Obsesionados con el espejo: por qué Argelia no puede dejar de hablar de Marruecos

- 1. Manifestaciones de la obsesión: la sintomatología
- 2. Explicación psicoanalítica: Marruecos como espejo y trauma
- 3. Diagnóstico psiquiátrico: paranoia institucional y trastorno delirante
- 4. Psicología política: el enemigo como aglutinante
- 5. Conclusión: un diagnóstico de proyección y regresión
1. Manifestaciones de la obsesión: la sintomatología
En todas las instituciones estatales argelinas —medios de comunicación, diplomacia, seguridad y educación— la preocupación por Marruecos roza lo patológico:
• Fijación de los medios de comunicación estatales: La Agencia de Prensa Argelina (APS), la agencia de noticias estatal, dedica una parte desproporcionada de su producción (hasta el 80 %) a la desinformación y la cobertura negativa de Marruecos, a menudo distorsionando los hechos o inventando crisis (por ejemplo, sobre el Sáhara Occidental, el supuesto espionaje o la política real).
• Radio y emisiones públicas: Las emisoras de radio nacionales y los programas de televisión incluyen a diario editoriales o debates que demonizan a los dirigentes marroquíes, el desarrollo económico del país o sus alianzas (especialmente con Israel, los países del Golfo o Occidente).
• Reflejo diplomático: los diplomáticos argelinos, independientemente del foro —ONU, Unión Africana, MNA, UE— sacan a colación a Marruecos incluso cuando no es relevante para la agenda. Cualquier plataforma se convierte en una oportunidad para atacar la integridad territorial o las alianzas de Marruecos.
• Condicionamiento institucional: se espera implícita y, a veces, explícitamente, que los funcionarios públicos, los militares y los dirigentes de los partidos defiendan el discurso antimarroquí. Los memorandos internos y la formación en materia de propaganda suelen presentar a Marruecos como el eterno rival y la amenaza.
• Proyección sobre las crisis internas: el estancamiento económico, la desilusión de los jóvenes, la corrupción y la represión se proyectan constantemente hacia el exterior, achacándolos a «complots marroquíes» o al «lobby de Rabat».
2. Explicación psicoanalítica: Marruecos como espejo y trauma
Desde una perspectiva freudiana-lacaniana, la obsesión proviene de un trauma reprimido o un deseo insatisfecho. Marruecos desempeña múltiples papeles en el inconsciente nacional de Argelia:
✦ Marruecos como «padre simbólico»
En términos lacanianos, el «nombre del padre» es la figura que estructura la identidad, la ley y la legitimidad. Para Argelia, cuya independencia nació de una ruptura violenta y con un mito revolucionario, Marruecos, con su monarquía centenaria y su continuidad como Estado, actúa como un «padre» simbólico amenazador. Posee una profundidad histórica, una continuidad institucional y una legitimidad internacional que Argelia lucha por interiorizar.
✦ Transferencia colonial y rivalidad narcisista
Argelia sufrió el dominio colonial directo de Francia, que aniquiló su condición de Estado precolonial. Marruecos, por el contrario, mantuvo su monarquía bajo el estatus de protectorado y resurgió con su dignidad intacta. Esto crea una herida narcisista, un sentimiento de inferioridad enmascarado por el orgullo revolucionario. La transferencia de la humillación a Marruecos permite al régimen preservar su propia imagen de revolucionario y heroico.
✦ El trauma del Sáhara Occidental
El conflicto del Sáhara Occidental no es solo geopolítico, sino también psíquico. La inversión de Argelia en el Polisario no es puramente altruista o estratégica, sino que refleja una profunda necesidad de invalidar la unidad marroquí y reclamar el liderazgo regional. El éxito de Marruecos a la hora de reunir el apoyo africano, árabe y mundial para su plan de autonomía reaviva el trauma del aislamiento diplomático y el fracaso ideológico.
3. Diagnóstico psiquiátrico: paranoia institucional y trastorno delirante
Si Argelia fuera un paciente:
• Ideación paranoide: el régimen muestra rasgos clásicos de una estructura de personalidad paranoide: creencia persistente de que Marruecos está conspirando contra él, intentando desestabilizar sus fronteras o corromper a su juventud, incluso sin pruebas creíbles.
• Trastorno delirante, tipo persecutorio: esta afección implica delirios no extraños, pero fijos. La élite argelina insiste en el supuesto «colonialismo», las «alianzas sionistas» o la «diplomacia de la droga» de Marruecos, a pesar de las abrumadoras pruebas que demuestran lo contrario. Estas creencias son internamente coherentes, pero están alejadas de la realidad externa.
• Tendencias obsesivo-compulsivas (a nivel institucional): como un ritual compulsivo, las instituciones argelinas deben repetir narrativas antimarroquíes para mantener la cohesión interna y distraer la atención de las fracturas identitarias sin resolver.
4. Psicología política: el enemigo como aglutinante
Los regímenes autoritarios suelen construir un enemigo externo para:
• Legitimar la represión
• Unir a poblaciones fragmentadas
• Distraer la atención del deterioro económico y los fracasos de gobernanza
Marruecos es el Otro perfecto para Argelia:
• Modernizador, pero monárquico
• Estable, pero pluralista
• Asertivo, pero diplomáticamente ágil
Al atacar continuamente a Marruecos, el régimen argelino evita enfrentarse a sus propias contradicciones.
5. Conclusión: un diagnóstico de proyección y regresión
La obsesión institucional de Argelia con Marruecos es:
• Una proyección de sus propias ansiedades nacionales (pérdida de legitimidad revolucionaria, decadencia interna)
• Una regresión a las ideologías de la Guerra Fría (política de bloques, confrontación ideológica)
• Un mecanismo de defensa para preservar el mito desmoronado de la pureza revolucionaria y el liderazgo regional
En términos psicoanalíticos, la obsesión con Marruecos es un síntoma de una crisis de identidad más profunda, que persistirá hasta que Argelia afronte sus heridas poscoloniales, reconfigure su mito político y descentralice su estructura de poder alejándola del aparato militar y de seguridad.