Xavi se queda: un Barça sin rumbo consolida la mayor crisis de su historia

El entrenador español del Barcelona, Xavi, gesticula durante el partido de fútbol del Grupo H de la UEFA Champions League entre el Royal Antwerp FC y el FC Barcelona en el Bosuilstadion de Amberes, el 13 de diciembre de 2023 - PHOTO/AFP/JOHN THYS
Laporta lloró en la rueda de prensa en la que se hacía pública la continuidad del entrenador 

Nada de lo que pasa en el Barça desde aquel 13 de enero de 2020 es normal. Ese día, Josep Bartomeu despedía a Ernesto Valverde en el vuelo de vuelta de Arabia Saudí donde el Barça disputaba la Supercopa de España y salía derrotado a manos del Atlético de Madrid. No fue por aquello, más bien las remontadas ante la Roma y el Liverpool en Champions fueron las palancas que tiraron del barco al técnico vasco.  

Aquellos partidos los volvería a vivir un culé las dos últimas temporadas sin lugar a duda. Porque caer en la fase de grupos de la Champions y, de nuevo, en la Europa League han supuesto una crisis deportiva sin precedente. La misma que el caso Negreira que descubrió pagos durante casi 20 años al que fuera vicepresidente de los árbitros españoles.  

Bartomeu salió del Barça y entró Joan Laporta. Un presidente instalado en las pancartas en la Castellana, las palancas económicas, la verborrea y los abrazos a un maniquí vestido de Messi prometiendo la continuidad del argentino. Laporta no es el presidente que necesita el Barça, pero es el que los aficionados necesitan para que nada de lo que pasa les afecte. Un club sin activos, que ha vendido su futuro a 50 años y que se pone en manos de un estadio, no puede encerrarse en el lamento arbitral para justificar sus derrotas.  

El presidente del club FC Barcelona, Joan Laporta - AP/JOAN MONFORT

Xavi tampoco era el entrenador que necesitaban, pero era la cara que querían ver los aficionados. Laporta y Xavi eran la dupla perfecta. Dos tipos conocidos que daban seguridad al club, aunque por dentro se estuviese desangrando. Si el Barça no está fuera de la Champions por el caso Negreira o en Segunda por sus excesos económicos es por ser quien fue hace años, por su nombre y porque la Liga española sería una ruina de la que solo podría tirar la locomotora del Real Madrid.  

Xavi se iba en febrero y se queda en abril. Eso es lo que vale la palabra de ese club y de quienes lo forman. Personas con ADN Barça que no tienen dónde ir. Laporta no puede fichar a un entrenador porque no hay dinero y Xavi ha enterrado su imagen como entrenador y apenas tiene futuro en Europa con esa presencia triste y quejica tras cada partido si las cosas no salen bien. Fuera del Barça el sol, la hierba o la hora no tienen espacio en un club serio. Solo vale ganar y si no se gana “habrá consecuencias” que decía Laporta. El mensaje fue bonito, pero sabía que el Camp Nou no podría dictar sentencia y que en el exilio nadie va a quejarse de nada porque bastante tienen con llegar a la montaña mágica cada quince días.  

Queda el verano. Mientras el Real Madrid valora el fichaje de Mbappé y decide qué hacer con otras estrellas, el Barça intentará que sus fichajes no sean jugadores nacionales de perfil medio como pasó con Oriol Romeu. Laporta ha prometido fichar libremente, Xavi se lo ha creído y queda que Javier Tebas decida si abre la mano y deja que la otra locomotora de la Liga se refuerce o les asfixia y devalúa más aún la competición.  

El entrenador español del Barcelona Xavi habla con el delantero polaco del Barcelona Robert Lewandowski durante el partido de fútbol de la Liga española entre el Real Madrid CF y el FC Barcelona en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid el 21 de abril de 2024 – PHOTO/JAVIER SORIANO/AFP

Laporta lloró con la decisión de Xavi de quedarse. Las lágrimas de cocodrilo del presidente azulgrana también gustan al soçi que sigue con atención el sainete al que han sometido a su club y se traga los argumentos infantiles que esgrimen para no tener la culpa de nada.  

No hay nada que haga cambiar al Barça. El socio está anestesiado, el presidente se cree sus mentiras y Xavi es el entrenador perfecto haga lo que haga porque el ruido lo hace de puertas para afuera. Nunca ese club estuvo tan perdido.