El aumento del precio del pan preocupa al Gobierno de Marruecos

Por Amina Adib
Foto: Un puesto de venta de pan en Marruecos.
 
¿Subirá o no subirá el precio del pan en Marruecos? Los panaderos defienden que la hogaza de harina blanca de trigo, que es la que más consumen las familias, suba 20 céntimos de dirham (unos 0,018 céntimos de euros). El Gobierno del islamista Abdelilah Benkirane se opone radicalmente a esta subida, porque sabe que en un país en desarrollo como Marruecos, donde el pan y la sémola son dos alimentos básicos para buena parte de la población, un incremento, aunque sea mínimo, podría provocar disturbios sociales. Ocurrió en Marruecos incluso en la etapa autoritaria del rey Hasan II, pero también en Argelia y Túnez en el Magreb. Las revueltas del pan o de la sémola  han sido históricamente en estos países magrebíes la expresión de un profundo descontento popular. El precio del pan lleva una década congelado en Marruecos por una cuestión social y política. El Gobierno subvenciona el pan y otros productos de primera necesidad.  El gremio de los panaderos no entra en esas consideraciones y quiere que los consumidores paguen 20 céntimos más para el pan redondo de 160 gramos que cuesta 1,20 dirham. El Ejecutivo y muchos medios de comunicación critican esta “medida unilateral” de la Federación Nacional de Panaderos y Pasteleros (FNBP). Este gremio asegura que el aumento que plantea es legal, porque tiene el amparo del decreto 2/8/488 y el visto bueno del Consejo de la Competencia que supervisa las subidas de precios determinadas por la Administración del Estado. El presidente de la FNBP, El Houcine Azaz, asegura que “el Gobierno no ha cumplido con sus promesas” y  “aumentamos el precio del pan, porque no podemos hacer frente a los impuestos y a las cotizaciones sociales” del Estado. El primer ministro Benkirane no está dispuesto a aceptar lo que considera un chantaje de los panaderos y a “traspasar esta línea roja”.
 
“No daremos marcha atrás”
El pasado mes de marzo, el gremio de los  panaderos llamó a un  huelga de dos dias, pero el movimiento tuvo poco seguimiento. Según El Houcine Azaz, “aunque nos amenace el Gobierno, no vamos a dar marcha atrás”. El último Consejo de Ministro, según informó el ministro de la Comunicación, Mustafá El Khalfi, rechazó ese aumento del pan que pretenden los panaderos.  El Khalfi recordó que el pan es “un asunto de Estado” en Marruecos y nadie debe atreverse a cuestionarlo. Las quejas de los panaderos, aunque sean legítimas, no tienen cabida en la política del Gobierno, que ya tendrá que enfrentarse a una huelga general a finales de este mes. Otros Gobiernos han seguido más o menos la misma política. La novedad con el Ejecutivo de Benkirane es que mantiene la ayuda para la compra de harina especial a través del denominado Fondo de Compensación. La subvención de diversos productos, como la harina, la gasolina, el azúcar, el tabaco, el agua potable y el transporte de viajeros,  costará este año al erario públicos unos 3.200 millones de euros. En 2013, el Estado marroquí se gastó 280 millones de euros en comprar  8,5 millones de quintales de trigo, lo que beneficio directamente a unas 400.000 famlias. Así las cosas, el diálogo de sordos en el que se han instalado el Gobierno y los panaderos podría provocar un conflicto de mayor envergadura si el descontento se traslada  a otros sectores del comercio que tampoco están muy satisfechos con su situación. Los panaderos que apliquen la subida del pan saben que serán sancionados de acuerdo a la normativa sobre la libertad de precios y concurrencia. Las espadas siguen en alto y los próximos días serán decisivos para Benkirane y los panaderos.