El silencio selectivo del gremio: ¿por qué estos actores nunca critican a Trump?
- El precio del silencio: Hollywood
- El falso compromiso con el Frente Polisario
- ¿Qué valor tiene su firma?
- Doble moral con foco
Y la pregunta es inevitable: ¿por qué no se meten con Trump?. Porque saben muy bien lo que está en juego
El precio del silencio: Hollywood
Estados Unidos sigue siendo la meca del cine mundial. Rodar allí, trabajar en una producción estadounidense, vender un guion, o simplemente pisar una alfombra roja con contactos de la industria… supone millones de dólares en ingresos, proyección y visibilidad internacional.
Criticar abiertamente a Trump —o a cualquier administración estadounidense— sería arriesgar visado, contratos y carrera. Así de sencillo. Y por eso no lo hacen.
No verás un manifiesto contra la política migratoria de Trump firmado por esos mismos que sí critican a Marruecos por rodar una película en el Sáhara.
No verás a estos actores exigiendo derechos humanos en Somalia o denunciando la doble moral de Qatar.
Porque no hay cheques detrás. Porque no hay cámaras. Porque no hay alfombras.
El falso compromiso con el Frente Polisario
Muchos de ellos dicen defender al pueblo saharaui, pero defienden al Frente Polisario y al régimen militar de Argelia, no a los saharauis retenidos, olvidados y manipulados en los campamentos de Tinduf.
Nunca han denunciado el adoctrinamiento infantil, el silenciamiento de mujeres, ni las conexiones con grupos extremistas.
No defienden derechos humanos: defienden causas con rentabilidad política o estética.
¿Qué valor tiene su firma?
Ninguno más que la tuya o la mía. Los actores no son jueces ni historiadores, ni diplomáticos ni expertos en geopolítica. Son profesionales —como puede serlo un carpintero, un maestro o una enfermera— que tienen más altavoz porque salen en la tele. No porque sepan más.
Por eso, cada vez que uno de estos nombres aparece firmando manifiestos “solidarios”, conviene preguntarse:
¿Esto lo firma por convicción… o porque no pone en peligro ni su carrera ni su cuenta corriente?
Doble moral con foco
Su “compromiso” tiene fronteras muy bien marcadas:
Nunca tocan a Estados Unidos.
Nunca mencionan a Irán ni a Argelia como regímenes opresores.
Pero sí saltan a la primera si una superproducción decide rodar en el sur de Marruecos.
¿Casualidad? No. Conveniencia.
¿Y si Bardem hubiese sido contratado por Nolan?
Una pregunta tan sencilla como incómoda:
¿Qué estaría haciendo hoy Javier Bardem —o cualquiera de los firmantes del manifiesto contra el rodaje de La Odisea en el Sáhara Occidental— si hubiese sido contratado por Christopher Nolan como actor principal?
La respuesta la sabe cualquiera:
No habría manifiesto.
No habría indignación.
No habría gritos de “ocupación”.
Habría fotos desde el set, entrevistas para Netflix y publicaciones con la bandera del “cine como puente entre culturas”.
Y por supuesto, ninguna mención al Frente Polisario ni a Argelia, ni mucho menos a los saharauis secuestrados en los campamentos de Tinduf.
Porque el salario de Hollywood pesa más que cualquier “causa humanitaria”, cuando la causa solo arde si tú no estás en el reparto.
Eso es lo que el ciudadano debe preguntarse
No si Nolan es malo. No si Marruecos manipula.
La verdadera pregunta es esta:
¿Qué estarían haciendo hoy todos estos actores si fuesen parte de la película?
Porque no lo son. Y como no lo son, firman. Pero si lo fueran, callarían, posarían y cobrarían.
En resumen, su activismo es un decorado. Y como en todo decorado, lo importante no es lo que hay detrás, sino cómo queda en la foto.
Artículo publicado previamente en Tribuna Digital7