El Gobierno de Venezuela y la oposición mantienen negociaciones en secreto

Raúl Redondo

Pie de foto: Miembros de la Guardia Nacional Bolivariana de Venezuela bloquean el acceso al Palacio Legislativo Federal, que alberga tanto a la Asamblea Nacional liderada por la oposición como a la progubernamental Asamblea Nacional Constituyente, en Caracas el 15 de mayo de 2019. AFP/YURI CORTEZ.

El Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición venezolana mantienen negociaciones secretas con la presencia de mediadores en Noruega tras el fallido alzamiento político y militar que promovió el grupo opositor liderado por el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, según han informado diversos medios de comunicación noruegos.

Esta ronda de diálogos entre ambas partes que parecían irreconciliables llega con el principal objetivo de solucionar la crisis en la que se encuentra sumida Venezuela, un país que sufre grandes problemas como el desabastecimiento de productos de primera necesidad, cortes de suministro eléctrico y de agua y, también, un enconamiento político entre el Ejecutivo bolivariano de Nicolás Maduro y una oposición que denuncia la “usurpación” de poderes que se vive en la Administración venezolana, tras denunciar irregularidades en las últimas elecciones parlamentarias, en las que los chavistas renovaron de manera polémica su mandato. De esta situación surgió precisamente la figura emergente de Juan Guaidó como presidente interino encargado de pilotar el anhelado nuevo proceso electoral reclamado por más de 50 países, con EEUU a la cabeza, que reconocen a Guaidó como presidente legítimo designado para organizar los nuevos comicios. 

Estas conversaciones en Noruega son las primeras que se producen entre ambas partes después de la autoproclamación de Guaidó como presidente interino. Según la televisión pública noruega NRK, que cita fuentes próximas a las conversaciones entabladas en territorio nórdico, los contactos que se desarrollan ahora ya se iniciaron en Cuba, para mantener posteriormente una ronda de conversaciones en Oslo, la capital noruega, con el Ministerio de Asuntos Exteriores de este país nórdico en el papel de mediador preferente.

Pie de foto: Fotografía de archivo del 21 de noviembre de 2016, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, habla con el congresista Héctor Rodríguez durante una reunión con estudiantes en Caracas. Ahora gobernador del estado Miranda, Rodríguez se ha puesto en contacto con la oposición. Algunos lo llaman "Chavismo ligero". AP PHOTO/FERNANDO LLANO

Por parte de la Administración de Nicolás Maduro, toman parte en las negociaciones el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, y el gobernador del estado de Miranda, Héctor Rodríguez; mientras, en representación de la oposición, participan el segundo vicepresidente de la Asamblea Nacional, Stalin González, el exdiputado Gerardo Blyde y el exministro Fernando Martínez Mottola, que ostentó cartera ministerial durante el mandato del fallecido expresidente Carlos Andrés Pérez.

Hoy mismo, las dos delegaciones regresan a Caracas tras estos importantes contactos secretos de los que no ha trascendido más información en profundidad. El país noruego ha sido elegido escenario de estas negociaciones por su cariz neutral y conciliador. Noruega, que no integra la Unión Europea (UE), no forma parte del grupo de países europeos que reconocieron a Juan Guaidó cuando se autoproclamó presidente interino, pero sí se mostró desde el principio dispuesto a colaborar en un diálogo constructivo de cara a celebrar unas elecciones reconocidas como válidas por todas las partes.

La propia ministra de Asuntos Exteriores de Noruega, Ine Eriksen Søreide, ya afirmó hace unos meses que mantenían “la petición de respeto por los derechos democráticos y de nuevos comicios” y que reconocían que la situación en Venezuela había empeorado, invitando a ambos bandos a “establecer un proceso político incluyente que lleve a elecciones”.

Este rol que desempeña Noruega no es nuevo para el país escandinavo ya que ejerció de mediador en otros procesos de gran calado dentro de la diplomacia internacional, como los acuerdos de Oslo entre israelíes y palestinos y las conversaciones de paz llevadas a cabo en La Habana (Cuba) entre Colombia y la guerrilla de las FARC.

Ya desde que surgió la última crisis en Venezuela, otros países como México y Uruguay instaron a los enemigos enfrentados a dialogar, a través del llamado ‘mecanismo de Montevideo’, que no tuvo éxito; pero no ha sido hasta ahora cuando ha habido un acercamiento que puede tener visos de desembocar en un acuerdo. Una negociación que, en principio, no ha sido confirmada oficialmente por ambas partes, por lo que se mantiene el proceso bajo un gran secretismo.

Pie de foto: El líder de la oposición venezolana y autoproclamado presidente interino Juan Guaido, flanqueado por el primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, Edgar Zambrano, y el segundo vicepresidente, Stalin González. AFP/MATIAS DELACROIX.

Esta cumbre en Noruega llega tras haber quedado encallado el intento de alzamiento político-militar que lideró Juan Guaidó, quien finalmente no encontró el respaldo suficiente que necesitaba por parte de un sector del Ejército venezolano, que finalmente no dio el paso definitivo para intentar llevar a cabo el derrocamiento de Nicolás Maduro.

Sí urge un pacto para poder ayudar a Venezuela, que sufre una crisis financiera y económica galopante (con una hiperinflación desatada), que padece el desabastecimiento de productos de primera necesidad y cortes eléctricos y de suministro de agua, e incluso que tiene que lidiar con las sanciones impuestas por EEUU, que afectan a la principal fuente de ingresos venezolana, el petróleo.

En este sentido, la Administración de Donald Trump tomó la determinación hace unas semanas de embargar los bienes del sector petrolero venezolano en territorio estadounidense, lo cual supuso un duró golpe para las arcas del país latinoamericano. Y a todo esto se suma la última iniciativa tomada desde el gigante norteamericano de suspender todos los vuelos desde y hacia Venezuela, medida que incluye vuelos comerciales de pasajeros y vuelos mercantiles de carga. Una decisión que se ha tomado en base a la inseguridad que se vive en territorio venezolano. Según se ha reseñado en un escrito del Departamento de Transporte, en base a las recomendaciones de un informe del Departamento de Seguridad Interna estadounidense: "Las condiciones en Venezuela amenazan la seguridad y el bienestar de pasajeros, tripulaciones y aviones viajando desde y hacia ese país".

Pie de foto: Un avión de American Airlines despega en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Caracas, Venezuela, el 25 de enero de 2019. El 15 de mayo de 2019, Estados Unidos suspendió todos los servicios aéreos de pasajeros y carga a Venezuela por motivos de seguridad. REUTERS/ANDRES MARTINEZ CASARES

El anuncio es consecuencia de la decisión tomada en marzo pasado por American Airlines, la mayor aerolínea que presta servicios en esta ruta, de suspender los vuelos a la nación sudamericana, asolada por la crisis. Esta medida supone una vuelta de tuerca más, en este caso por parte de EEUU, al ahogamiento económico que padece Venezuela, el cual ha provocado que centenares de miles de personas hayan huido del país a través de las fronteras con Colombia y Brasil, unos pasos fronterizos que incluso sufren el bloqueo impuesto por el Gobierno de Maduro que imposibilita la entrada de ayuda humanitaria.

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