Una mujer negra para rescatar a los tories
Se trata de Olukemi Olufunto Adegoke, Kemi Badenoch al tomar el apellido de su marido Hamish Badenoch, de 44 años, ingeniera informática y titular sucesivamente de tres carteras ministeriales en los últimos años del Partido Conservador en el poder.
La larga crisis de los tories -cuatro de los últimos cinco primeros ministros, destituidos por mociones internas- ha desembocado en la lógica alternancia, de manera que es ahora el laborista Keir Starmer el titular del 10 de Downing Street. Mientras tanto, el Partido Conservador alcanzó el punto más bajo de la historia en su representación parlamentaria,121 escaños en la Cámara de los Comunes, correspondientes a un 24 % de los votos. Se traducía así otro récord, el del hundimiento de la militancia en el partido, tan solo 132.000 miembros, una vez que 40.000 decidieron darse de baja.
Es en estas condiciones en que Kemi Badenoch, nacida en Wimbledon en 1980, hija de emigrantes nigerianos, toma las riendas del partido, al alcanzar el 57 % de los votos de la militancia frente a Robert Jenrick, ambos situados no obstante en el ala dura del partido.
Quizá haya sido por el carácter pionero que supone situar a una mujer negra a los mandos de una gran formación política, el caso es que la práctica totalidad de la clase política británica le ha dado una bienvenida cordial, aunque no dejaban de atisbarse los cuchillos exquisitamente enguantados, tan habituales en la política del Reino Unido.
Y ahora, vayamos a lo importante: el programa con el que la señora Badenoch intentará recuperar la primacía, y por lo tanto el poder, para los tories.
En primer lugar, a vueltas con el “Brexit”. No lo cuestiona, es decir no tiene la menor intención de convocar una nueva consulta que tal vez rectificaría la traumática salida del país de la Unión Europea. Queda no obstante un fleco importante, el de la primacía aún del Tribunal Europeo para dirimir los litigios a causa de la inmigración, junto con la economía el problema más grave a ojos de los británicos. A diferencia de los más radicales de su partido, que preconizan la ruptura ya con Estrasburgo para solventar soberana y plenamente estas cuestiones, Kemi Badenoch prefiere esperar y ver, antes de tomar una decisión que podría resultar gravemente irreversible.
Pero, donde la nueva jefa de los conservadores ha puesto más el acento es en plantar cara a la denominada cultura “woke”, estandarte de la izquierda, y que ellos perciben como una imposición de ideas y elementos artificiales y forzados.
En el caso británico, en sintonía con esta corriente en Estados Unidos, se considera en marcha una gran ingeniería social, como, por ejemplo, a través de series y películas donde se fuerza la inclusión de personajes negros y LGBTI, incluso encarnando reyes y nobles del Reino. La última manifestación se está produciendo estos días, con motivo de las competiciones de rugby de las selecciones nacionales. La extrema izquierda británica quiere imponer la prohibición de las tradicionales “hakas” de los neozelandeses, pero también el tradicional himno “Swing Low, sweet chariot”, que los aficionados ingleses entonan en todos sus partidos además del “God Save the King”. Y, por supuesto, Badenoch se muestra firmemente opuesta a la brutal “cultura de la cancelación”, o sea la destrucción de figuras públicas cuyas carreras profesionales y artísticas se derrumban al perder contratos y medios de vida tras haber protagonizado polémicas contra los postulados y sus abanderados del “wokismo”. Ahí está J. K. Rowling, la creadora de Harry Potter, para demostrarlo.
Por otra parte, mientras los líderes de los principales partidos daban los parabienes a la nueva líder conservadora, algunos de sus escuderos ya se encargaban de marcar las diferencias. Así, el laborista Ellie Reeves señalaba que “la campaña conservadora demostraba que no habían aprendido nada desde que el pueblo británico les rechazara de manera contundente el pasado mes de julio”.
Por su parte, Richard Tice, del Partido Reformista, dijo que “Badenoch es una más en la larga lista de conservadores que dicen una cosa y hacen otra”, antes de señalar también que la nueva líder formó parte de los gobiernos que hundieron al país”.
De momento, Kemi Badenoch se apresta a confeccionar la lista de miembros de su “Shadow Cabinet”, el Gabinete de ministros que debería reemplazar a los actuales laboristas si ganaran las próximas elecciones. Salvo grandes sobresaltos, quedan para ellas cuatro años, en los que Badenoch deberá demostrar que ella y su partido lo harían mejor que Keith Starmer y el suyo.