Sáhara: Francia reafirma la soberanía de Rabat y aclara las omisiones de los medios de comunicación

Un vehículo de la ONU llega a la sede de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO) en El Aaiún - PHOTO/AFP/FADEL SENNA
Tras la reciente visita del presidente francés Emmanuel Macron a Rabat, varios análisis, entre ellos los de Frédéric Bobin en Le Monde Afrique (30 de octubre de 2024), Khadija Mohsen-Finan en Orient XXI (30 de octubre de 2024) e Ilyes Ramdani en Mediapart (28 de octubre de 2024), abordaron la compleja cuestión del Sáhara Occidental y la reafirmación por Francia de la soberanía de Marruecos
  1. 1. Soberanía y descolonización: un proceso histórico anterior a la década de 1970 
  2. 2. La Marcha Verde: una respuesta histórica 
  3. 3. Demografía y derechos electorales: la exclusión de los saharauis desplazados 
  4. 4. Decisiones judiciales: más allá del TJUE 
  5. 5. El desarrollo del Sáhara: una crítica incompleta 
  6. 6. Progreso político y reconocimiento internacional: un consenso creciente 
  7. Conclusión 

Aunque estos artículos pretenden ofrecer una perspectiva objetiva, contienen importantes interpretaciones y omisiones que merecen ser aclaradas. 

1. Soberanía y descolonización: un proceso histórico anterior a la década de 1970 

Khadija Mohsen-Finan sugiere que Marruecos trató de “recuperar las provincias del sur” tras los intentos de golpe de Estado de 1971 y 1972 como medio para reforzar la unidad nacional.  

Sin embargo, este punto de vista pasa por alto un elemento crítico: el proceso de descolonización del Sáhara Occidental comenzó mucho antes de la década de 1970. De hecho, en 1957, el Ejército de Liberación Marroquí ya trabajaba activamente para liberar el Sáhara, pero se vio interrumpido por la operación conjunta franco-española “Teide-Écouvillon”.  

Marruecos recuperó con éxito Tarfaya en 1958 e incluyó la cuestión del Sáhara en el orden del día de la Cuarta Comisión de las Naciones Unidas en 1964. La liberación de Sidi Ifni de la colonización española tuvo lugar en 1969. Así pues, los esfuerzos de descolonización de Marruecos ya estaban en marcha en la década de 1950, mucho antes de la aparición del Frente Polisario en 1973, un grupo formado inicialmente en círculos universitarios de Rabat con el objetivo de integrar el Sáhara Occidental en Marruecos. 

2. La Marcha Verde: una respuesta histórica 

Tanto Frédéric Bobin como Khadija Mohsen-Finan establecen conexiones entre la Marcha Verde de 1975 y los golpes de Estado contra el rey Hassan II. Sin embargo, la Marcha Verde -que reunió a cientos de miles de marroquíes- se inspiró directamente en la opinión consultiva del Tribunal Internacional de Justicia, que reconoció los lazos históricos de lealtad entre las tribus saharauis y Marruecos. Este acontecimiento histórico, alejado de las maquinaciones políticas internas, fue una afirmación pacífica de la soberanía marroquí sobre la región. 

3. Demografía y derechos electorales: la exclusión de los saharauis desplazados 

Ilyes Ramdani plantea cuestiones sobre la elegibilidad de los votantes en un referéndum, sin reconocer a los saharauis desplazados hacia el norte durante la Operación “Teide-Écouvillon” en 1958.  

Estos desplazados son residentes legítimos del Sáhara Occidental, y excluirlos de cualquier proceso electoral sería una injusticia. Además, la afirmación del TJUE de que el 80 % de los saharauis residen en los campamentos de Tinduf en Argelia es una gran sobreestimación. En 1996, la Comisión de Identificación de la MINURSO informó de que el 75 % de los saharauis vivían en zonas administradas por Marruecos, frente al 25 % en Tinduf. Esta estimación era incluso conservadora, ya que excluía a los desplazados por la Operación Teide-Écouvillon.  

En la actualidad, aproximadamente el 85 % de los saharauis residen en el Sáhara marroquí, mientras que la minoría restante -muchos de ascendencia saharaui- vive en los campamentos de Tinduf. 

4. Decisiones judiciales: más allá del TJUE 

Frédéric Bobin hace hincapié en las sentencias del TJUE que quieren anular ciertos acuerdos comerciales entre la UE y Marruecos relacionados con el Sáhara, pero pasa por alto sentencias similares a favor de Marruecos de tribunales del Reino Unido y Australia.  

Por ejemplo, en 2015, el Tribunal Superior de Justicia del Reino Unido defendió la legalidad de los acuerdos comerciales que implican al Sáhara, y, en 2017, el Tribunal Federal de Australia desestimó un desafío a la importación de fosfatos del Sáhara marroquí. ¿Por qué priorizar las sentencias del TJUE sobre estas decisiones anglosajonas? 

En 2002, Hans Corell, entonces asesor jurídico de la ONU, emitió un dictamen sobre la explotación de recursos en el Sáhara Occidental, en el que afirmaba que tales actividades eran permisibles siempre que beneficiaran a la población local.  

Desde entonces, la región ha experimentado un notable desarrollo, reconocido tanto por los observadores mundiales como por las misiones diplomáticas. Además, las consultas celebradas con los representantes saharauis electos mostraron una participación electoral superior al 80 %, durante las cuales los saharauis expresaron libremente sus puntos de vista, libertades ausentes en los campamentos de Tinduf, gobernados por el Polisario bajo supervisión militar argelina. 

Además, el “modelo de desarrollo” en el Sáhara se diseñó en consulta con representantes electos y civiles, lo que garantiza que se atiendan las necesidades de la población, tal y como señalaron Corell y los tribunales europeos. Sin embargo, el TJUE ha ignorado estos elementos jurídicos y políticos esenciales en sentencias recientes. 

5. El desarrollo del Sáhara: una crítica incompleta 

Ilyes Ramdani critica los esfuerzos de desarrollo económico de Marruecos en el Sáhara, basándose en fuentes que no captan la perspectiva saharaui en su totalidad.

Marruecos ha invertido sustancialmente en la infraestructura económica y social de la región, alcanzando niveles comparables a los de las grandes ciudades. Para aquellos que afirman que el interés de Marruecos en el Sáhara está impulsado únicamente por los recursos, cabe señalar que los fosfatos de Boucraa representan sólo el 2 % de la producción nacional, y los ingresos de Boucraa se dedican íntegramente a proyectos sociales que benefician a las comunidades locales. 

6. Progreso político y reconocimiento internacional: un consenso creciente 

Frédéric Bobin señala las complejidades jurídicas que rodean al Sáhara Occidental, pero no reconoce los recientes avances políticos.  

Un número creciente de países reconocen ahora la soberanía marroquí, una tendencia de la que ha tomado nota el Consejo de Seguridad de la ONU. Es esencial permitir que el Consejo de Seguridad cumpla su papel y garantizar que las poblaciones locales sigan beneficiándose de los acuerdos europeos, estadounidenses y de otro tipo.  

Estos acuerdos proporcionan beneficios tangibles, pero se enfrentan a posibles obstáculos derivados de las sentencias del TJUE, que a menudo parecen alinearse con los intereses del Frente Polisario. El Polisario, organización conocida por restringir las libertades de los saharauis, busca la desestabilización regional con el apoyo del ejército argelino. 

Conclusión 

Los análisis de Frédéric Bobin, Khadija Mohsen-Finan e Ilyes Ramdani ofrecen una perspectiva parcial que, a pesar de su intención, falsea la realidad del Sáhara Occidental. Para comprender plenamente esta compleja cuestión, debemos ir más allá de las interpretaciones fragmentadas y considerar las dimensiones histórica, jurídica y política que contribuyen a una visión objetiva y equilibrada. 

Lahcen Haddad, experto internacional, profesor universitario y senador