Asociación estratégica Estados Unidos-Vietnam: una nueva fase en la contención a China

Este documento es copia del original que ha sido publicado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos en el siguiente enlace.
Estados Unidos y Vietnam han acordado elevar sus relaciones al máximo nivel diplomático mediante la firma de un acuerdo de Asociación Estratégica Integral, lo que introduce al país norteamericano en el pequeño grupo que conforman China, Rusia y Corea del Sur, y al que próximamente se sumará la India. Teniendo en cuenta que las relaciones exteriores de Vietnam no contemplan un nivel de vinculación mayor, este paso culmen imprime un giro histórico a la relación entre ambos actores.
A este acuerdo se une una situación geopolítica fuertemente marcada por las ambiciones chinas en el Sudeste Asiático. Sin duda alguna, tanto para Vietnam como para Estados Unidos esta coyuntura entraña intereses geopolíticos de alto nivel, y ambos están decididos a reaccionar. En el marco descrito, resuena la idea de rescatar un concepto que marcaría la geopolítica del siglo XX: la política de la contención, cuyos principios, de ser aplicados con cierta cautela y equilibrio, pueden hacer factible un contrapeso al gigante asiático que inicie una nueva fase. De lo contrario, las acciones de la RPC podrían tener un impacto regional y global sin precedentes.
Introducción: un giro en las relaciones Estados Unidos-Vietnam
Este 2023 se cumplen cincuenta años del cierre de uno de los capítulos internacionales que transformaron la realidad global tal y como se había estructurado hasta entonces1. 1973 marcó un antes y un después en la concepción de la política exterior de la potencia hegemónica del siglo XX, Estados Unidos, por lo que los cambios sufridos trastocaron el mapa global de intereses y relaciones de fuerzas entre las potencias internacionales.
Con la firma del Acuerdo de París entre Estados Unidos y Vietnam en 1973 las hostilidades entre ambas partes cesaron. La significativa retirada de los estadounidenses del territorio vietnamita supuso la confirmación y suma del régimen al espectro comunista (representado en la guerra por Vietnam del Norte), cuyos máximos exponentes eran la Unión Soviética y China. De esta forma, lo que para el Partido Comunista de Vietnam supuso una victoria sin precedentes, para el bando contrario marcó un punto de inflexión en la supremacía militar demostrada hasta la fecha.
Los Estados Unidos vieron afectada no solo su presencia en el exterior, sino también su resiliencia interna, debido a la división social que el conflicto vietnamita generaba entre la población del país. Con el desarrollo de la Guerra Fría, las relaciones entre ambos actores se caracterizaron por el mantenimiento de una cierta distancia y por centrarse en sus asuntos más inmediatos. Para Estados Unidos, la confrontación con la Unión Soviética y el desarrollo de lazos con China eran de alta prioridad. En el caso de Vietnam, la consolidación de su estructura estatal y la forja de alianzas acapararon la mayor parte de los esfuerzos del Gobierno, recientemente establecido en Hanói.
No obstante, la situación en 2023 dista mucho de guardar alguna similitud con el contexto descrito. Vietnam es hoy en día una potencia regional emergente con una economía en desarrollo, importantes signos de fortaleza y una política exterior ampliamente marcada por sus relaciones vecinales, principalmente con China, con la que comparte alrededor de 1400 kilómetros de frontera. Además, tiene un papel fundamental en la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN), un espacio de actuación internacional muy importante para Vietnam de cara a la economía y a las relaciones con sus vecinos asiáticos en términos de seguridad, finanzas o comercio exterior. Por último, en 1995 las relaciones diplomáticas entre Vietnam y Estados Unidos se normalizaron.
En la parte contraria, Estados Unidos está asistiendo a un momento crucial para su posición hegemónica global al tiempo que ha de atajar innumerables retos internos, desde una alta deuda pública hasta el cuestionamiento de su modelo social2. En términos globales, el país debe hacer frente a un competidor que plantea uno de los desafíos más complejos para su dominio internacional desde la Guerra Fría: China. Lejos del marco de enfrentamiento del pasado siglo, la competencia actual entre ambas potencias se caracteriza por librarse en un escenario totalmente interconectado, donde la fuerza militar se ha transformado y han surgido nuevos espacios de confrontación, como el ciberespacio o el espacio exterior.
Así pues, las dinámicas globales han ido fortaleciendo el papel de China como principal rival para Estados Unidos y Vietnam en una región que se postula como el escenario internacional donde tendrán lugar los cambios más importantes de este siglo: el Indopacífico. Ambos actores han encontrado en este escenario un frente común: contrarrestar el peso de China en la región. A causa de lo expuesto, su relación, marcada históricamente por el conflicto, ha logrado evolucionar hasta alcanzar unos niveles elevados de cooperación en materia económica y de seguridad.
Tras cincuenta años del Acuerdo de París y veintiocho de la normalización de sus vínculos diplomáticos, el 10 de septiembre de 2023 Estados Unidos y Vietnam firmaron un acuerdo que eleva sus relaciones al nivel de Asociación Estratégica Integral3, el grado máximo que el sistema de relaciones exteriores vietnamita establece4. Este nuevo nivel de entendimiento se refleja en una mayor cooperación en ámbitos tan elementales como la ciencia y la tecnología, el cambio climático o el comercio. No obstante, es necesario destacar un aspecto clave para el papel que ambos actores desempeñan en la región: la cooperación en seguridad y defensa.
Desde que los presidentes Obama y Truong Tan Sang firmaron un acuerdo de asociación estratégica en 2013 —paso previo a alcanzar el máximo nivel de vinculación—, las relaciones entre Estados Unidos y Vietnam han estado marcadas por una profundización en todos sus aspectos. En la actualidad, Estados Unidos se ha convertido en uno de los principales socios de Vietnam en materia de seguridad: desde 2017 ha invertido más de 100 millones de dólares en ayuda militar para el país a través del Foreign Military Financing Program5, dirigido a fortalecer sus capacidades defensivas y militares.
Asimismo, la Administración Obama levantó el embargo de armas a Vietnam en 2016, año a partir del cual Estados Unidos se comprometió a exportar permanentemente material de defensa por valor de más de 30 millones de dólares anuales. A ello se suman los 108 millones de dólares en ventas que Estados Unidos recibe de Vietnam desde dicho año. Otro reflejo de la mejora de las relaciones en este ámbito fue la visita realizada a Vietnam en marzo de 2018 por el portaaviones USS Carl Vinson: el visitaba sus costas desde hacía más de cuarenta años. Posteriormente, en marzo de 2020, fue el turno del USS Theodore Roosevelt6. La mejora de las conexiones en materia militar y defensiva también se refleja en acuerdos como la participación de Vietnam en la Global Peace Operations Initiative (GPOI), creada y estructurada por Estados Unidos para contribuir a las misiones internacionales de las Naciones Unidas.
El positivo desarrollo de las relaciones en el campo de la defensa y la seguridad se manifiesta en la percepción del país norteamericano que la sociedad vietnamita tiene en la actualidad. Según la encuesta The State of South Asia 20237, un 72 % de la población vietnamita confía en Estados Unidos como garante de la seguridad y la paz internacionales y define al país como un pilar esencial en la estabilidad global, frente a un 12 % que no lo hace. Esta visión del liderazgo global de Estados Unidos se asienta en su empleo de las capacidades militares y económicas para promover la estabilidad internacional, un eje esencial de la política exterior vietnamita.
En el 10.º aniversario de la firma del Acuerdo de Asociación Estratégica, ambas partes han reconocido la interdependencia de sus relaciones ampliando a siete los pilares de cooperación: inversión, gestión del legado de la guerra, promoción de la seguridad, promoción de la prosperidad, crisis climática, cooperación sanitaria y gestión del río Mekong8. Sin duda alguna, estos pilares de cooperación reflejan un giro histórico en las relaciones entre Vietnam y Estados Unidos. No obstante, la geopolítica de la región y las ambiciones chinas pondrán a prueba tanto esta asociación como la política exterior vietnamita.
Vietnam, la diplomacia del bambú y sus lazos con China
Tras superar distintos periodos de guerra con Estados Unidos y China9, la política exterior vietnamita ha estado marcada —y ha sido reconocida a nivel global— por su promoción de la paz, la soberanía estatal y la prosperidad. Aplicando a la política exterior los principios marxista-leninistas, un eje ideológico esencial para el país, los vietnamitas han logrado generar una estructura política basada en la absorción selectiva de los fundamentos culturales de otras naciones y del pensamiento progresista a nivel global, que ha desembocado en el desarrollo de los atributos mencionados.
Esta combinación de firmeza en los elementos ideológicos y ductilidad en los métodos diplomáticos ha derivado en las últimas décadas en una política exterior caracterizada por la omnicanalidad y la flexibilidad. Conocida como la «diplomacia del bambú», su denominación se debe al parecido que aflora al comparar el diseño de la política exterior de Vietnam con la planta: unas raíces fuertes (la ideología) coexisten con tallos flexibles (los métodos). A través de la diplomacia, sin renunciar a sus principios, el país asiático se ha adaptado a un entorno cambiante y ha apostado por desarrollar nuevas relaciones que traspasan las limitaciones ideológicas, lo que convierte a esta política en apta para todos los tiempos.
No obstante, la citada política exterior está siendo desafiada por los retos regionales, fuertemente marcados por la competición geopolítica, encabezada por China y sus ambiciones. En esta línea, Vietnam y su sociedad son conscientes de la amenaza que representa el gigante asiático, pero hay una serie de lazos con China que resultan muy difíciles de resquebrajar. Según The State of South Asia 2023, la misma fuente empleada para el caso estadounidense, un 78 % de la población vietnamita responde negativamente a la siguiente pregunta sobre China: ¿Cuánto confías en que China hará lo correcto para contribuir a la paz global, la seguridad, la prosperidad y la gobernanza?
La amenaza está clara para Vietnam: China emplea y empleará sus capacidades económicas y militares para fomentar sus intereses a costa de la estabilidad regional y global. Un ejemplo clarificador de esta tendencia es la insistente reclamación china de en torno al 85 % del mar del Sur de China10, basada en la «línea de los nueve puntos»11 y que afecta a múltiples países, entre ellos Vietnam. El control de la zona referida es vital para la supervivencia hegemónica de China: sin él, se arriesga a que el potencial naval de Estados Unidos se convierta en una fuerza difícil de superar en la zona y a que el dominio de puntos clave para el abastecimiento de su tejido económico y social, como el estrecho de Malaca, quede en manos de otros. La magnitud del asunto para China se refleja en un aumento de las tensiones regionales, consecuencia de sus acciones unilaterales para torpedear cualquier iniciativa que suponga una amenaza en este sentido.
Así pues, entre China y Vietnam existen y han existido disputas que han incrementado la tensión en sus relaciones y que han elevado a máximos históricos las posibilidades de una escalada militar en la región. El reclamo de la soberanía de las islas Paracelso y Spratly, la implantación en 2014 de una plataforma petrolera china en aguas de la zona económica exclusiva (ZEE) de Vietnam o los choques marítimos entre ambas naciones motivados por las actividades de perforación llevadas a cabo por Vietnam en 201712 ejemplifican la confrontación entre ambas estrategias geopolíticas.
Sin embargo, la relación entre Vietnam y China, más que una amenaza, entraña una serie de lazos históricos y económicos que influyen en la toma de decisiones del primero. Para comenzar, ambos países cuentan con una evolución histórica similar: sus respectivos sistemas, basados en el comunismo, entraron en una etapa de apertura financiera13 que los llevó a un dualismo en lo político y lo económico. Por otra parte, cabe resaltar diferencias clave en términos de gobernanza. Por ejemplo, el secretario general del Partido Comunista vietnamita, Nguyen Phu Trong, es una figura diferente del presidente de Vietnam, Vo Van Thuong, mientras que en China el poder se concentra en una persona, Xi Jinping.
Desde que se normalizaron sus relaciones, China se ha convertido en el primer socio económico de Vietnam, de donde proceden alrededor del 40 % de sus importaciones. A través de la firma de más de trece acuerdos económicos, Vietnam se ha convertido en el sexto socio comercial de China. Por consiguiente, el plano económico es un nexo fundamental en estas relaciones, que ambos actores emplean como motor de desarrollo y que sitúan a Vietnam en una posición compleja ante el desequilibrio comercial y geopolítico. Como muestra de su buena relación en dicho ámbito, en octubre de 2022 el presidente vietnamita fue el primer mandatario extranjero en viajar a Pekín tras el reconocimiento del tercer mandato de Xi Jinping14.
Ante la situación descrita, Vietnam ha decidido establecer cierta distancia con su socio en la política exterior, al mismo tiempo que busca no realizar acciones que puedan irritar al gigante vecino. Esta ambivalencia ha sido puesta en práctica en la política exterior de Vietnam a través del principio de los «tres noes»: no a las bases militares extranjeras, no a formar parte de alianzas militares y no al apoyo a un país en lucha con otro. Este principio refleja nuevamente el carácter de la diplomacia de bambú, que apuesta por la soberanía y la paz internacional a la par que concede cierto margen de actuación al país en sus relaciones con otros Estados, cubriéndose de cualquier acusación por parte de China referente a su vinculación con otras naciones en el ámbito militar.
Ahora bien, Vietnam es consciente de la amenaza que China representa en la región y, de forma directa, para sus relaciones. En consecuencia, el país ha comenzado a promover ciertos acuerdos con otros actores que buscan servir de contrapeso a la influencia de la RPC, y en Estados Unidos ha encontrado un socio que abre una vía muy plausible para el cumplimiento de este objetivo. Tanto es así que se ha vuelto a poner sobre la mesa uno de los conceptos geopolíticos más mencionados en la Guerra Fría: la política de contención.
¿Hacia una geopolítica de la contención 2.0?
Los orígenes de la política de contención se remontan al «telegrama largo» redactado en 1946 por el entonces embajador de Estados Unidos en la Unión Soviética, George F. Kennan15. Esta noción se convirtió en el centro del debate político de las décadas posteriores a partir de la publicación del artículo «The Sources of Soviet Conduct» en Foreign Affairs16. Fundamentada en la necesidad de contener la expansión soviética a través de las denominadas esferas de influencia, esta política encontraba su motivación en la realidad expuesta por el texto de Kennan, donde se remarcaba que la idiosincrasia del sistema comunista soviético no permitiría una convivencia pacífica con el ideario político estadounidense.
Aunque ambos bandos resultaron victoriosos de la Segunda Guerra Mundial, la política de la contención reflejaba la necesidad de presentar a los soviéticos puntos de contrafuerza inalterables. Washington «organizó» el mundo en zonas de influencia soviéticas y estadounidenses en función de la cuales estructuró su política exterior con el fin de proteger la estabilidad y la paz internacionales. El marco conceptual que esta política aportó para el desarrollo de la resistencia tanto política como militar al expansionismo soviético es fundamental para comprender las acciones estadounidenses a lo largo de la Guerra Fría17.
Sin estar exenta de críticas18, la política de la contención fue moldeada por las distintas corrientes ideológicas que marcaba cada Administración estadounidense. Bajo su amparo se produjeron importantes sucesos que aún hoy en día tienen un peso fundamental en el escenario internacional, como la creación de la Alianza Atlántica en 1949 o la guerra de Vietnam, finalizada en 1973. Por ello, al hablar de las intenciones de expansión chinas en el Indopacífico y el resto del mundo, numerosos analistas políticos han rescatado la terminología de la contención para afrontar el desafío que la RPC plantea tanto a nivel regional como global a la hegemonía estadounidense.
Estados Unidos ha situado el Indopacífico como un punto fundamental para su política exterior en este siglo. La estrategia exterior norteamericana es consciente de la importancia de las acciones de desestabilización de China en la región, así como de sus ambiciones y sus ya conocidas intenciones19. En consecuencia, Estados Unidos ha encontrado en Vietnam un posible contrapeso. En este marco, Vietnam tiene clara la importancia de emplear la omnicanalidad en su máxima expresión en su estrategia exterior, buscando la equidistancia entre Estados Unidos y China para no elevar las tensiones con este último país y no dejar pasar la oportunidad de contar con el elemento disuasorio que el primero representa.
Por su parte, Estados Unidos está trabajando para construir relaciones sólidas con países del Sudeste Asiático que también encuentren un punto común en esta causa.
Tailandia, Singapur, Indonesia, Malasia o Filipinas son algunas de las naciones con las que Washington ha firmado acuerdos específicos de cooperación en seguridad y defensa. En la misma línea se sitúa la renovación de la cooperación en materia de defensa entre Estados Unidos y Filipinas20 tras mostrar ambas partes su preocupación por la unilateralidad de las acciones de la RPC en el mar del Sur de China, motivo de varias preocupaciones geopolíticas para Filipinas. Por tanto, la amenaza china es palpable en la región, y los países que la conforman, aun existiendo fuertes lazos económicos con Pekín, buscan y hallan en Estados Unidos un actor global que ejerce como líder en la defensa de su estabilidad.
Otro elemento de elevada importancia es la cooperación en materia de seguridad y defensa entre Estados Unidos y Vietnam, especialmente en capacidades navales, pues guarda una fuerte relación con el objetivo conjunto de cercar a China por vía marítima. En su acuerdo de Asociación Estratégica Integral, Estados Unidos menciona que prestará especial atención al reforzamiento de las capacidades navales de Vietnam en términos de seguridad y defensa con el fin de que el país disponga de los recursos necesarios para hacer valer el derecho internacional y su soberanía.
El mencionado programa Foreign Military Financing (FMF)21 recoge el aumento progresivo de la inversión del Gobierno estadounidense en este sector, tan elemental a nivel geopolítico para ambas partes. Tal y como enfoca el caso de Vietnam, el eje esencial del programa es apoyar, transferir, reforzar y fomentar los recursos de los guardacostas del país en pro de su posición en el mar del Sur de China. En esta misma línea, Vietnam participa desde 2018 en el denominado Rim of the Pacific (RIMPAC)22, el mayor ejercicio militar naval del mundo, que Estados Unidos celebra con una frecuencia bianual junto a sus aliados.
Por su parte, Vietnam dispone de una estrategia propia respecto a sus relaciones en la región, cuyo fin último es contener las acciones chinas. A diferencia de Estados Unidos y su política de contención, que obliga a elegir aquellos puntos donde ejercer presión al rival para reducir su influencia, Vietnam forma parte naturalmente de los países del Sudeste Asiático que conforman un contrapeso a la expansión china, como les sucede a la India, Japón, Corea del Sur o Filipinas.
Aquí se observa un punto en común entre Estados Unidos y Vietnam en el empleo de la política de la contención en este determinado contexto. Lo que para Estados Unidos suponer verter esfuerzos geopolíticos en construir un cerco en torno a China en su región, para Vietnam está ligado al curso de sus alianzas naturales (exceptuando a Camboya y Laos, que se decantan más hacia China). No obstante, ambas estrategias comprenden a actores fundamentales para una y otra perspectiva. Véanse Japón, Corea del Sur y Filipinas, aliados históricos de Estados Unidos.
Compartan o no una visión de la aplicación de la política de la contención, lo cierto es que su fin último es válido para los objetivos estratégicos tanto de Vietnam como de Estados Unidos: reducir la influencia y la expansión de China en el Sudeste Asiático. En el supuesto de Estados Unidos, este objetivo es vital para su supervivencia en el trono de la hegemonía global; en el de Vietnam, se trata de un asunto de elevada importancia para su situación soberana y su independencia. Así pues, Vietnam recoge los aspectos más interesantes de la contención y los aplica de manera bilateral en la medida en que le resultan rentables.
Asociación Estratégica Integral: histórica, sí, pero con obstáculos
El significado histórico del salto en las relaciones bilaterales entre Vietnam y Estados Unidos ya se ha apuntado. Este no supone únicamente dejar el pasado atrás, sino emplearlo para consolidar los vínculos entre naciones y manifestarlos de manera conjunta a nivel global. No obstante, es necesario apuntar aquellos elementos que aún pueden generar puntos de fricción.
Obviamente, entre ambos países existe una cierta distancia ideológica y política, pero sus necesidades comunes han logrado traspasar los referidos obstáculos para posibilitar la cooperación. En dicho sentido, el desarrollo de este nuevo estadio en las relaciones estadounidense-vietnamitas se puede encontrar por parte de este último. Mas no con sus relaciones con Estados Unidos, sino con otro actor global de alta importancia e influencia y, cómo no, un enemigo vital para los norteamericanos: Rusia.
Desde sus orígenes, Vietnam ha mantenido una especial relación con el país euroasiático. Basta observar la base ideológica del sistema político vietnamita, heredera del ideario marxista-leninista, lo que ha marcado el rumbo de sus relaciones hasta hoy en día. La Unión Soviética, sin duda alguna, fue la principal sustentadora del bando comunista que salió victorioso de la guerra de Vietnam, cuya causa apoyó con más de 350 millones de dólares anuales durante el periodo23. Y lo mismo hizo en 1979, cuando China invadió el territorio vietnamita.
Esa conexión no se ha perdido, pues los lazos históricos se han mantenido hasta nuestros días. Rusia sigue siendo un socio fundamental para Vietnam: es su principal importador de armas y una pieza clave en el abastecimiento energético. Tanto es así que Rusia es el único país extranjero con acceso al puerto de Cam Ranh24, clave en términos geopolíticos para la región, principalmente por su papel en el comercio marítimo y en la proyección de poder en el mar del Sur de China25. Este acceso proporciona a Rusia una presencia importante de cara a las disputas que acontecen en la región.
Lo expuesto conlleva que exista un cierto recelo respecto a los objetivos estratégicos de Estados Unidos, pues la intervención y la influencia de Rusia sobre sus aliados vietnamitas pueden emplearse para limitar las acciones en contra de China. En este contexto, es plausible que Vietnam no rehúse su relación con Rusia, pues la considera un pilar clave en su política exterior. Como muestra de ello, Vietnam es uno de los pocos países que no ha condenado en la Asamblea General de las Naciones Unidas la invasión rusa de Ucrania, lo que supone un punto de fricción con la contraparte estadounidense.
En el marco descrito no cabe olvidar los fuertes lazos económicos con China, el principal promotor del desarrollo tecnológico de Vietnam. Mediante la exportación de microchips, semiconductores, circuitos integrados, etcétera, China provee a Vietnam de cuanto resulta necesario para alcanzar una capacidad tecnológica a la altura de las demandas globales. Asimismo, China continúa incrementando sus capacidades militares, que constituyen un elemento disuasorio frente a la posibilidad de cualquier alianza militar práctica con Estados Unidos.
No existe duda alguna de que Vietnam no quiere ser un país satélite de Pekín. Su autonomía estratégica exige la liberación de cualquier atadura ideológica y de las ambiciones del país vecino. Por su parte, Rusia, consciente de que su relación con Hanói es fundamental y requiere de atención y cuidado, también es conocedora de la fuerza de China en el Sudeste Asiático, por lo que tampoco puede ser de gran utilidad para Vietnam.
Por consiguiente, la alianza entre Estados Unidos y Vietnam se puede considerar fundamental para la región y para las estrategias geopolíticas de ambos actores. Sin embargo, se desarrolla en un marco donde un error táctico puede suponer una escalada de tensiones difícil de controlar a posteriori. De la misma manera, el diálogo y la cooperación impulsados por esta alianza tienen la obligación de tomar en cuenta las responsabilidades de la política exterior vietnamita para no dinamitarlas, pues las ambiciones que podrían desatar tales acciones requerirían una intervención militar del lado norteamericano para su detención.
Conclusiones: equilibrio geopolítico para contener a China
Las tendencias geopolíticas determinan la importancia del Sudeste Asiático en el siglo XXI. Cualquier actor estatal que busque ocupar una posición hegemónica global debe tener en cuenta la necesidad de contar con una presencia fuerte en la zona y de respaldar sus intereses geopolíticos con sus acciones en la región. A lo anterior se suma el hecho de que la incertidumbre y la unilateralidad están ganando terreno al multilateralismo, lo que las convierte en las principales características de los cambios en las dinámicas geopolíticas globales.
Partiendo del punto anterior, el giro histórico en las relaciones entre Estados Unidos y Vietnam, dos actores antagónicos, es comprensible a la vez que insólito. Ambos han logrado sobreponer sus intereses gracias a un análisis geopolítico con un elemento clave común: detener la expansión y las ambiciones de China en el Sudeste Asiático, capital para la posición global de uno y otro. En este contexto de continua y creciente amenaza china, las relaciones estadounidense-vietnamitas adquieren un significado mayor para la comunidad internacional, pues las dos partes representan un contrapeso del que el resto de los actores de la región se pueden beneficiar, y que incluso puede motivarlos a continuar construyendo relaciones con ambos socios.
El máximo nivel de compromiso adquirido con Estados Unidos a través de la Asociación Estratégica Integral implica para Vietnam la adopción de un enfoque geopolítico afín a los principios tradicionales de su política exterior. Como se ha apuntado, la aspiración a una sociedad internacional pacífica y soberana se refleja en las acciones de Vietnam mediante la búsqueda de equilibrios con sus socios fundamentales: China a nivel económico, Rusia a nivel defensivo e ideológico y un conjunto de países, entre los que figuran Japón, Corea del Sur o la India, con los cuales comparte la meta de salvaguardar los intereses nacionales frente a los de Pekín. Todos estos ingredientes forman parte de un entramado geopolítico donde el equilibrio es clave en la gestión de las relaciones exteriores de Vietnam y al que se ha sumado un actor fundamental: Estados Unidos.
A simple vista, la tarea a la que se enfrenta Vietnam es compleja y requiere un esfuerzo de gestión superior, pues probablemente cualquier error elevará las enérgicas disputas presentes en la región. Directa o indirectamente, las dinámicas geopolíticas del Sudeste Asiático ya implican la intención de generar un espacio de contención a la expansión china. La asociación de Vietnam y Estados Unidos resulta vital para este objetivo.
Ya sea a nivel regional o global, ambos actores comparten desafíos y conexiones con China de una u otra manera. Por consiguiente, la intensidad de sus relaciones afectará de forma determinante a la reacción del gigante asiático y sus repercusiones serán internacionales. Esta alianza ha demostrado que tanto la amenaza china como la necesidad de contenerla son reales y tienden a incrementarse exponencialmente a medida que el tiempo avanza.
Tanto Vietnam como Estados Unidos se sitúan en un marco de actuación donde la contención debe ir acompañada del equilibrio geopolítico. En este sentido, el elemento disuasorio debe ser el instrumento a través del cual se evite un conflicto de mayor grado en una región tan importante para el tablero global. La supervivencia como potencia hegemónica de Estados Unidos y de Vietnam como país independiente conforma el motor de esta relación. No obstante, no hay que olvidar que las ambiciones chinas pueden marcar un antes y un después no solo en el Sudeste Asiático, sino en un escenario global incierto de cara a las próximas décadas.
Miguel Ángel Melián Negrín*
Analista internacional
Referencias:
1 FERNÁNDEZ APARICIO, Javier. «50 años de los Acuerdos de paz de París: Vietnam es otro país» (Documento de Análisis IEEE, 22/2023). Disponible en: https://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_analisis/2023/DIEEEA22_2023_JAVFER_Vietnam.pdf [consulta: 11/10/2023].
2 Por ejemplo, en 2022 Estados Unidos presentaba tasas de criminalidad más altas que Zimbabue, Rusia o Yemen.
3 THE WHITE HOUSE. «Joint Leaders’ Statement: Elevating United States-Vietnam Relations to a Comprehensive Strategic Partnership». Washington, 11 de septiembre de 2023. Disponible en: https://www.whitehouse.gov/briefing-room/statements-releases/2023/09/11/joint-leaders-statement- elevating-united-states-vietnam-relations-to-a-comprehensive-strategic- partnership/#:~:text=SCIENCE%2C%20TECHNOLOGY%2C%20INNOVATION%2C%20AND,of%20the
%20Comprehensive%20Strategic%20Partnership. [consulta: 11/10/2023].
4 En la actualidad Vietnam únicamente dispone de este tipo de acuerdos con China (1988), Rusia (2001) y Corea del Sur (2022). No obstante, el 16 de octubre de 2023, en el marco de una visita oficial, el secretario general del Partido Comunista de Vietnam reconoció la existencia a nivel interno de una propuesta para alcanzar un acuerdo de este tipo con la India.
5 BUREAU OF POLITICAL-MILITARY AFFAIRS. «U.S. Security Cooperation with Vietnam». U. S. Department of Defense, 11 de septiembre de 2023. Disponible en:
https://www.state.gov/u-s-security-cooperation-with-vietnam/ [consulta: 11/10/2023].
6 OLSON, Wyatt. «USS Theodore Roosevelt’s fateful Vietnam port call had blessing of Pacific’s highest commanders», Stars and Stripes. 15 de abril de 2020. Disponible en: https://www.stripes.com/theaters/asia_pacific/uss-theodore-roosevelt-s-fateful-vietnam-port-call-had- blessing-of-pacific-s-highest-commanders-1.626103 [consulta: 11/10/2023].
7 AA. VV. The State of Southeast Asia 2023: Survey Report. ASEAN Studies Centre, 9 de febrero de 2023. Disponible en: https://www.iseas.edu.sg/articles-commentaries/state-of-southeast-asia-survey/the- state-of-southeast-asia-2023-survey-report-2/ [consulta: 11/10/2023].
8 Ante la importancia geopolítica del río Mekong, donde países como Laos o Camboya también tienen intereses, Estados Unidos se posiciona del lado de Vietnam bajo el pretexto de colaborar en su gestión ambiental. Entre otras cosas, este río es fundamental en la producción de arroz. Cfr. CHEN, Bienvenido.
«El río Mekong se ahoga bajo el juego geopolítico: las presas acaban con la vida del “bol de arroz” de Asia», El Español. 23 de enero de 2023. Disponible en: https://www.elespanol.com/enclave- ods/historias/20230122/mekong-ahoga-juego-geopolitico-presas-acaban-asia/735176771_0.html [consulta: 12/10/2023].
9 Cfr. VILLAAMIL, Benito. «La invasión de China a Vietnam en 1979», Nueva Tribuna. 13 de marzo de 2022. Disponible en: https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/invasion-china-vietnam- 1979/20220313113500196443.html [consulta: 12/10/2023].
10 Donde ya lleva construidas más de veintisiete islas artificiales para introducir una cantidad mínima de población o elementos de defensa que respalden sus reclamaciones soberanas.
11 FERNÁNDEZ CASTAÑO, Luis. «China y la línea de los nueve puntos», Prisma UC3M. 1 de diciembre de 2021. Disponible en: https://somosprismauc3m.wordpress.com/2021/12/01/china-y-la-linea-de-los- nueve-puntos/ [consulta: 12/10/2023].
12 Y que llevaron a la suspensión del proyecto de prospección de Vietnam, que ordenó a la empresa española Repsol que detuviese sus actividades en la zona a raíz del conflicto. Cfr. LA VANGUARDIA.
«Vietnam paraliza un proyecto de Repsol en aguas disputadas con China». 23 de marzo de 2018. Disponible en: https://www.lavanguardia.com/politica/20180323/441855160033/vietnam-paraliza-un- proyecto-de-repsol-en-aguas-disputadas-con-china.html [consulta: 13/10/2023].
13 La apertura de Vietnam comenzó a partir de 1986 y la de China en 1978, bajo la dirección de Deng Xiaoping. China ingresó en la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001 y Vietnam en 2007. 14 Asimismo, Phạm Minh Chính visitó a Xi Jinping en junio de 2023, más de siete años después de la última visita de un primer ministro de Vietnam al líder chino.
15 En el momento de la redacción del texto, Kennan era encargado de negocios en la embajada estadounidense en Moscú. Cfr. RUBIO PLO, Antonio R. «El “telegrama largo” de Kennan: reflexiones desde el pasado y el presente». Real Instituto Elcano, 22 de febrero de 2016. Disponible en: https://www.realinstitutoelcano.org/blog/el-telegrama-largo-de-kennan-reflexiones-desde-el-pasado-y-el- presente/ [consulta: 13/10/2023].
16 KENNAN, George F. «The Sources of Soviet Conduct», Foreign Affairs. Julio de 1947. Disponible en: https://www.foreignaffairs.com/russian-federation/george-kennan-sources-soviet-conduct [consulta: 13/10/2023].
17 Con los programas de ayuda a Grecia y Turquía y el Plan Marshall, Estados Unidos comenzó a diseñar una política exterior cuyos esfuerzos se enfocaron en la lucha mundial contra los regímenes no democráticos y en la promoción de la paz internacional como contrapeso a la estrategia de expansión del sistema político e ideológico soviético.
18 Walter Lippmann, portavoz por antonomasia del realismo estadounidense, fue la principal voz contraria a esta política. Su idea de establecer criterios para escoger dónde restar influencia a la Unión Soviética colisionaba con los principios generales que podían aplicarse universalmente y que los estadounidenses emplearon como justificación a lo largo del periodo para emprender acciones en puntos geográficos lejanos que en principio no guardaban relación con sus objetivos, y que llevaron al país a enfrentamientos en zonas donde no tenía intereses aparentes.
19 ARGUMOSA PILA, Jesús Rafael. «El nuevo modelo de contención de EE. UU.», Revista Ejército,
n.o 898. Enero-febrero de 2016. Disponible en: https://ejercito.defensa.gob.es/Galerias/Descarga_pdf/EjercitoTierra/revista_ejercito/Otros_articulos_finali stas_Premios_2017_ORDEN_CRONOLOGICO_DE_PUBLICACION.pdf [consulta: 14/10/2023].
20 RATCLIFFE, Rebecca y DAVIDSON, Helen. «EE. UU. aumenta su presencia militar en Filipinas para contrarrestar a China», El Diario. 4 de febrero de 2023. Disponible en: https://www.eldiario.es/internacional/theguardian/acuerdo-militar-filipinas-china-estados- unidos_1_9922445.html [consulta: 14/10/2023].
21 BUREAU OF POLITICAL-MILITARY AFFAIRS. Op. cit.
22 U.S. PACIFIC FLEET. «RIMPAC». Disponible en: https://www.cpf.navy.mil/rimpac/#_blank [consulta: 14/10/2023].
23 GARCÍA GALÁN, Isidoro M. «La factible alianza EE. UU.-Vietnam frente a la hegemonía china» (Documento de Opinión IEEE, 98/2016). Disponible en: https://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_opinion/2016/DIEEEO98-2016_EEUU- Vietnam_frente_a_China_GarciaGalan.pdf [consulta: 14/10/2023].
24 ACHING GUZMÁN, César. «Vietnam abre a Rusia el puerto marítimo de Cam Ranh», Punto de Vista y Propuesta. 29 de noviembre de 2014. Disponible en: https://puntodevistaypropuesta.wordpress.com/2014/11/29/vietnam-abre-a-rusia-el-puerto-maritimo-de- cam-ranh/ [consulta: 15/10/2023].
25 Empleado durante la guerra de Vietnam por Estados Unidos como base militar y punto de apoyo logístico, Cam Rahn pasó a manos de los soviéticos posteriormente y hoy en día es un pilar estratégico en sus relaciones. En este puerto, Rusia y Vietnam han acordado el desarrollo de instalaciones de repostaje y mantenimiento de buques rusos, pues dispone de capacidad suficiente para albergar buques de guerra y submarinos.