El mito de un pueblo saharaui: cuando la izquierda radical española adopta una construcción colonial de la época de Franco

Dajla, Sáhara Occidental, Marruecos - PHOTO/ARCHIVO

Introducción: cuestionando la existencia de un “pueblo saharaui” 

  1. Una invención colonial: la fabricación de la identidad saharaui por parte de Franco 
  2. El papel de África: Revista de Tropas Coloniales 
  3. Las contradicciones en la narrativa colonial 
  4. Realidades históricas: por qué nunca surgió una “nación saharaui” 
  5. El duro entorno y la economía nómada del Sáhara Occidental 
  6. La profunda integración del Sáhara Occidental con Marruecos 
  7. Izquierda radical española: Ceguera ante las luchas de liberación de Marruecos 
  8. La liberación marroquí y el apoyo selectivo de la extrema izquierda española 
  9. La adopción acrítica de la narrativa argelina 
  10. Una contradicción en la interpretación del derecho internacional por parte de la izquierda radical 
  11. La hipocresía de abrazar una construcción colonial de la época de Franco 
  12. Un cálculo geopolítico en lugar de una posición de principios 

¿Cuál es el origen del “pueblo saharaui”? ¿Refleja una realidad sociológica e histórica real y veraz? ¿Pueden las tribus nómadas dedicadas al pastoreo de camellos y a actividades trashumantes considerarse un “pueblo”, en el sentido germánico de “Volk” tal y como lo elaboraron Herder y Fichte? 

Cualquier visita a los archivos españoles de finales de la década de 1960 revela cómo el gobierno de Franco fabricó la noción de un “pueblo saharaui” desde cero a través de varias estratagemas, que están bien documentadas en el libro de Rahhal Boubrik, La question du Sahara: aux origines d'une invention coloniale 1844-1975. 

Una invención colonial: la fabricación de la identidad saharaui por parte de Franco 

El “pueblo saharaui” es una construcción colonial, adoptada posteriormente por el Frente Polisario y Argelia, y hoy reciclada por la izquierda europea, en particular la izquierda radical en España. Que una invención de la época de Franco sea ahora defendida por la izquierda radical sigue siendo una de las grandes ironías de la historia en el debate sobre la descolonización en torno al Sáhara Occidental. 

En la década de 1960, Marruecos había llevado con éxito la cuestión del Sáhara Occidental al escenario internacional y estaba ganando impulso en su reivindicación del territorio; el gobierno español, con la orientación del general Franco, reunió a un grupo de antropólogos, historiadores y oficiales militares para fabricar una identidad saharaui distinta. Este esfuerzo tenía como objetivo construir la noción de un “pueblo saharaui” separado, que sirviera como estrategia colonial para socavar las legítimas reivindicaciones de Marruecos y mantener la influencia española sobre la región. 

Boubrik ha mostrado en detalle cómo el concepto de un pueblo saharaui distinto se desarrolló como una maniobra para mantener el Sáhara Occidental bajo la dominación colonial española, o al menos, en un estado de total dependencia. No entraré en esos detalles; en su lugar, me gustaría centrarme en el acto de construcción en sí y en la credulidad de la izquierda radical española al adoptar una noción colonial de la época de Franco en su discurso actual sobre el Sáhara Occidental. 

El papel de África: Revista de Tropas Coloniales 

Con el fin de construir el “pueblo saharaui”, Franco y sus funcionarios coloniales recurrieron a la revista África: Revista de Tropas Coloniales. Fundada en 1924 por Gonzalo Queipo de Llano, un importante militar africanista, la revista tenía como objetivo justificar la presencia de España tanto en el norte como en el sur de Marruecos, haciendo hincapié en la llamada misión civilizadora de España. Incluso el propio Francisco Franco contribuyó con artículos a la revista antes de convertirse en el líder absoluto de España a finales de la década de 1930. Otra figura clave asociada a la política colonial española, Tomás García Figueras, que escribió numerosos libros y folletos coloniales y orientalistas sobre Marruecos, también figuraba entre sus colaboradores. La revista reflejaba ideologías nacionalistas, militaristas y colonialistas, todas ellas destinadas a promover la grandeza imperial de España y su supuesto impacto beneficioso en sus colonias. 

En 1967, la revista se movilizó para ayudar a fabricar la identidad de un “pueblo saharaui” diferenciado. Publicó artículos que describían un grupo étnico con su propia cultura, instituciones y rasgos sociológicos. 

Las contradicciones en la narrativa colonial 

Sin embargo, la contradicción era clara: esta narrativa chocaba con la justificación colonial que España había mantenido durante mucho tiempo: la supuesta necesidad de civilizar a los nativos “groseros” y “sin educación". Los funcionarios coloniales de Franco querían tenerlo todo: describían a los nativos como atrasados y necesitados de la civilización española, al tiempo que los retrataban como un pueblo distinto con su propia historia e instituciones. 

Otra contradicción surge cuando esta distinción fabricada se puso en práctica a través de la Asamblea General del Sáhara (un órgano consultivo para los saharauis). En lugar de utilizar un marco nacionalista, el argumento siguió siendo tribal. El “pueblo” se estructuraba de la siguiente manera: se basaba en la familia, luego el “arsh” (un grupo de familias), seguido de la “fakhda” (un grupo de “arsh”), y finalmente la tribu, que estaba compuesta por varias “fakhdas” (Boubrik, p. 241). Sin embargo, en ningún momento los etnógrafos coloniales españoles de África: Revista de Tropas Coloniales explicaron cuándo o cómo esta estructura tribal se transformaría en una nación o un pueblo distinto. 

Realidades históricas: por qué nunca surgió una “nación saharaui” 

La realidad es que las estructuras tribales en el Sáhara nunca han dado lugar a mitos, folclore, instituciones o sagas históricas compartidas lo suficientemente significativas como para forjar una identidad nacional diferenciada. Cuando el clan tribal saharaui Ma'alainine movilizó a las tribus saharauis a principios del siglo XX para resistir al colonialismo francés y español de Marruecos, no lo hizo en nombre de una nación saharaui separada, sino en nombre del pueblo marroquí, con el que se identificaban fundamentalmente. 

Además de las contradicciones mencionadas anteriormente, ni la geografía, ni la ecología, ni el tejido sociológico han favorecido el surgimiento de un pueblo distinto. Profundicemos en la historia del asentamiento humano en el territorio y su actividad económica para entender por qué siempre ha sido así. 

El duro entorno y la economía nómada del Sáhara Occidental 

Las duras condiciones ambientales del Sáhara Occidental (aridez extrema, precipitaciones mínimas, fuertes fluctuaciones de temperatura y frecuentes tormentas de arena) han impedido históricamente el desarrollo de una población sedentaria o de un estado-nación unificado. Los recursos hídricos son escasos, con solo unos pocos pozos y un único río estacional, el Saguia al-Hamra, que permanece seco la mayor parte del año. La vegetación también es limitada, lo que hace que el asentamiento permanente sea insostenible. En cambio, el pastoreo nómada ha sido el modo de vida dominante, con tribus que se desplazan estacionalmente en busca de agua y pastos. Esta dependencia estructural de la movilidad hizo imposible que la región desarrollara una economía distinta y autosuficiente o una entidad política centralizada. (Esta valoración, incluidos los dos párrafos siguientes, se basa en las ideas de un geógrafo que realizó un estudio de la región en la década de 1990 y que prefiere permanecer en el anonimato. Aunque el estudio nunca se publicó, las observaciones del experto proporcionan un contexto valioso para comprender las condiciones ambientales de la zona). 

La profunda integración del Sáhara Occidental con Marruecos 

Históricamente, el Sáhara Occidental nunca ha sido una unidad geopolítica aislada, sino más bien una región profundamente integrada con Marruecos. Sus tribus dependían del comercio y los intercambios con Souss, Drâa y el Anti-Atlas, lo que reforzaba sus conexiones económicas y políticas con Marruecos. La introducción del camello en el siglo III d. C. revolucionó el comercio transahariano, vinculando la región a importantes centros comerciales como Tombuctú, Gao y Jenne. A lo largo de los siglos, fue habitada y gobernada por varias confederaciones nómadas, comenzando por los bereberes Sanhaja, seguidos por la llegada de las tribus árabes Ma'qil en el siglo XIII, lo que condujo a la arabización lingüística y cultural de la región. Sin embargo, estas poblaciones permanecieron organizadas según líneas tribales, careciendo de los elementos de un estado-nación unificado. 

Los principales grupos tribales, como los Tekna, los Reguibate, los Oulad Delim y otros, funcionaban como entidades independientes y a menudo en competencia entre sí, en lugar de como un pueblo cohesionado. Su lealtad no era hacia una nación saharaui imaginaria, sino hacia sus clanes y sus lazos marroquíes más amplios. La Confederación Tekna controlaba las rutas comerciales transaharianas que conducían a Ouad Noun y al valle del Draa, reforzando su integración con Marruecos. De manera similar, la Confederación Reguibate, inicialmente una orden religiosa, se expandió más tarde como un grupo guerrero, participando en conflictos por los derechos de pastoreo con otras tribus saharianas. Estos patrones confirman que las estructuras sociales y políticas del Sáhara Occidental siempre estuvieron fragmentadas por tribus y profundamente vinculadas a Marruecos. La idea de un “pueblo saharaui” como identidad nacional diferenciada es, por tanto, una construcción colonial moderna, más que una realidad histórica. 

Izquierda radical española: Ceguera ante las luchas de liberación de Marruecos 

¿Por qué la izquierda radical española abraza tan crédulamente una invención de la época de Franco, diseñada originalmente para bloquear la descolonización del Sáhara Occidental? La razón principal es que están ciegos ante los derechos del pueblo marroquí y sus aspiraciones de integridad territorial. Su postura no se deriva de un compromiso genuino con la precisión histórica o el derecho internacional, sino de una ignorancia profundamente arraigada, aunque deliberada, de la narrativa de liberación anticolonial de los marroquíes. Aunque apoyan la revolución argelina y los designios fantasiosos del Polisario sobre el Sáhara, nunca se han interesado por las luchas de liberación de los marroquíes. 

La liberación marroquí y el apoyo selectivo de la extrema izquierda española 

Para la izquierda radical, las luchas de los marroquíes solo pueden ser legítimas cuando y si son antirrégimen y se dirigen contra el propio sistema monárquico. Cuando los marroquíes aprendan a distanciarse del Majzen, solo entonces podrán ser dignos del apoyo de la izquierda en España. Así que, en nombre de una retórica alimentada por Argelia contra el Majzen, prefieren hacer la vista gorda ante los derechos históricos y la integridad territorial del pueblo marroquí. 

La adopción acrítica de la narrativa argelina 

Uno de los principales conceptos erróneos que sustentan su posición es su aceptación incondicional de la narrativa argelina, que desestima las reivindicaciones territoriales de Marruecos como nada más que “expansionismo del Majzen” en lugar de una aspiración legítima e históricamente arraigada del pueblo marroquí. Esta perspectiva borra la agencia marroquí, ya que ignora las voces del propio pueblo marroquí y enmarca la cuestión únicamente a través de la lente del poder estatal. Según este punto de vista, solo se considera relevante lo que hace o dice el Majzen (el aparato estatal marroquí), mientras que se ignoran las dimensiones históricas y populares de la reivindicación de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. Esta ceguera selectiva revela no solo un sesgo político, sino un desinterés fundamental por lo que los marroquíes realmente quieren o por lo que luchan. 

Una contradicción en la interpretación del derecho internacional por parte de la izquierda radical 

La izquierda radical española suele afirmar que defiende el derecho internacional, pero su postura sobre el Sáhara Occidental contradice los mismos principios que profesan defender. La Resolución 1514 (XV) de la ONU sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales establece claramente que la libre determinación no debe producirse a expensas de la integridad territorial de las naciones. Esto significa que, si bien la autonomía y la descolonización se reconocen como procesos legítimos, no deben manipularse para fragmentar artificialmente a los Estados soberanos. Sin embargo, en el caso de Marruecos, hacen la vista gorda ante este principio. 

La hipocresía de abrazar una construcción colonial de la época de Franco 

Si la izquierda radical española estuviera realmente comprometida con la descolonización, reconocería que el Sáhara Occidental estuvo históricamente vinculado a Marruecos mucho antes del dominio colonial español, y que las tribus de la región tenían vínculos políticos, sociales y económicos de larga data con el sultanato marroquí. En cambio, continúan propagando una construcción colonial que, irónicamente, fue desarrollada por el propio Estado franquista, el mismo sistema que dicen repudiar. Es una ironía histórica que ahora defiendan una invención geopolítica de la época de Franco mientras afirman oponerse al expansionismo colonial. 

Un cálculo geopolítico en lugar de una posición de principios 

En última instancia, la postura de la izquierda radical española sobre el Sáhara Occidental no se basa en una defensa de principios del derecho internacional o la descolonización, sino en un cálculo geopolítico destinado a contrarrestar la influencia marroquí. Su lectura selectiva de la historia y el derecho, su aceptación acrítica de la propaganda argelina y su continua dependencia de un mito colonial de la época de Franco exponen las contradicciones en el corazón de su posición. Si fueran coherentes en sus principios, reconocerían que el verdadero residuo colonial en el Sáhara Occidental no es la reclamación de Marruecos sobre la región, sino más bien la manipulación histórica de la identidad saharaui por parte de la España de la época de Franco para justificar un prolongado dominio colonial.