancia del diálogo entre religiones.

Es importante. En Sevilla, existe la Fundación Tres Culturas, que aboga por la convivencia entre las culturas. Esa cultura hay que desarrollarla, porque estamos viviendo momentos difíciles, donde los radicalismos están proliferando en todas partes del mundo. Por eso hay que financiar mucho la cultura, la formación, la universidad… Eso es importante. Porque es difícil que un ser humano con un cerebro que piensa sea capturado por las redes del terrorismo.