Bellingham gana el Clásico y el Real Madrid acaricia la Liga
Al Real Madrid le valía el empate, pero ganó. Es su semana fantástica y eso que no ha conseguido ningún título. Lo del Manchester City y ganar el Clásico son una inyección de moral enorme para un equipo que se juega la temporada en tres partidos de Europa y en mantener el ritmo en una Liga que tiene prácticamente ganada.
El nuevo Bernabéu tomó forma con el techo y el videomarcador que rodea el estadio. Una obra de ingeniería sublime que tiene en el césped su gran talón de Aquiles. El nuevo Bernabéu será el lugar donde el Real Madrid selle su pase a una nueva final de Champions.
Antes del Clásico, se hizo el silencio. Luis Gil, exfutbolista, actual director de competiciones de LaLiga y hombre fuerte de Rubiales cuando llegó a la AFE, falleció con 48 años de una enfermedad fulminante. El mundo del fútbol le recordó y el Clásico le regaló un partidazo para que disfrutase desde allá arriba.
La polémica acompañó al partido en cada jugada. Ni el VAR arregló algunas situaciones. El primer gol del Barça fue un error de Lunin en la salida de un córner que Christensen mandó al fondo de la red. Los blancos no tardaron en empatar con un penalti que Lucas Vázquez buscó con una gran jugada por banda. Vinicius marcó el penalti y Cancelo empezaba a quedar retratado después de sus errores ante el PSG.
El 1-2 fue obra de Fermín tras un paradón de Lunin. El canterano del Barça daba esperanzas al equipo azulgrana, pero Lucas Vázquez volvía a mandar a la lona a los de Xavi con una internada por banda para rematar el balón que le puso Vinicius desde el otro costado. El canterano blanco se está ganando la renovación, aunque sea en estos últimos partidos de Liga, con actuaciones memorables. Lucas, Nacho y Carvajal están completando una gran temporada y eso que los dos primeros podrían dejar el club en junio.
Quedaba el tercer gol. El desaparecido Bellingham entró en juego. Sus galopadas por banda y sus carreras en la prórroga ante el City dan cuenta de su buen estado de forma física, aunque los goles no acaban de llegar como al principio de temporada. La calidad del inglés es semejante a la fiabilidad de Kroos y Modric cuando se juntan en el centro del campo blanco.
Brahim salió en los minutos finales con la misma motivación que un titular. Ancelotti tiene la culpa de que la plantilla llegue así a jugarse la Liga. Una galopada del jugador marroquí al que Pedri ni le pudo hacer falta, hizo que el balón llegase a Lucas Vázquez que cambió el rumbo al segundo palo. Joselu la dejó pasar como Raúl en otros tiempos y Bellingham mandó el balón al fondo de la portería y le dio la Liga al Real Madrid con tres goles entre los dos Clásicos.
En medio de todo esto: el árbitro. Xavi se va de la Liga con el cartel de quejica y llorón. Va a ser difícil que encuentre sitio en otro club de Europa si sigue instalado en la protesta permanente. No hubo autocrítica, solo problemas a la falta de tecnología de gol por un balón de Lamine que pudo entrar. O no. Tampoco le gustó el penalti de Cubarsí a Lucas. La imagen del Barça está por los suelos con un tipo como Xavi recorriendo las salas de prensa de España y de Europa.
Que LaLiga no tenga esa tecnología es raro. El propio Gundogan le pedía al árbitro que mirase el reloj para ver si había entrado el balón, acostumbrado a la Premier. Pero no había reloj, ni cámaras, ni nada que le aclarase al mundo qué había pasado. Son cuatro millones de euros lo que cuesta poner esto en marcha, pero la RFEF no está en condiciones de conceder a ninguna empresa esa labor tal y como está todo en la casa del fútbol español.
La semana horrible del Barça le deja pendiente de la próxima temporada y del nuevo estadio. El Real Madrid solo tiene que pensar en la Champions.
