Cifras y letras de las “dos sesiones” chinas de 2024

AFP/NOEL CELIS - El presidente de China, Xi Jinping (C), pasa junto a los delegados durante la sesión de apertura del 20º Congreso del Partido Comunista Chino en el Gran Salón del Pueblo en Pekín el 16 de octubre de 2022
El presidente de China, Xi Jinping (C), pasa junto a los delegados durante la sesión de apertura del 20º Congreso del Partido Comunista Chino en el Gran Salón del Pueblo en Pekín el 16 de octubre de 2022 - AFP/NOEL CELIS
Las «dos sesiones» (o lianghui) constituyen uno de los principales acontecimientos en la vida política china
  1. Presentación
  2. La economía, la principal preocupación
  3. Algunos mensajes destacados
  4. Reformas legislativas
  5. El problema de Taiwán
  6. Incremento del presupuesto de defensa
  7. Balance general y conclusiones

Este documento es copia del original que ha sido publicado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos en el siguiente enlace.

Las «dos sesiones» anuales que China celebra cada mes de marzo ofrecen una síntesis de la agenda general del país. El cónclave permite calibrar no solo las principales preocupaciones del liderazgo, sino también las tendencias que animan su política interior y exterior. Si bien su significación y trascendencia ha menguado en el xiismo, en claro contraste con el auge experimentado durante el denguismo (1978-2012), su interés como expresión del pulso de la evolución china no debe menospreciarse. En 2024, los asuntos económicos han primado en un contexto de reafirmación de la incertidumbre general pero también ha habido signos claros de reorientación de la política interna (Consejo de Estado) así como en el ámbito diplomático o de las relaciones a través del estrecho de Taiwán. Persiste el esfuerzo en materia de defensa con el horizonte de 2027, centenario del Ejército Popular de Liberación.

Presentación

Las «dos sesiones» (o lianghui) constituyen uno de los principales acontecimientos en la vida política china. Cada año, los cerca de tres mil delegados convocados reúnen a la élite dirigente, líderes empresariales, tecnológicos, mediáticos y artísticos del país. En paralelo a la política de reforma y apertura denguista (1978), a pesar de ciertos altibajos, esta singular fórmula parlamentaria, muy alejada del patrón liberal, ha ganado cierta identidad como espejo de los problemas e inquietudes principales que conforman la agenda china. No cabe, por tanto, exagerar su trascendencia como tampoco minusvalorarla. En su justa medida, con sus dichos y no dichos, nos permite tomar cierto pulso a la situación en China.

Los dos órganos (Asamblea Popular Nacional, APN, y Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, CCPPCh) se reúnen de forma simultánea, tanto en pleno como en comisiones. En dichas instancias comparecen los principales dirigentes del país. Sus mensajes marcarán la pauta para los meses venideros. Y los diferentes informes de trabajo (desarrollo, ejecución presupuestaria, Fiscalía, Judicatura, Comité Permanente...) sintetizan el diagnóstico oficial de la realidad del país.

Dicha dinámica ritual se acompaña de encuentros con los medios de comunicación que amplifican los mensajes dirigiéndolos al conjunto de la sociedad. Una de las novedades de este año ha sido la suspensión de la rueda de prensa final del primer ministro Li Qiang, dejándose entrever que tampoco se realizará en los próximos años. De confirmarse, se pondría fin así a una práctica inaugurada por el primer ministro Li Peng en 1988. Zhu Rongji fue quizá el primero que le aportó una pincelada de color. Y, sobre todo, Wen Jiabao, quien probablemente llegó a brillar más que el propio presidente Hu Jintao. Li Keqiang, manejando con soltura también los focos, ofrecía siempre alguna perla, a menudo interpretada como un contraste complementario del horizonte dibujado por el xiismo. Li tenía aquí su momento de gloria, ciertamente escasos, pero del que otros podían recelar1.

La economía, la principal preocupación

El 2024 es un año crítico para cumplir con los objetivos del XIV Plan Quinquenal (2021- 2025). En la comparecencia pública de los principales líderes económicos, el ministro de Hacienda, Lan Foan; el ministro de Comercio, Wang Wentao; el director de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, Zheng Shanjie; el presidente del Banco Popular de China, Pan Gongsheng; y el director de la Comisión Reguladora de Valores, Wu Qing, se diagnosticaron las dificultades de la actual coyuntura económica señalando, como principal prioridad, el lograr la transición hacia un desarrollo económico de alta calidad.

Las principales directrices ya fueron previamente identificadas a partir de la Conferencia Central de Trabajo Económico, celebrada en diciembre, que estableció las prioridades para 2024, subrayando la importancia de alcanzar un equilibrio entre el ritmo y la calidad del desarrollo que apuntale los mimbres de la recuperación de 20232.

La situación económica general de China ofrece un balance complejo. Tras crecer un 3 % en 2022, la economía china creció un 5,2 % en 2023, una cifra no menor. Aun así, preocupan algunas taras estructurales. Según se detalló en la APN, por ejemplo, a finales de 2023, la deuda pendiente de los gobiernos locales ascendía a 40,74 billones de yuanes, incluidos alrededor de 15,87 billones de yuanes de deuda general y 24,87 billones de deuda especial. Un informe publicado en junio pasado por el Comité de Asuntos Económicos y Financieros de la APN destacó importantes riesgos de deuda en ciertas ciudades y distritos, y señaló el surgimiento continuo de nueva deuda oculta. El Gobierno central de China ha ordenado la suspensión de proyectos de infraestructura en doce provincias para evitar que se agrave aún más.

Rebajar la deuda de los gobiernos locales, desactivar los riesgos en el sector inmobiliario y las instituciones financieras pequeñas y medianas para salvaguardar la estabilidad económica y financiera general, se han señalado como los principales focos de inestabilidad y las principales causas de la desaceleración económica.

Los objetivos para 2024 fijan un crecimiento de alrededor del cinco por ciento. No obstante, no pocos analistas estiman que será inferior al objetivo anunciado por Li Qiang.

El Fondo Monetario Internacional calculó en febrero que estará por debajo del 4 %, y, según los propios datos oficiales, la mitad de las provincias hasta ahora no han alcanzado su objetivo de crecimiento.

El envejecimiento de la población, la desaceleración del consumo y el desempleo son otros obstáculos para el crecimiento. También se habla de un posible ajuste de la edad de jubilación, que aumentaría a 65 años.

Para impulsar la economía en 2024, el Gobierno central está preparando una serie de políticas de estímulo, incluido el consumo, que refuercen el crecimiento, incentivadas por un nuevo mandato: generar nuevas fuerzas productivas de calidad.

Este de las nuevas fuerzas productivas de calidad ha sido el concepto estrella que ha marcado las dos sesiones de este año. Aludido por Xi Jinping por primera vez en su gira de inspección por la provincia nororiental de Heilongjiang, en septiembre de 2023, se destacó igualmente en la Conferencia Central de Trabajo Económico, celebrada en diciembre, y se convirtió en el tema de la primera sesión de estudio grupal celebrada por el Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) este año.

En 2024, el desarrollo de nuevas fuerzas productivas de calidad se incluyó por primera vez en el informe sobre la labor del Gobierno. Esto se considera, en general, como el reconocimiento de que el modelo de crecimiento económico impulsado principalmente por la mano de obra de bajo coste, la inversión extensiva, pero ineficiente, la demanda externa y el consumo excesivo de recursos, ya no puede sostenerse. Ha tocado techo. China debe cultivar activamente nuevas tecnologías, nuevos modelos empresariales y futuras industrias para mejorar la calidad y la eficiencia de su desarrollo.

Por tanto, para promover esas nuevas fuerzas productivas de calidad resultaría imperativo profundizar en las reformas, con el fin de impulsar la innovación en ciencia y tecnología.

En la visión sugerida por las autoridades chinas, las nuevas fuerzas productivas de calidad significan una productividad avanzada que se emancipa del modo tradicional de crecimiento económico y de las vías clásicas de desarrollo de la productividad, se caracteriza por la alta tecnología, la alta eficiencia y la alta calidad, y está en línea con la 

nueva filosofía de desarrollo. Estarían impulsadas por avances tecnológicos revolucionarios, una asignación innovadora de los factores de producción y una profunda transformación y modernización industrial3.

Al abrigo de este objetivo, se traza un plan para el crecimiento de industrias estratégicas emergentes y futuristas, y se ofrece orientación sobre la inteligencia y el impulso de digitalización de las industrias tradicionales. Un plan esencial, en suma, para que China logre avances en sectores tecnológicos de vanguardia, como la inteligencia artificial (IA), los semiconductores y la computación cuántica, y para lograr una mayor autosuficiencia en ciertas áreas fuera de su alcance y dominadas por extranjeros.

El lanzamiento de la iniciativa «AI Plus», promovería la integración de la IA con la economía real, acelerando la aplicación en sectores clave. Si en el plano interno, esto permitiría una importante transformación del tejido productivo y la creación de nuevos modelos de negocios, otro objetivo sería el reforzamiento de la competitividad internacional de China en ciencia y tecnología.

Cabe señalar que, en 2023, la industria de IA en China representó el valor de 500.000 millones de yuanes, con más de 4.400 empresas, según datos del Centro de Desarrollo de la Industria de la Información de China4.

Según las autoridades, China lidera actualmente el esfuerzo mundial en energías verdes y renovables, en vehículos eléctricos y baterías de alta gama, en redes de telecomunicaciones móviles de alta velocidad y líneas ferroviarias, en conducción autónoma, espacio profundo, robótica moderna, inteligencia artificial, computación cuántica y otros rubros avanzados de investigación y desarrollo de tecnologías de la información. Es sobre esta base que pretende liderar la búsqueda y creación de nuevas fuerzas productivas de calidad5.

El reto de abrir paso a una estrategia de desarrollo impulsada por la innovación representa el mayor hándicap estratégico para la modernización de China en el orden económico. Desde hace más de una década este ha sido un objeto preferente de las políticas gubernamentales. Algunos resultados son evidentes. La clasificación de China en el Índice Mundial de Innovación, publicado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, saltó del puesto 34 en 2012 al 12 el año pasado6.

Datos publicados en 2023 muestran que China superó por primera vez a Estados Unidos como país o territorio número 1 en contribuciones a artículos de investigación publicados en el grupo Nature Index de revistas de ciencias naturales de alta calidad en el año 20227.

La investigación básica es la fuente de la innovación en ciencia y tecnología. Aunque China ha hecho progresos significativos en este campo, la distancia con el nivel avanzado internacional sigue siendo evidente. El gasto de China en investigación y desarrollo (I+D) superó los 3,3 billones de yuanes (458.500 millones de dólares) en 2023, lo que supone un incremento interanual del 8,1 %, anunció Yin Hejun, ministro de Ciencia y Tecnología del país8.

Algunos mensajes destacados

Complementariamente, en lo cualitativo, las dos sesiones han incorporado algunos mensajes singulares. El primero, el dirigido al sector privado, un segmento que ha estado en el ojo del huracán en los últimos años en virtud de la preeminencia otorgada al sector estatal. Las autoridades han dejado entrever un reforzamiento de su apoyo asumiendo el compromiso de formulación de una ley de promoción de la economía privada para mejorar el sistema legislativo asociado. Asimismo, cabe hacer mención del reconocimiento del papel de vanguardia de las empresas privadas a la hora de facilitar el desarrollo coordinado de la cadena industrial tecnológica.

De 2012 a 2023, el número de empresas privadas en China se multiplicó por más de cuatro, y la proporción de empresas privadas en el número total aumentó de menos del 80 % a más del 92 % por ciento9, dicen los datos oficiales. Sin embargo, más allá de dichos números, la asunción de la economía privada como un importante impulsor del empleo y una fuerza nada despreciable en la mejora económica de China avala el interés por alentar una cierta vigorización que ponga freno al decaimiento cualitativo de los últimos años.

En segundo lugar, fortalecer el desarrollo tecnológico autónomo. La previsión de un agravamiento de la competencia en este orden en el marco de la intensificación de la tensión geopolítica conmina a las autoridades chinas a multiplicar el esfuerzo propio. En este sentido, a la par que la multiplicación de las quejas respecto a EE. UU. a propósito de la ampliación del conjunto de herramientas de seguridad nacional para reprimir el ascenso de China, es de prever una intensificación del esfuerzo en esta crucial carrera.

En tercer lugar, la recuperación del activismo diplomático, otorgando de nuevo un papel de alto nivel al presidente Xi Jinping. Los principales focos, además de EE. UU., inmerso en un año electoral que será convulso para China, se centrarían en Europa (con probable visita a Serbia y Francia), Rusia y el sur global, a quien se reconoce como una fuerza relevante para la reforma del orden internacional.

Reformas legislativas

Dos deben destacarse. De una parte, el anuncio de compilación de un proyecto de código medioambiental que podría aprobarse este mismo año, culminando un importante esfuerzo de transformación de la cultura cívica en materia ambiental.

De otra, la reforma del Consejo de Estado, aprobada en estas dos sesiones. Esta ha sido la primera revisión de la ley, adoptada en diciembre de 1982, cuando se formuló la actual Constitución del país.

Oficialmente, el objetivo de la dicha revisión consiste en profundizar el «liderazgo» del Partido Comunista sobre el Gobierno. En síntesis, institucionaliza alteraciones anteriores y puntuales y acentúa la plasmación de un sistema en que el Partido lidera absolutamente la política, relegando a contenidos más técnicos, ejecutivos y de menor enjundia el papel del Consejo de Estado.

El problema de Taiwán

La auscultación de un hipotético cambio de política en torno a Taiwán ha estado muy presente en estas dos sesiones. En su informe, el primer ministro Li Qiang aludió al inquebrantable compromiso con la «reunificación» pero obvió la referencia a la forma «pacífica», lo cual desató un cúmulo de especulaciones sobre un «endurecimiento» de la posición continental. En un encuentro con los medios, el ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, fue tajante: «Nunca se le permitirá separarse de China». El riesgo de alentar una «sobre interpretación» se nutre de la intensificación de la presión ante el relevo presidencial del 20 de mayo como un intento de influir en la orientación del discurso presidencial de Lai Ching-te.

En lo esencial, la posición de Pekín sigue siendo la misma. Pero el tono se está alterando, al igual que la praxis. En efecto, el creciente énfasis trata de responder a la coyuntura en la isla (con la victoria presidencial de Lai Ching-te el pasado enero) y la elevación del compromiso con Taipéi de algunos países desarrollados. No debe haber lugar a equívocos, dice Pekín10. En la misma línea, cabe interpretar movimientos recientes que apuntan al establecimiento de un control jurisdiccional de facto del área de Kinmen tras la muerte de dos marineros chinos en un dispositivo de persecución de la Guardia Costera taiwanesa.

En la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, su presidente, Wang Huning, reafirmó los principios tradicionales ideados para resolver el problema, sin que avanzara en el detalle de la «iniciativa estratégica» aludida durante la conferencia de trabajo previa del 22 y 23 de febrero. En dicho cónclave, Wang había «elevado» su lenguaje de la simple palabra «oponerse» a la independencia, a la más enérgica, y para algunos oídos, más combativa, frase «combatir resueltamente».

Cuando en el marco de las dos sesiones, el presidente Xi se reunió con el Comité Revolucionario del Kuomintang chino, un grupo político con sede en el continente, y distinto del Kuomintang (KMT) asentado en la isla, pidió la movilización de los «patriotas» en Taiwán y en el extranjero para rechazar los esfuerzos independentistas protaiwaneses.

En este sentido, sigue pendiente de clarificación una mayor definición de la «estrategia general para resolver la cuestión de Taiwán en la Nueva Era», insinuada por Xi Jinping en su informe político al XX Congreso Nacional del PCCh el 16 de octubre de 202211. Hasta ahora, sus contornos han sido delimitados por el diplomático chino Liu Jieyi, exdirector de la Oficina de Asuntos de Taiwán, en un artículo para Qiushi, revista teórica del PCCh. En este texto, se advierte ya un lenguaje más incisivo y determinante, aunque con pocas novedades conceptuales y tácticas12.

Mientras tanto, la situación general sigue deteriorándose. Taiwán ha reaccionado a la mayor presencia del Ejército Popular de Liberación (EPL) en su entorno con un ajuste en su modus operandi para lo que llama un «contraataque de autodefensa». La definición militar de «primer disparo» de China se ha actualizado para denotar un «primer movimiento» que involucra aviones o buques militares chinos «que cruzan la frontera», es decir, entran en las aguas territoriales y el espacio aéreo de Taiwán13.

Por otra parte, EE. UU. no ceja en su apoyo a Taiwán, al contrario. La propuesta de presupuesto para 2025 publicada por la Casa Blanca incluye una solicitud de cien millones de dólares para ayudar a Taiwán a fortalecer la disuasión y mantener la paz y la estabilidad a través del estrecho de Taiwán14. Es la primera vez que Estados Unidos incluye a Taiwán de forma independiente en su presupuesto, asignando fondos para fortalecer su capacidad de disuasión. Esta acción demuestra, una vez más, la alta prioridad que Estados Unidos otorga a las necesidades de defensa de la isla.

Asimismo, Washington ha lanzado una «colaboración militar significativa» con Taiwán que implica el despliegue de fuerzas especiales en Kimen y Penghu. Los asesores estadounidenses participarían en ejercicios de entrenamiento regulares, crearían directrices operativas conjuntas y manuales de entrenamiento y proporcionarían instrucciones para operar el Black Hornet Nano, que Taiwán planea comprar a EE. UU. a través de una venta militar directa. Los planes de Estados Unidos marcan un alejamiento de la práctica anterior de enviar misiones frecuentes, pero no permanentes, de entrenamiento y observación a Taiwán15. La presencia de fuerzas especiales estadounidenses en suelo de Taiwán fue confirmada por primera vez por la presidenta Tsai Ing-wen en una entrevista con CNN en 2021, aunque no se publicó ninguna información sobre su ubicación.

Incremento del presupuesto de defensa

China anunció un proyecto de presupuesto de defensa para 2024 por 1,66554 billones de yuanes (231.360 millones de dólares), lo que supone un aumento del 7,2 % respecto al año anterior. El presupuesto de la cartera ha mantenido un avance de un solo dígito durante 9 años consecutivos desde 2016. Su tasa de crecimiento quedó fija en un 7,2 % en 2023, mientras que fluctuó de manera estable entre un 6 y un 8 % en los últimos años.

El gasto militar representa el corazón del presupuesto chino y significa alrededor del 40 % del gasto total del Gobierno central. Este gasto representa diez veces el dedicado a educación y casi cinco veces el reservado a ciencia y tecnología16. El Gobierno chino insiste: el gasto militar simboliza «una prioridad», mientras que el de otros sectores se ajusta «de acuerdo con la necesidad de ahorro presupuestario»17.

Xi Jinping tiene el firme propósito de hacer del EPL una «fuerza de clase mundial» para 2027, el año del centenario de su fundación por el PCCh. La cifra real del gasto militar de Pekín probablemente sea mucho mayor. Algunos analistas sostienen que las cantidades destinadas a investigación y desarrollo no están incluidas en esta cantidad. Y las regiones también contribuyen al esfuerzo bélico que ha seguido aumentando. «El 

gasto militar chino ha aumentado durante veintiocho años consecutivos», recordó el año pasado el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo. China siguió siendo el segundo país más grande del mundo, con una estimación de 292.000 millones de dólares en 2022. Esto es un 4,2 % más que en 2021 y un 63 % más que en 2013»18.

Desde que llegó al poder en 2012, Xi Jinping ha iniciado una profunda transformación estructural y estratégica del EPL. Una de sus prioridades fue asegurar las fronteras del país. Desde la presidencia de la Comisión Militar Central del Partido reorganizó las siete regiones militares en cinco «teatros de mando» o «zonas de combate». El EPL debe
«prepararse para el combate» y «ganar guerras», dijo Xi Jinping en 2016, acelerando importantes adecuaciones militares. China tiene hoy la armada más grande del planeta por número de barcos, con una capacidad de construcción naval inigualable y tres portaviones. El último, el Fujian, de 85.000 toneladas y 320 metros de largo. Lanzado en 2022, es el primer portaviones 100 % fabricado en China. El 5 de marzo, el almirante Yuan Huazhi habló oficialmente por primera vez de la construcción de un cuarto portaviones. «Pronto les diré si funciona con energía nuclear», dijo en respuesta a la pregunta de un periodista. Estados Unidos tiene once portaviones19.

El año 2023 ha sido particularmente convulso en el área de defensa, con la destitución de dos ministros del ramo y dos generales al mando de la estratégica Fuerza de Cohetes. Fueron reemplazados sin más. Retirado desde marzo de 2023, el exministro Wei Fenghe ya no aparece en público, al igual que su sucesor, Li Shangfu, destituido en octubre. Otras figuras militares de alto rango, particularmente en la rama de misiles nucleares del ejército, han sido destituidos.

Balance general y conclusiones

En las dos sesiones de 2024 ha habido un reconocimiento expreso de las importantes dificultades que acompañan la recuperación económica postpandémica en China. El objetivo de crecimiento del cinco por ciento no será fácil de lograr, en tanto persista la gravedad de los «riesgos ocultos» que están arrastrando a la economía hacia abajo. 

El informe del primer ministro Li Qiang recoge las múltiples dificultades y desafíos a que se enfrenta el país, como una base insuficientemente sólida para una recuperación económica y un crecimiento sostenidos, además de una falta de demanda efectiva20.

Si a lo largo de 2023, el desarrollo de las industrias estratégicas emergentes de China ha pasado de un avance puntual a un salto colectivo, en 2024 debiera convertirse en una fuerza importante para sostener el crecimiento económico. El énfasis en la calidad del crecimiento implica claramente el deseo de poner a China a la vanguardia de la innovación tecnológica global. El telón de fondo de estos esfuerzos es la puesta al día en la industria de los microprocesadores.

Frente al escepticismo exterior, los objetivos para el próximo año son optimistas: un objetivo de crecimiento del PIB del 5 %, un déficit fiscal del 3 % del PIB, una cuota especial de bonos para los gobiernos locales de 3,9 billones de yuanes, la creación de más de 12 millones de empleos urbanos y una tasa de desempleo de «alrededor del 5,5 %».

En lo político, las dos sesiones de este año han representado una nueva vuelta de tuerca al liderazgo de Xi Jinping, quien refuerza su posición interna, acentuando el poder del PCCh sobre cualquier otra institución, en particular, el Consejo de Estado21. El primer ministro asume un papel de mayor subalternidad y ve circunscrita su relevancia independiente22. Si su antecesor, el malogrado Li Keqiang, se afanaba por promover una narrativa distanciada del Comité Central del PCCh, esta persistente fusión de las áreas del Partido y del Gobierno se sustancia con el reforzamiento del carácter ejecutivo del Consejo del Estado en detrimento de su autonomía. En Pekín estiman que este modelo, progresivamente alejado de las inquietudes del denguismo, le proveerá de una mayor eficiencia en la persecución de sus objetivos políticos en un periodo histórico crucial.

Xulio Ríos
Asesor de Casa Asia y emérito del Observatorio de la Política China

Referencias:

1 RIOS, Xulio. «Un único sol en el cielo», Público. 12 de marzo de 2024.
2 Xinhua, 12 de diciembre de 2023.

3 Diccionario de Xinhua, 6 de marzo de 2024.
4 Hoje Macau, 7 de marzo de 2024.
5 Hoje Macau, 8 de marzo de 2024.
6 Xinhua, 12 de marzo de 2024.
7 China.org, 12 de marzo de 2024.
11 https://politica-china.org/secciones/algunos-documentos-referenciales-del-xx-congreso-del-pcch Nota: Todos los hipervínculos están activos con fecha de 22 de marzo de 2024.
12 https://interpret.csis.org/translations/adhere-to-the-partys-overall-strategy-for-resolving-the-taiwan-issue-in-the- new-era/
13 CNA, 8 de marzo de 2024.
15 CNA, 14 de marzo de 2024.
16 Asialyst, 10 de marzo de 2024.
17 En Asialyst: «Chine, le budget militaire en hausse de 7,2 % en 2024 sur fond de crise». 9 de marzo de 2024.
18 Ibídem.
19 https://www.escenariomundial.com/2024/03/15/el-cuarto-portaaviones-de-la-armada-china-puede-cambiar-el- balance-de-fuerzas-en-el-indo-pacifico/
20 El informe sobre la labor del Gobierno: https://spanish.news.cn/20240312/1bd9e39064694d6494725c965cb42b80/c.html 21 Global Times, 11 de marzo de 2024.
22 WO-LAP LAM, Willy. «The National People’s Congress Exposes Xi Jinping’s Problems». Disponible en: https://jamestown.org/program/the-national-peoples-congress-exposes-xi-jinpings-problems/