El rey de Arabia Saudí invita al emir de Qatar a las cumbres de emergencia de La Meca

Raúl Redondo
Pie de foto: El rey Salman de Arabia Saudí ha invitado al emir de Qatar, Tamim bin Hamad al Thani, a dos cumbres que se celebrarán el próximo 30 de mayo. PHOTO/SPA/dpa
El rey de Arabia Saudí, Salman bin Abdulaziz Al Saud, ha invitado al emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani, a las dos cumbres de emergencia programadas para el 30 de mayo en La Meca y que tienen como objetivo tratar la tensa situación que se vive en el Oriente Medio a raíz de la inestabilidad generada por el enconamiento de posiciones entre Irán y EEUU.
La invitación es significativa porque el reino saudí y otros países del Golfo Pérsico tienen vetado internacionalmente al Estado qatarí, al que acusan de dar soporte al terrorismo internacional; algo que ha sido negado por activa y por pasiva por la Administración qatarí. Desde junio e 2017, Arabia Saudí, Egipto, Bahréin y Emiratos Árabes Unidos rompieron relaciones con Qatar por tener supuestamente vínculos con grupos terroristas y por proscribir a formaciones opositoras como los Hermanos Musulmanes, imponiendo así al Estado qatarí un bloqueo político y económico por tierra, mar y aire.
De esta forma, el rey Salman, Custodio de las Dos Mezquitas Sagradas, convocó a los líderes del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y a naciones integrantes de la Liga Árabe de cara a estas reuniones de gran calado, vitales para el devenir Oriente Medio; con el firme objetivo de solucionar el problema de inestabilidad e inseguridad que existe en la zona.
Según medios de comunicación saudíes, una fuente oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Arabia Saudí indicó que el objetivo de las convocatorias era “consultar y coordinar con los líderes hermanos de los Estados miembros del Consejo de Cooperación del Golfo, así como con los líderes de los países de la Liga Árabe, todos los asuntos que mejoren la seguridad y estabilidad de la región”.
Qatar ha confirmado a través de su Ministerio de Exteriores, mediante un comunicado oficial publicado en su web, que efectivamente ha recibido la invitación de cara a estas cruciales reuniones. El propio primer ministro y ministro de Exteriores de Qatar, el jeque Mohamed bin Abdulrahman Al Thani, recibió el mensaje conciliador tras recibir en Doha al secretario general del CCG, Abdullatif bin Rashad Al Zayani.
En este sentido, se trata de atajar una situación que se está tornando complicada ante la sucesión de episodios de agresión diplomática, incluso militar, que están teniendo lugar debido al último enfrentamiento entre EEUU e Irán. Sobre todo, tras los sabotajes sufridos por cuatro petroleros en aguas territoriales de Emiratos Árabes Unidos, en el puerto de Fujairah, y los ataques con drones a instalaciones saudíes, atribuidos a fuerzas hutíes que luchan en Yemen, sustentadas por Irán en el marco de la cruenta guerra que vive el país yemení.
De estas agresiones sufridas se responsabiliza a Irán o a agentes proiraníes después de toda la tensa situación provocada por el conflicto con el gigante norteamericano. Este último escenario de confrontación comenzó en 2015 cuando EEUU se salió del pacto nuclear que habían ratificado junto a Irán y otros países como Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania.
A partir de ahí, la Administración norteamericana impuso sanciones políticas y económicas al régimen de los ayatolás. La más sustancial era la relacionada con el sector petrolero, gran fuente de ingresos iraní, en la que el Gobierno de Donald Trump anunciaba el fin de las exenciones que había para determinados países de cara a la compra de crudo iraní. A esto Irán contestó señalando que seguirían exportando su petróleo y amenazando con bloquear el estrecho de Ormuz, principal paso del comercio de petróleo mundial.
Incluso, el propio Hasan Rohaní, presidente de Irán, anunció la suspensión temporal durante 60 días de parte de los acuerdos alcanzados en materia nuclear; el líder iraní indicó que no iban a vender el uranio enriquecido, ni el excedente de agua pesada, durante ese plazo de tiempo otorgado a la comunidad internacional para que esta reaccionase dando algún respaldo a Irán ante las sanciones políticas y económicas y se provocase así el levantamiento de estas.
La escalada de tensión dio un inquietante paso adelante con los anuncios de maniobras militares y navales conjuntas propugnadas desde ambos bandos. Así, EEUU destinó a la región de Oriente Medio al portaaviones Abraham Lincoln y varios bombarderos; e Irán siguió el mismo camino con el anuncio de maniobras navales conjuntas con Rusia a lo largo de este año en el Golfo Pérsico. Cuestiones que pusieron en alerta al mundo y que endurecieron el discurso diplomático entre ambas naciones rivales.
Un enfrentamiento alimentado por otras situaciones como la catalogación, por parte de EEUU, de la Guardia Revolucionaria de Irán (cuerpo de élite del Ejército iraní) como grupo terrorista, y la respuesta del régimen persa dando esa denominación también al Mando Central del Ejército norteamericano en Oriente Medio (CENTCOM).
Toda esta escalada desembocó en la inestabilidad y percepción de inseguridad en la región, acrecentadas por los últimos ataques contra objetivos petrolíferos en territorios emiratí y saudí, que pusieron en tela de juicio la seguridad marítima internacional y que fueron achacados a elementos próximos a Irán, un país enemigo de Arabia Saudí.
No en vano, ambos están presentes en un conflicto tan importante y devastador como el de la guerra de Yemen, donde la coalición liderada por los saudíes (de la que forma parte, entre otros, Emiratos Árabes Unidos) lucha sobre el terreno contra los rebeldes hutíes, auspiciados por Irán, que busca frenar la expansión de la influencia del reino saudí en la zona de Oriente Medio. Una influencia que persigue la afirmación de su rama religiosa, la suní, ante la presencia de los hutíes, chiíes de la rama de los zaidíes, que significan entre un cuarto y la mitad de la población yemení y que buscan que el chiismo tenga un mayor peso en Yemen para contrarrestar la supremacía suní y de los saudíes en el territorio.