El voleibol se convierte en un deporte amistoso entre jóvenes argelinos y marroquíes

Por Ahmed Brahim y Amina Adib
Foto: Puesto fronterizo entre Marruecos y Argelia, en Zouj Baghel.
 
Argelia y Marruecos son los dos países más importantes del Magreb. Las relaciones políticas y diplomáticas entre ambos países son tensas desde hace décadas. El conflicto del Sáhara Occidental es una de las causas, pero no la única. El afán de hegemonía política y económica en el Magreb es otro motivo de enfrentamiento entre Rabat y Argel. Sin embargo, los pueblos argelino y marroquí, a pesar de la propaganda que difunden algunos medios de comunicación y ciertos políticos e intelectuales  irresponsables en los dos países, no se odian. Y no se odian porque se parecen desde el punto de vista social, cultural, lingüístico y humano. Argelinos y marroquíes son primos hermanos, por mucho que algunos se empeñen en decir lo contrario. “Yo no odio a los marroquíes, los marroquíes son mis hermanos, son musulmanes como yo, árabes y bereberes, africanos y mediterráneos. Los conflictos los tienen que resolver el rey de Marruecos, Mohamed VI, y el presidente de Argelia, Abdelaziz Buteflika”, comenta para Atalayar Mourad Hamadouche, un joven estudiante universitario argelino de 22 años. “Los conflictos los provocan los políticos, los pueblos queremos vivir en paz y entendernos, y sobre todo dos pueblos que se parecen tanto como el argelino y el marroquí”, piensa Hamadouche, que no conoce Marruecos. En Rabat, Houda Batni, funcionaria marroquí de 32 años en un ministerio, piensa que “los dos pueblos tenemos que conocernos mejor, porque es más lo que nos une que lo que nos separa. Los dos pueblos saldrían ganando si se conocieran mejor. No creo que tengamos tantas diferencias”. Es lo que piensan unos jóvenes de ambos países que han decidido olvidarse de la rivalidad política de sus dirigentes y apostar claramente por la amistad. ¿De qué manera? Organizando un partido de voleibol el próximo sábado en el puesto fronterizo de Zouj Baghel, cerrado hace dos décadas. 
 
Recuperar el tiempo perdido
Estos jóvenes argelinos y marroquíes quieren recuperar el tiempo perdido y demostrar que el deporte une a las personas cuando sus protagonistas son inteligentes y generosos. Queda por ver si las autoridades de los dos países permitirán el partido. Esta iniciativa fue lanzada por argelinos y marroquíes a través de una página de la red social Facebook que titularon simplemente ‘Partido de voleibol en las fronteras entre Argelia y Marruecos’ y en la que, desde agosto, más de 6.500 personas han ido confirmado su presencia. El partido  tiene especial interés porque, a pesar de no ser  un acontecimiento político y de tratarse de una iniciativa ciudadana, se disputará en la frontera entre dos países cuyos dirigentes se miran de reojo. Una foto tomada la semana pasada en la ciudad marroquí de Casablanca, en la que aparecen unas 20 personas sujetando las banderas de Argelia y Marruecos, encabeza la página de Facebook, donde abundan los comentarios de felicitación por este partido en el que todo el mundo puede participar, independientemente de su edad o sexo. Desde Marruecos, son muchas los internautas que escriben desde diferentes puntos del país buscando acompañantes para viajar en grupo y de esa forma economizar los gastos hasta la frontera de Zouj Baghel, en otros tiempos la de mayor tráfico de personas y mercancías entre los dos países  magrebíes 
 
Sin lectura política
Lubna Karrum, una de las organizadoras, declaró a la agencia Efe que la iniciativa no tiene ninguna “lectura política” y la idea es disfrutar y mostrar que para estos jóvenes “no existen fronteras”. “La iniciativa no es política, todo lo que queremos hacer es pasar un momento agradable entre amigos, entre dos pueblos que comparten años de vecindad, historia y tradición”, resaltó Karrum, doctora en Ciencias Económicas. Argelia decidió unilateralmente cerrar su frontera con su vecino del oeste, después de que Marruecos impusiera el visado obligatorio para los argelinos en 1994 como reacción a un atentado terrorista perpetrado en un hotel de Marrakech. Rabat acusó  entonces veladamente a  los servicios secretos argelinos de ser los verdaderos responsables del atentado. El cierre de la frontera terrestre de Zouj Baghel tiene unas repercusiones económicas, comerciales y sociales muy negativas para los dos países. El propio rey de Marruecos, Mohamed VI, lo reconoció públicamente y planteó la necesidad de iniciar negociaciones con Argelia para reabrir la frontera.