Un vasto mercado para las marcas llamado Halal
21 de mayo de 2015 (10:14 h.)
Valentín Bustos/Que.es
Pie de foto: Halal, un concepto global
La población musulmana representa una cuarta parte del total mundial, los países donde está asentada no paran de crecer, y su clase media tiene cada vez más poder adquisitivo.
¿Qué es Halal?
El término comprende un sentido amplio y abarca todo aquello que está permitido, autorizado, es ético y no es abusivo. ?Se identifica con una vida saludable. Y, aplicado a la venta de productos y servicios, es una garantía de calidad y bienestar?, concreta Olivia Orozco, coordinadora de Formación, Economía y Negocios de Casa Árabe. Por tanto, influye y afecta a la vida diaria en aspectos como la alimentación, la higiene, la sanidad, la economía o los viajes. En el otro lado de la balanza está Haram, que se refiere a todo aquello que está prohibido, desautorizado, es dañino, no ético y abusivo. Por ejemplo, la carne del animal hallado muerto, la sangre, el alcohol, la carne de cerdo y sus derivados, la usura o las apuestas en el juego.
Increíble potencial
Desde Marruecos a Brunei, pasado por el Golfo Pérsico hasta Indonesia, su potencial de crecimiento es innegable. Estos países están alcanzando un grado de desarrollo económico hasta cierto punto llamativo, señala Tomás Guerrero, investigador de EsadeGeo. Sin olvidar a aquellos musulmanes repartidos por todo el mundo. En total, hablamos de un MERCADO que en la actualidad está compuesto por 1.700 millones de personas, una cuarta parte de los habitantes del globo terráqueo. Pero mientras éste crece un 0,7%, los musulmanes lo harán un 1,5% para, en 2030, llegar a los 2.300 millones. Es la única religión que va a crecer. Se trata de una población joven, con una media de edad de 24 años, y asentada en países que van a seguir atrayendo inversión extranjera directa?, añade el investigador de EsadeGeo. Otro dato significativo de su músculo es que, de los 30 principales mercados emergentes, diez registran un elevado número de musulmanes. Y si el crecimiento mundial en 2014 se estima en el 3,6%, en esta economía será del 5,4%.
Grandes firmas
Empresas de los cinco continentes han puesto su punto de mira en estos mercados. Así, Nestlé se ha convertido en el mayor productor de comida Halal del mundo (el 35% de sus ventas), obteniendo más beneficio en este campo que de las ventas de productos orgánicos. Unilever, Langnese, Elbmich, Pfanni, Dr. Oetker, Maggi o Haribo (que tiene una fábrica en Turquía donde elabora sus ositos para este mercado) son otros ejemplos. ¿En España? Estamos empezando, no somos una potencia, advierte Olivia Orozco. En total, unas 300 firmas como Repsol, Leche Pascual, Mahou-San Miguel, Hero, o Argal, entre las más conocidas por el público, ya disponen de la correspondiente certificación. La mayoría son agroalimentarias, aunque también hay hoteles e, incluso, una empresa de telecomunicaciones. Obtenerla, si las empresas no tienen que hacer modificaciones, suponen 50 o 60 días. Aunque, normalmente, se tarda más porque no saben cuáles son los requisitos a cumplir, indica Isabel Romero, presidenta de Junta Islámica y directora general del Instituto Halal.
Poder de reacción
Algunas firmas están amoldándose a este campo. Por ejemplo, las hay que elaboran mantecados y han sustituido la manteca de cerdo por grasas vegetales. No solo han abierto nuevos mercados, sino que han posicionado su producto en estos países en los que los dulces se consumen durante todo el año. En total, en España, unas 500 factorías se dedican a este menester generando un volumen de negocio en torno a los 1.000 millones de euros. Peccata minuta si tenemos en cuenta que, en Europa, esa cantidad gira entre los 12.000 y los 20.000 millones al año solo en la comercialización de alimentos. Si añadimos las finanzas, el turismo o la cosmética, hablamos de más de 60.000 millones, según el World Halal Food (WHF).
Gasto
Durante 2013, y a nivel mundial, la población musulmana gastó más de 1,2 billones de dólares en alimentación (el 17,7% del gasto global en comida y bebida), 140.000 millones en turismo (se estima que en 2018 esa cantidad supere los 181.000 millones), 266.000 millones en Moda (tanto interés despierta que incluso Donna Karan ha sacado una nueva línea denominada Ramadan, por ejemplo -en la foto-), y más de 185.000 millones en nuevas tecnologías, ocio y cultura (un crecimiento del 7,3% respecto a 2012). Además, los Fondos Islámicos y los Bonos Sukusks (50.700 y 279.600 millones de dólares en activos, con un crecimiento interanual del 14% y del 11%, respectivamente) están impulsando el crecimientos de las finanzas islámicas (1,6 billones de dólares en activos). Toda una perita en dulce.
Primera piedra
De momento, una especie de primera piedra se ha puesto en Córdoba a través de la Fundación Agrópolis. Consta de un pilar institucional Ayuntamiento, Diputación, Ministerio de Agricultura y Junta de Andalucía, otro de conocimiento Universidad de Córdoba y Universidad Loyola de Andalucía, y otro más empresarial (18 patrones), cuyo fin es desarrollar un proyecto en común para constituir un cluster de producción Halal. Falta organizarlo, hacer acciones en conjunto y traer más empresas, señala Antonio Fernández, su director general. Y añade: El impulso institucional está y el económico es siempre bienvenido, más en esta época de escasos recursos. Es necesaria una mayor concienciación y conocimiento de estos mercados.
Público vs privado
Hay quien va más allá y apuesta por añadir a Córdoba también Granada y Málaga, un triángulo que tendría en el puerto de Algeciras (el quinto de Europa tras los de Rotterdam, Hamburgo, Amberes y Bremen) su lanzadera para exportar su producción. Lo ideal sería hacer un partenariado donde las instituciones públicas facilitasen los medios que la iniciativa privada necesita para asentarse. Existe una oportunidad para que las empresas se implanten aquí. Si los dos principales productores de carne del mundo están en Brasil (JBS Friboi y Brazilian Food Company) sin lazos con estos países, ¿por qué no instalarse en España??, se pregunta Antonio Fernández. Localización estratégica entre Europa y África, buenas relaciones con los países del Golfo Pérsico, y excelente materia prima, pueden ser poderosos polos de atracción.
Turismo
En España, y durante 2014, recibimos 1.155.662 turistas procedentes del mundo islámico, según Frontur. Un 18,1% más que en 2013. A la cabeza Argelia con casi 220.000 visitantes, seguida de Turquía (215.076) y Marruecos (199.305). Un porcentaje que podría inflarse mucho más si tenemos en consideración que no están incluidos India (tercer país en número de musulmanes, los que residen en Europa o los que vienen de Estados Unidos. ¿Cuánto? Según el informe Global Muslim Travel Index, serían 2,6 millones. Aquí hay una oportunidad extraordinaria, subraya Tomás Guerrero. Se trata de uno de los mercados turísticos más dinámicos, destaca John Kester, director de Tendencias de Mercado de la OMT (Organización Mundial del Turismo). En 2013, el grupo de países de la Organización de Cooperación Islámica generaron en los destinos visitados un gasto de 92.000 millones de euros (más del 10% del gasto mundial en turismo internacional). Pero para atraerlos habría que acometer cambios. Tenemos un gran desconocimiento de las demandas y especificidades de este tipo de turistas?, apunta Isabel Romero.
Banca y finanzas
En este campo, en España sería necesario acometer un cambio normativo para funcionar con normalidad. El Tesoro y el Banco de España están interesados en modificar el marco jurídico para hacer emisiones de deuda pública bajo el paraguas de un instrumento llamado Sukusks. Creen que es viable, apunta Tomás Guerrero. Y eso sería muy interesante para financiar nuestra deuda pública. Pero hay otro problema: los musulmanes desconocen el funcionamiento de este tipo de activos que son muy sofisticados. Tampoco hay una masa crítica (1,8 millones de musulmanes en españa), ni interés por las entidades financieras de aquí. Si existen bancos como el Arab Bank o Aresbank, siendo sus principales dar cobertura a las exportaciones españolas a estos países, e intentar captar los ahorros de sus ciudadanos. No alberga el mismo potencial que el turismo y la alimentación, indica Tomás Guerrero.