Un beso entre dos adolescentes desata un absurdo escándalo en Marruecos

Paco Soto

Pie de foto: Dos adolescentes se besan en clase.

Marruecos es un país de contrastes. Coexisten dos países, o quizá más, en el marco de un mismo territorio. Por una parte, emerge un Marruecos moderno, de clases medias urbanas, educado, democrático y tolerante, que sin renunciar a sus particularidades culturales y sociales, pretende insertarse plenamente en el siglo XXI. Por otra parte, sigue habiendo un Marruecos conservador, intolerante, anclado en viejas y absurdas tradiciones, apegado a una interpretación de la religión islámica arcaica y enfermiza. Es un Marruecos donde la doble moral y la hipocresía encorsetan los comportamientos humanos, formas de vida y maneras de pensar. Estos dos países en el seno de un mismo territorio nacional se pelean a diario. Las contradicciones entre las dos realidades son insoportables y dolorosas para muchos marroquíes. Cabe recordar a nuestros lectores, para no cargar las tintas contra Marruecos, que hace 40 o 50 años ocurrían cosas parecidas en la España pacata y sometida al asfixiante nacionalcatolicismo impuesto por el franquismo. Hace unos días, se desató un absurdo escándalo en el país magrebí que demuestra hasta qué punto el duelo entre modernidad y arcaísmo es una realidad palpable. La causa del enredo: el beso entre dos adolescentes en un instituto de la bella ciudad de Meknes. No fue un beso cinematográfico ni literario, sino un simple besuqueo, un roce inocente entre un chico y una chica. Pero la historia acabó mal y las sanciones impuestas por el consejo de disciplina del centro educativo no se hicieron esperar: la chica fue expulsada del establecimiento y el chico se vio en la obligación de cambiar de instituto.

Pie de foto: Jóvenes marroquíes se besan en el centro de Rabat para denunciar la doble moral e hipocresía de la sociedad.

Denuncia de la profesora

Los hechos ocurrieron hace unos días en el instituto Mohamed V de Meknes, ubicado en el este de la ciudad, en la carretera de Fes. Los dos adolescentes se besaron durante una pausa en clase de ciencias, en el laboratorio. Fue la profesora quien al ver el gesto cariñoso entre dos de sus alumnos los denunció al consejo de disciplina del establecimiento. Muchos compañeros de clase de los dos ‘pecadores’ apoyaron la expulsión de la chica. La familia de la joven hizo todo lo posible por evitar una medida tan drástica, pero no tuvo éxito. El único recurso que les queda a los familiares de la joven sancionada es solicitar la anulación de la medida a la dirección regional del Ministerio de Educación Nacional (MEN).

Entre otros motivos, para que la chica pueda seguir estudiando de cara al examen de Selectividad, denominado ‘Baccalauréat’ en Marruecos. Según el portal ‘Le Site info’, fuentes de la delegación regional del MEN aseguraron que podrían suspender la expulsión, porque todavía no ha sido confirmada, aunque la alumna sería sancionada por su actitud “indecorosa” por el consejo de disciplina del instituto. ‘Le Site info’ interrogó a varios profesores de Rabat y Salé, una urbe de casi 900.000 habitantes pegada a la capital de Marruecos. Algunos profesores calificaron de excesivas las sanciones impuestas a los dos alumnos, pero otros las consideraron adecuadas.

Pie de foto: Manifestación feminista en Marruecos/Abdelhak Senna-Efe.

La chica, única responsable

Una profesora de un instituto de Salé declaró al citado medio digital que ella hubiera actuado de una forma más “pedagógica y humana, y no hubiera redactado un informe”, pero hubiera hablado con la alumna para reñirle por su comportamiento “impúdico”. ¿Y con el alumno? Por lo visto, el único responsable de lo ocurrido es la chica. Las redes sociales se hicieron eco del suceso, con internautas a favor y en contra de la sanción impuesta a la alumna. El diario ‘Al Ahdath Al Maghribia’, que informó ampliamente sobre esta historia, aseguró que la expulsión de la alumna era irrevocable. En cambio, el portal digital ‘Medias24’ afirmó lo contrario. Citando fuentes del MEN, ‘Medias24’ informó de que “la expulsión [de la alumna] será abandonada”, porque aunque “el consejo de disciplina [del instituto Mohamed V] sea soberano, sus decisiones son valoradas por la dirección provincial” del Ministerio de Educación Nacional.

El sociólogo Larbi Ben Malek opina que este asunto demuestra “las enormes contradicciones de la sociedad marroquí. Creemos que Marruecos es un país musulmán moderado y dialogante. En comparación a otros países musulmanes lo es. Pero Marruecos sigue arrastrando muchos atavismos; los marroquíes se escudan detrás de la religión para mantener a las mujeres sometidas a los hombres, a ideas y costumbres arcaicas y privilegios masculinos intolerables. Somos una sociedad atrasada, intolerante e hipócrita”.