Una enmienda permitirá adquirir la nacionalidad india a personas procedentes de países musulmanes vecinos

La reforma de la Ley de Ciudadanía suscita protestas contra Modi en India

REUTERS/RUPAK DE CHOWDHURI - Manifestantes protestan contra el Gobierno de Modi, cuya reforma de la Ley de Ciudadanía ha sido acusada de islamófoba

Ola de protestas en India. Desde principios de semana, miles de manifestantes se manifiestan en las principales ciudades del país contra el Ejecutivo de Narendra Modi. La razón es la reforma de la Ley de Ciudadanía que ha impulsado el dirigente nacionalista. Según la modificación introducida y aprobada por el Parlamento, el texto permitirá adquirir la nacionalidad india a aquellas personas pertenecientes a minorías religiosas de Afganistán, Pakistán y Bangladesh.

Dicho en otros términos, la recién aprobada disposición proporcionará una acogida legal a personas de estos tres países vecinos, incluso si han entrado en territorio indio de manera ilegal. ¿Cuál es el problema? Los tres territorios vinculados tienen una población mayoritariamente musulmana. Como la moción se aplica solamente a minorías religiosas de esos países, los musulmanes quedan automáticamente fuera de juego: no están amparados por la nueva Ley de Ciudadanía, estén o no perseguidos en sus países de origen.

Las implicaciones del movimiento de Modi son diversas y significativas. Del mismo modo, el Gobierno ha levantado ampollas en diferentes colectivos de la sociedad. En primer lugar, los estados orientales de India que hacen frontera con Bangladesh han sido los primeros en levantarse. En la región de Assam, cientos de personas han salido a las calles para protestar ante la posible llegada de inmigrantes a la zona. Según el corresponsal de la BBC Soutik Biswas, existe un miedo generalizado a que los habitantes locales sean “absorbidos” por personas de fuera.

Los disturbios más violentos se han vivido en la ciudad de Guwahati, donde han sido desplegadas algunas unidades del Ejército. Dos personas han muerto en los choques con las fuerzas de seguridad. Ha quedado impuesto el toque de queda de resultas de las movilizaciones, pero grupos de manifestantes ya han anunciado que no lo respetarán. En Calcuta, la capital del estado de Bengala Occidental, se han registrado ataques contra estaciones y trenes. Según la agencia Reuters, los exaltados han prendido fuego a, al menos, una docena de autobuses. Asimismo, se han montado barricadas en algunos de los accesos principales a la ciudad.

El propio primer ministro ha tratado de enfriar los ánimos. “El Gobierno central y yo mismo estamos totalmente comprometidos con la salvaguarda constitucional de los derechos políticos, lingüísticos, culturales y territoriales del pueblo de Assam”, tuiteó Modi a mediados de semana. No obstante, el servicio de internet en la región ha sido cortado en un intento de controlar la revuelta.

Hindutva

En Uttar Pradesh -al norte, con una importante población musulmana-, Nueva Delhi y las regiones del sur, las protestas han estado inspiradas por otras motivaciones. La mayoría de los participantes en las concentraciones han sido jóvenes que han clamado contra la deriva nacionalista del Gobierno. Rechazan la idea de que la enmienda sobre la Ley de Ciudadanía tenga que ver con la protección de los derechos de las minorías. El hecho de que las minorías musulmanas sean dejadas de lado, como los ahmadíes en Pakistán o los rohingya de Bangladesh, significa, para los sectores más progresistas de la sociedad india, que, en realidad, Modi tiene otros motivos para reformar el documento.

En concreto, muchos opinan que la medida, en realidad, se enmarca en lo que en hindi se denomina Hindutva. Este concepto hace referencia a una ideología política nacionalista basada, en términos generales, en la cultura hindú. Esta corriente de pensamiento, con la que el veterano político ha venido coqueteando a medida que han pasado los años, tiende a identificar a India como unidad política con la cultura y la religión hindúes. 

El Hindutva tiene dos consecuencias. En primer lugar, rompe con el secularismo inclusivo que caracterizó al país durante las primeras décadas tras la independencia de Reino Unido. En segundo lugar, los musulmanes quedan desplazados de la ecuación una vez más. Las cifras varían según la fuente consultada. Según el CIA World Factbook, uno de cada siete ciudadanos indios es musulmán. La estimación total de la población musulmana se sitúa en torno a los 185 millones. Un ejemplo claro se encuentra en una de las ciudades más famosas de la citada región de Uttar Pradesh. Hasta 2018, se llamaba Allahabad, de clara consonancia islámica. En esa fecha, el Ejecutivo cambió el topónimo por el de Prayagraj.

De momento, el único partido de la oposición que ha reclamado la ilegalización de la enmienda es la Liga Musulmana de la Unión India. La formación ha declarado que el texto viola los artículos de igualdad, derechos fundamentales y derecho a la vida de la Constitución. Además, al margen de los canales oficiales, un grupo de 700 personalidades célebres, entre los que se encuentran académicos, juristas y actores, han condenado la modificación de la ley en un manifiesto.