Los doce apóstoles y apóstolas del presidente Sánchez

La nueva religión monoteísta del Sanchismo ya ha elegido a sus apóstoles y apóstolas para difundir el mensaje de la salvación política eterna. En imagen algunos de ellos: Santos Cerdán, Rodríguez Zapatero y María Jesús Montero - PHOTO/PSOE

¡Ah! ¿Qué no lo sabían? Pues sí. El presidente del Gobierno ha elegido una docena de apósteles para predicar el Sanchismo, la nueva religión monoteísta en la que hay que creer a pies juntillas para alcanzar la salvación política eterna. 

  1. Cuando las ranas críen pelo
  2. La última cena de Sánchez con sus doce apóstoles 

Los apóstoles y el toque feminista de Pedro Sánchez Pérez-Castejón, las apóstolas, no están representados en ninguno de los pasos de la Semana Santa. Sus figuras y tallas no procesionan por las calles de Sevilla, Valladolid o Murcia, ni tampoco por el resto de localidades de España. Pero todo se andará. Están en ello.

El San Pedro del Sanchismo, el ministro Félix Bolaños, cabeza de la iglesia redentora que va a difundir la obra del Salvador de los Creyentes Socialistas - PHOTO/PSOE-Eva Ercolanese

Siete apóstoles y cinco apóstolas son los discípulos escogidos, a quienes el Mesías del PSOE les ha encomendado que recorran la geografía nacional con la misión de difundir que la Ley de Amnistía “acaba con el enfrentamiento y abre una etapa de reconciliación y concordia”. No se lo creen ninguno, tampoco el que asó la manteca, pero es el mandato divino que han recibido y lo cumplen a rajatabla, faltaría más.

La labor de los doce evangelizadores es dar la cara en entrevistas ‒porque tienen más cara que espalda‒ en los platós de televisión, en las emisoras de radio. También en tertulias, mítines y asambleas. “Id y enseñad que amarás a Pedro Sánchez sobre todas las cosas y pregonad la buena nueva”.

El apóstol Patxi Lopez, portavoz del PSOE en el Congreso, junto a la apóstola María Jesús Montero, extasiada cada vez que tiene a su lado al Mesías del socialismo - PHOTO/PSOE

Cuando las ranas críen pelo

¿La buena nueva? ¿Qué buena nueva? ¡Hombres de poca fe! ¿Qué buena nueva va a ser? La única y verdadera Ley de Amnistía. La que con el tiempo ‒más o menos “cuando las ranas críen pelo”‒, abrazarán la totalidad de los españoles. Será entonces al depositar en la urna la papeleta del PSOE, se les abrirán las puertas del reino del socialismo y alcanzarán la salvación de sus almas.

Hasta hace pocos meses, los discípulos preferidos de Sánchez repetían como el Coro de los Esclavos de la opera Nabucco de Giuseppe Verdi que “la amnistía es inconstitucional”. Pero, de repente ¡Oh mía patria, si bella e perduta!... los cielos se abrieron, un rayo de luz bajó del cielo, cayeron postrados de rodillas y escucharon la palabra del nuevo Mesías: “Va pensiero, dad a conocer que la verdad es mi forma de hacer política”. 

La portavoz del Gobierno, la apóstola Pilar Alegría, demostrando en el Congreso que, como ministra de Educación, sabe contar con los dedos - PHOTO/PSOE

Y los apóstoles y apóstolas, mal que les pese, se pusieron manos a la obra en propagar la divina palabra y el culto a Sánchez, el único presidente verdadero. El primero de todos, el San Pedro del Sanchismo, Félix Bolaños, ministro que acapara las competencias de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes. Es el cabeza de la nueva iglesia redentora que va a difundir la magna obra del Salvador de los Creyentes Socialistas.

Entre los mensajeros no podía faltar el Judas Iscariote, el apóstol que vendió a Jesús de Nazaret por 30 monedas de plata. José Luis Ábalos llevó hasta la cúspide a Sánchez, pero luego apostó por Koldo y las maletas de Delcy Rodríguez y fue expulsado del lado izquierdo de Dios Padre. Y entre las apóstolas, la numero uno es María Jesús Montero, vicepresidenta primera y ministra de Hacienda. De dicción y frases gramaticales incomprensibles para el común de los mortales, se queda extasiada cada vez que tiene cerca al hermoso pastor de almas. 

El apóstol sentado a la izquierda del Padre es Óscar Puente, recompensado con un ministerio por arremeter contra la oposición en la sesión de investidura del Cordero Divino - PHOTO/PSOE-Eva Ercolanese

La última cena de Sánchez con sus doce apóstoles 

Patxi López, el portavoz del PSOE en el Congreso, es el equivalente de Pablo de Tarso. Pero en lugar de caerse del caballo y abrazar el Cristianismo, lo ha hecho desde un pollino para mantenerse fiel al Sanchismo ¿Y qué decir del apóstol Santos Cerdán? Secretario de Organización del PSOE, hace honor a su apellido y, en lugar de negociar, acepta sin el menor escrúpulo las exigencias de los separatistas de Puigdemont y lo que sea menester.

La belicosa portavoz del Vaticano Sanchista es la apóstola zaragozana Pilar Alegría, que en sus ratos libres ejerce de ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes. Otra figura de gran veneración por su discreción y saber estar es Óscar Puente. De forma forzada dejó la alcaldía de Pucela y arremetió lanza en ristre contra la oposición en la sesión de investidura del Cordero Divino. En agradecimiento, lo tiene a su izquierda en el apóstolado de Transportes y Movilidad Sostenible. 

Santos Cerdán y Patxi López, dos de los apóstoles imprescindibles. Uno para claudicar ante los separatistas y otro para difundir en platós de televisión, emisoras de radio y tertulias las bonanzas de la amnistía - PHOTO/PSOE

La presidenta del Congreso, la apóstola Francina Armengol, es un lechado de virtudes. En el punto de mira de la trama de las mascarillas, cada vez que se lo recuerdan… pasa palabra. Gran fervor levanta el apóstol Fernando Grande-Marlaska, que me han contado que tiene un altar en cada Casa Cuartel de la Guardia Civil, donde los hombres y mujeres del Instituto armado le rezan a diario.  

A semejanza del famoso fresco de Leonardo da Vinci, la representación de la última cena de Pedro Sánchez con sus apóstoles se completa con tres personajes, cuadro que está por pintar. Margarita Robles, ministra de Defensa, que espera como agua de mayo su premio mientras evita pronunciar la palabra amnistía. El incalificable José Luis Rodríguez Zapatero, llamado por algunos El Bambi de dos piernas, infatigable defensor de la Ley de Amnistía, que está en el mundo porque tiene que haber de todo.

Cierra la escena sacra de la docena de escogidos Esther Peña, portavoz desde enero de la Ejecutiva Federal del PSOE, que no pierde ocasión para sacar pecho y proyectar sobre sus adversarios políticos los desatinos y barbaridades de su formación. En fin, nunca tan pocos hicieron tanto daño a tantos.