España asume el mando de la Operación Atalanta

Henar Hernández
Pie de foto: El viceadmiral español Antonio Matorrell, a la derecha, recibe la bandera europea del general británico Charlie Stickland como parte de la ceremonia de entrega del comando de la Operación Atalanta en la Base Naval de Rota, Rota, España, el viernes 29 de marzo de 2019. AP PHOTO/JAVIER FERGO
El Cuartel General de la Unión Europea en Rota ha asumido el pasado viernes 29 de marzo el mando de la Operación Atalanta – EU NAVFOR Somalia –, que anteriormente recaía en la base británica de Northwood y cuya decisión de traslado se ha basado en el proceso del Brexit. El vicealmirante Antonio Martorell Lacave ha sido nombrado nuevo comandante de la operación.
Atalanta es una misión de la Fuerza Naval de la UE lanzada en diciembre de 2008 con una estrategia vertebrada en cuatro objetivos: en primer lugar, proteger a los buques y embarcaciones del Programa Mundial de Alimentos (PMA), la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISON, por sus siglas en inglés) y otros navíos vulnerables. En segundo lugar, detener, prevenir y reprimir la piratería y el robo en el mar. En tercer lugar, vigilar las actividades pesqueras frente a las costas de Somalia. En cuarto y último lugar, apoyar a otras misiones de la UE y organizaciones internacionales que trabajan para fortalecer la seguridad y la capacidad marítimas en la región. Todo ello, enfocado, a su vez, en la lucha por mantener la seguridad en el Océano Índico y, en concreto, en las aguas del Golfo de Adén y Somalia, caldo de cultivo para la piratería.
Pie de foto: España se ha hecho cargo de las operaciones antipiratería de la Unión Europea frente a Somalia, que había sido dirigida por un Reino Unido a punto de abandonar el bloque europeo. AP PHOTO/JAVIER FERGO
Los orígenes de este conflicto se remontan al año 1991 con la caída del dictador somalí Siad Barre, que había llegado al poder en 1969. Tras el fin del régimen, Somalia ha experimentado una inestabilidad política propiciada por el conflicto entre grupos rivales – fundamentalmente milicias islamistas, clanes tribales y ‘señores de la guerra’ – en la búsqueda de un ejercicio efectivo de la autoridad, lo que ha derivado en que el país sea considerado como un ‘Estado fallido’, una nación en la que las estructuras gubernamentales fueron sobrepasadas por las circunstancias, derivando en el caos absoluto. En el negocio del sector pesquero, esto se tradujo en que las embarcaciones comerciales extranjeras se aprovecharon de la ausencia de una autoridad marítima – un guardacostas nacional – para explotar de forma abusiva e ilegal los caladeros, propiciando la disminución exponencial de la población de peces y, fundamentalmente, del atún. Esto generó una reacción en las comunidades locales de pescadores artesanales, pues al no disponer de bancos de peces, no podían obtener beneficio alguno, por lo que se vieron obligados a organizar grupos armados que secuestraban a los barcos comerciales para recuperar el producto, a modo de ‘autoprotección nacional’. Sin embargo, las grandes sumas de dinero que pagaban los buques extranjeros a modo de rescate provocaron que los grupos armados proliferasen y se convirtieran en los dueños del negocio, en detrimento de la estrategia inicialmente planteada por las comunidades de pescadores locales. En suma, existe una posible vinculación entre las organizaciones de piratas y grupos terroristas como Al-Shabaab o Al-Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI).
Pie de foto: Las fuerzas armadas de España realizaron un espectáculo de maniobras navales y aéreas en Rota, sur de España. AP PHOTO/GEERT VANDEN WIJNGAERT
En 2008, año en el que se lanza la Operación Atalanta, se registraron cerca de 100 casos de piratería en las costas de Somalia – localizados en el golfo de Adén y la costa Este –, si bien la cifra se incrementa hasta los 134 ataques con 40 secuestros de navíos según datos del Estado Mayor de la Defensa. Entre ellos, cabe destacar el caso del pesquero atunero español ‘Playa de Bakio’, que contaba con la presencia de 8 marineros gallegos y 5 vascos a bordo y que fue secuestrado entre el 20 y el 26 de abril de ese año. Según datos de la Armada, por el centenar de casos totales de secuestros en 2008, se pagaron alrededor de 150 millones de dólares en concepto de rescates. El número de actividades ilícitas cometidas por los piratas somalíes se fue incrementando año tras año – en 2009 destaca el caso del atunero vasco ‘Alakrana’, secuestrado durante 47 días – hasta llegar a 2011, el punto álgido de la crisis considerado por la UE, pues 32 barcos fueron secuestrados con 736 personas tomadas como rehenes. En 2016, la Operación Atalanta no registró ninguna nave secuestrada y en 2017, solo se documentaron 13 casos relacionados con la piratería, con lo que se aprecia una disminución notable de los incidentes localizados en el Océano Índico. Entre las razones del éxito de la operación, se vislumbran las siguientes:
En primer lugar, cabe resaltar la amplia extensión que abarca Atalanta, ya que su área de operaciones se distribuye entre el Mar Rojo, el Golfo de Adén, una gran parte del Océano Índico y las aguas territoriales e interiores de Somalia. En total, esta extensión abarca unos 8,7 millones de kilómetros cuadrados. Los recursos materiales de la operación se vertebran en las siguientes categorías: Barcos de la Marina (buques de combate de superficie y barcos auxiliares, incluidos los helicópteros embarcados), Equipos de Destacamento de Protección de Buques (VPD) de Patrulla Marítima y Aeronaves de Reconocimiento (MPRA). Generalmente – los recursos humanos y materiales en funcionamiento son rotatorios entre los diferentes países que contribuyen –, el área de operaciones está vigilada por 600 personas, entre 1 y 3 buques de combate de superficie y un par de aviones de patrulla marítima (MPRA). Actualmente, al asumir España la dirección de Atalanta, la fragata ‘Navarra’, con una tripulación de 230 personas, será el buque de mando, y estará acompañada por MPRA españoles y alemanes y la fragata italiana ‘Margotinni’.
Pie de foto: La Fuerza Naval de la UE en Somalia desempeña actividades de ubicación y detención de grupos piratas. EU Naval Force Media and Public Information Office. Fuente: https://www.flickr.com/photos/eunavfor/8249974740/in/album-72157632180673853/
En segundo lugar, la Operación Atalanta cuenta con la colaboración ‘sobre el terreno’, por un lado, de las Fuerzas Marítimas Combinadas (CMF, por sus siglas en inglés), una asociación de las marinas de 33 países procedentes de todo el globo destinada a combatir el terrorismo, prevenir la piratería, fortalecer la cooperación regional y promover un entorno marítimo seguro. Por otro lado, Atalanta se apoya en otras unidades estatales independientes de países como China, Corea, Japón, India y Rusia, entre otros.
En tercer lugar, EU NAVFOR Somalia, establecida por la Acción Común 851 del Consejo de la UE, está respaldada por sendas resoluciones emitidas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (1838, 1814 y 1816), las cuales condenaban la situación violenta en la que se encontraba inmersa Somalia, con episodios de piratería y robos a mano armada. Asimismo, la misión se ampara en las bases jurídicas de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del mar, firmada en Montego Bay el 10 de diciembre de 1982. Esto significa que la Operación Atalanta tiene la capacidad legal de arrestar, detener y trasladar a los sospechosos de tener la intención de cometer, cometer o haber cometido delitos de piratería, entre los que se incluyen el robo a mano armada. Cuando esto sucede, las personas sospechosas pueden ser procesadas por un Estado miembro de la UE, por Estados regionales o por cualquier otro Tercer Estado con el que la UE tenga acuerdos y que desee ejercer su jurisdicción sobre los piratas sospechosos. Del mismo modo, los activos de la misión pueden confiscar navíos si la situación lo requiere, lo cual redunda en una efectividad pragmática de la Operación Atalanta, cuyo presupuesto para 2019 se eleva hasta los 5,1 millones de euros.
En este sentido, y según se expone en el sitio oficial de la misión, la Operación Atalanta ha tenido “un 100% de éxito en brindar protección a los buques del PMA” que entregan ayuda humanitaria en Somalia y ha contribuido “a la disuasión, prevención y represión de los actos de piratería y robo a mano armada”. Por ello, y por todo lo expuesto anteriormente, la UE ha tomado la decisión de extender, de nuevo, el mandato de la operación hasta diciembre de 2020. En un principio, la capacidad operativa de la misión se reducía a un periodo de 12 meses tras la entrada en vigor en 2008.