Shai Gilgeous-Alexander: una temporada para la historia

Pese a no ser los favoritos para llevarse el anillo de campeón de la NBA, Oklahoma City Thunder (OKC), de la mano de Shai Gilgeous-Alexander, logró en la madrugada del lunes su primer campeonato desde su traslado desde Seattle a Oklahoma, en un séptimo partido que quedará en la retina de todos los aficionados que acudieron al Paycom Center.
El jugador canadiense de 26 años ha vivido una postemporada inolvidable gracias a su impresionante desempeño en el séptimo juego frente a los Indiana Pacers, lo que refuerza su legado y asegura el lugar de Oklahoma en la historia de la NBA. “No parece real. Han sido tantas horas, tantos momentos, tantas emociones, tantas noches sin poder imaginar esto, tantas noches imaginándolo”, comentó a los medios tras el encuentro. “Es increíble estar aquí, pero este grupo lo ha merecido. Hemos trabajado para esto. Nos lo hemos ganado”, agregó el base canadiense.

Sin embargo, el camino de Shai Gilgeous-Alexander (SGA) para lograr los dos trofeos individuales más importantes del año ha sido muy duro, en parte por la gran dificultad que supone competir contra el jugador más completo y tres veces ganador del trofeo, Nikola Jokic; y por la garra y el aguante de unos Indiana Pacers, liderados por Tyrese Haliburton, que, pese a no estar ni entre los diez principales candidatos a ganar el campeonato cuando éste comenzó, pelearon hasta el último segundo.

Desde que la competición diera el pistoletazo de salida, las exhibiciones de SGA han sido la tónica habitual. Con 49 partidos con 30 puntos o más, un hecho que solo han podido replicar Kobe Bryant y James Harden en los últimos 12 años, y con un récord de victorias de 68-14, el base se convirtió en el máximo anotador de la liga, superando la barrera de los 3.000 puntos; un hito que, según los periodistas que votan, resultó ser la clave para llevarse el trofeo individual por el que todos pelean: el MVP de la temporada regular, llegando a las Finales con el equipo con la edad media más baja de los últimos 30 años.
En el crucial Game 7, SGA logró 29 puntos, 12 asistencias y 5 rebotes, guiando a los Thunder hacia una victoria de 103-91 y cerrando la serie con promedios de 30.3 puntos, 5.6 asistencias, 4.6 rebotes y 1.9 robos por partido. Además, superó la barrera de 30 puntos en cinco de los siete juegos, incluyendo una destacada actuación de 38 puntos en el primer partido, lo que lo convirtió en el candidato indiscutible para el premio Bill Russell al MVP de las Finales. Otros datos que destacar fueron los 688 puntos anotados en el cómputo total de los Playoffs, cifras que superan a actuaciones históricas como la de Kevin Durant en 2018 o la de Giannis Antetokounmpo en 2021. Una actuación que bien vale un puesto en el Salón de la Fama de la NBA.
Su altísimo nivel de juego en los playoffs ha posicionado a SGA dentro de un club muy selecto. Gilgeous-Alexander es apenas el undécimo jugador en la historia de la NBA en obtener el MVP de la temporada regular y el MVP de las Finales en el mismo año, uniéndose al selecto club de jugadores en ganar el MVP de fase regular y Finales en una misma campaña: Michael Jordan (cuatro veces), LeBron James (dos), Larry Bird (dos), Tim Duncan, Shaquille O’Neal, Hakeem Olajuwon, Magic Johnson, Moses Malone, Kareem Abdul-Jabbar y Willis Reed.

Pero aún más notable, se convirtió en solo el cuarto jugador en la historia en ser MVP, obtener el MVP de las Finales y ser el máximo anotador, todo mientras guiaba a su equipo hacia un campeonato en una misma temporada, junto a figuras como Kareem Abdul-Jabbar, Michael Jordan y Shaquille O’Neal. Si a esto añadimos que anotó más de 3.000 puntos en la temporada regular, la lista se reduce a solo dos: Jordan que lo logró en cuatro ocasiones, y Jabbar quien lo logró cuando aún jugaba para los Milwaukee Bucks.
Con un comportamiento dentro y fuera del campo excepcional, el efecto de Gilgeous-Alexander vale mucho más que solo premios individuales. Su capacidad de liderazgo y su habilidad para brillar en momentos “clutch” llevaron a los Thunder a conseguir su primer título de la NBA desde que la franquicia se mudó a Oklahoma City en 2008.

Siguiendo los pasos del movimiento que arrancó hace una década en Philadelphia “Trust the Process” (Confía en el Progreso), OKC ha pasado de una temporada de solo 22 victorias hace un par de años, a ser uno de los equipos más dominantes de la NBA a solo cuatro victorias de los míticos Chicago Bulls de Jordan del 96; y a cinco de los Golden State Warriors de 2016.
Además, SGA hizo historia al ser el primer jugador canadiense en recibir el MVP de las Finales de la NBA, un logro que resuena entre los aficionados de todo el país y promete un futuro brillante para el baloncesto canadiensse, el cual contaba con cinco jugadores entre las plantillas de ambos equipos, el país que más detrás de Estados Unidos.