Mbappé y Xavi hunden al Barça en una noche bochornosa

El Barcelona vive una esquizofrenia permanente desde el día que Bartomeu decidió despedir a Valverde cuando el equipo era líder. Desde ese momento, todas las decisiones han abocado a este equipo a una espiral de supervivencia imposible a manos de Joan Laporta y Xavi Hernández. El primero no sabe gestionar la ruina en la que se ha encontrado al club y el segundo es incapaz de gestionar una plantilla.
Los espejismos de los últimos partidos no eran más que eso. Xavi quería pensar que con su salida el equipo se iba a liberar y los buenos resultados llegarían por fin. Hasta se lo creyó tras la eliminatoria ante el Nápoles y el partido de ida en París. Pero no había cambiado nada porque su capacidad al frente de un banquillo es nula. Su actitud en la banda es el hazmerreír de media Europa con una colección de expulsiones, gestos y comentarios impropia de un club como el Barça, por no decir de sus quejas, lamentos y excusas en la sala de prensa.
El Barça llegó a ir ganando al PSG por dos goles de diferencia. Aunque Araújo perdiera un balón que no se debe perder en Champions y cayera en la trampa de Barcola, alguien tenía que haber avisado desde el banquillo de que solo faltaban 15 minutos para el descanso. Pero no hubo reacción. El uruguayo tardó mucho en salir del campo, consciente del agujero que le hacía a un equipo con pies de barro, y eso alargó demasiado el partido. Dembélé anotó el empate en el minuto 40 y todo se descontroló con amarillas a Iñigo Martínez y a Mbappé.
Mientras, Xavi fue incapaz de calmarse. En la segunda parte repitió el bochorno de toda la temporada y acumuló una nueva expulsión por patear una publicidad de Champions a un metro del asistente, al que quería intimidad con esa actitud macarra. Todo lo provocó el gol de Vitinha que empataba la eliminatoria. Nadie fue capaz de aportar tranquilidad al equipo, tampoco los veteranos como Gündogan o Lewandowski. Hasta Cancelo provocó un penalti con el jugador del PSG de espaldas a la portería del Barça. Mbappé marcó el 1-3 y el 1-4 ante un equipo descompuesto al que la expulsión lo destrozó demasiado por la falta de trabajo de estas situaciones de juego.

El PSG de Luis Enrique recuperó a Hakimi y no tuvo demasiado que hacer. Solo asistir a la autodestrucción de su rival para aprovechar las ocasiones. Luis Enrique comentó tras el partido que él no era partidario de protestar tanto y que prefería dar tranquilidad a sus jugadores, un dardo a Xavi que tardó mucho en pedir disculpas por emborronar de nuevo la imagen del club.
En semifinales, el PSG se encontrará con el Dortmund que jugó con el Atlético de Madrid a su gusto. Morata volvió a ser ese delantero poco fiable con el que España quiere ganar una Eurocopa. Falló un mano a mano en el minuto cuatro que podía haberlo cambiado todo. La defensa es un clamor y los alemanes se adelantaron 2-0. Los de Simeone tiraron de casta y llegaron al 2-2, pero esa defensa sólida que recordaba el entrenador rival hace tiempo que se extinguió. Otros dos goles alemanes que ya no se podían remontar. Griezmann no puede tirar solo de un equipo sin calidad que pone la desesperada en las botas de Saúl.

La noche para los equipos españoles fue una pesadilla. Hubo un momento en el que las semifinales eran del Barça y del Atlético, pero no supieron dominar sus partidos. La derrota es más dolorosa aún para el Barça que pierde mucho dinero, en concreto, casi 50 millones porque no estará en el próximo Mundial de Clubes de 2025, al que sí acudirá el Atlético de Madrid.