El Ariane 6 devuelve el aliento a las ambiciones espaciales de Bruselas y la ESA

El primer Ariane 6 se eleva majestuoso dejando una larga estela de humo y llevando las ilusiones de los cientos de miles de profesionales que en Europa están vinculadas al sector espacial - PHOTO/ESA-M. Pedessaut 
El éxito del nuevo vector de transporte ultraterrestre resucita las expectativas de Europa para afianzar su posición de potencia espacial global
 
  1. Con la vista puesta en 2027
  2. Lo que no ha funcionado como se esperaba

¡Las ilusiones expectativas depositadas en el Ariane 6 se han cumplido! Alegría a raudales, euforia contenida, alivio y mucha emoción y nervios es lo que han vivido y transmitido los testigos presenciales que desde Guayana han contemplado el despegue y el vuelo al espacio del primer Ariane 6. 

Son las mismas sensaciones que han experimentado los más de un millar de profesionales de las compañías españolas Airbus Space Systems de Getafe, Airbus CRISA de Tres Cantos, GTD de Barcelona y sus decenas de proveedores, junto con cerca de otras 600 empresas europeas que, de una u otra manera, han aportado su tecnología y su esfuerzo para hacer realidad el éxito del Ariane 6 en su misión inaugural.

El director general de la ESA, Josef Aschbacher, y sus invitados observan con satisfacción el 9 de julio como el nuevo vehículo de transporte espacial europeo asciende en una soleada tarde de la Guayana francesa - PHOTO/ESA 

En la comparecencia posterior al fin de la misión y una vez ya más relajado de las tensiones acumuladas durante la histórica jornada, el director general de la Agencia espacial europea (ESA), el austriaco Josef Aschbacher, ha reconocido estar “súper emocionado y contento” por el éxito alcanzado en el primer intento, que permite “restablecer de manera efectiva la capacidad de Europa para poner sus propios grandes satélites en el espacio y demostrar la excelencia de la ingeniería europea”.  

En similares términos se ha expresado Martin Sion, director ejecutivo de ArianeGroup, contratista principal del Ariane 6, para quien el buen resultado del primer vuelo le aporta “una sensación de alivio” y lleva a la industria espacial europea “a entrar en una nueva era”. “¡Ariane ha vuelto!”, ha dicho con satisfacción.

Para Stéphane Israel, director general de Arianespace, la compañía francesa que va a comercializar a escala mundial el nuevo cohete y que dentro de pocas semanas asume la plena responsabilidad sobre los siguientes vuelos, “ahora da comienzo la carrera operativa de Ariane 6”.

Con la vista puesta en 2027

El segundo lanzamiento está previsto para el cuarto trimestre del año y su pasajero es el tercer satélite espía francés de la constelación CSO, cuya puesta en órbita ya lleva en torno a un año de retraso.

La cartera de pedidos de Arianespace asciende a 29 misiones institucionales y científicas, de la ESA y la UE. También comerciales, de operadores de comunicaciones vía satélite como Eutelsat, Intelsat y Optus. En el paquete de contratos ya firmados hay reservados 18 lanzamientos para el gigante Amazon, que con su constelación Kuiper quiere ofrecer Internet a escala mundial. 

Los técnicos de la base espacial de Kourou supervisan del Centro de Control de Misión Júpiter los momentos finales de la campaña de lanzamiento, el despegue y la misión al completo del Ariane 6 - PHOTO/CNES-Optique Video CSG-J. Odang 

Los buenos resultados generales del 9 de julio suponen la entrada del Ariane 6 en el mercado internacional de servicios de lanzamiento. Si la segunda misión de 2024 obtiene un nuevo éxito, las previsiones son practicar seis vuelos en 2025, ocho en 2026 y diez o más en 2027”, ha confirmado el director de Arianespace.

El sistema Ariane 6 pasó con nota su examen y alcanzó la mayoría de los objetivos que tenía fijados. Pero no todos. La nueva plataforma de lanzamiento para Ariane 6 (ELA 4) ha quedado validada. Los dos propulsores de combustible sólido P120 adosados a la etapa principal se comportaron como se esperaba, al igual que el motor principal criogénico Vulcain de la primera etapa.

Imagen de la trayectoria inicial del Ariane 6 sobre la Guayana, acompañado a distancia por uno de los tres cazas Rafale desplegados allí por la fuerza aérea francesa para proporcionar protección aérea al despegue - PHOTO/Armée Air Espace 

El crucial sistema de guiado del cohete cumplió sus expectativas, los micro satélites que tenía que desplegar lo hicieron a 580 kilómetros de altura y funcionó como se esperaba el motor criogénico reencendible Vinci de la segunda etapa.

Lo que no ha funcionado como se esperaba

Vinci puede encenderse y apagarse un total de cuatro veces ‒en el vuelo del 9 de julio estaban programados tres encendidos‒, lo que brinda al Ariane 6 la posibilidad de posicionar a varios pasajeros en diferentes órbitas, e incluso desorbitar y hacer reentrar a la citada segunda etapa en la atmosfera para provocar su destrucción.

Sin embargo, un mal funcionamiento de la llamada Unidad de Propulsión Auxiliar (APU) vinculada con el motor Vinci ha impedido completar el tercer reencendido y, en consecuencia, poder dirigir la segunda etapa camino de la atmósfera terrestre y lograr que arda en sus capas altas.

Secuencia explicativa resumida de las diferentes fases y tiempos de la misión inaugural del Ariane 6  - PHOTO/ESA 

Al no haberse logrado tal objetivo, dos pequeños demostradores de astronaves de reentrada no han podido desplegarse y permanecen todavía fijadas a la citada etapa superior, que seguirá dando vueltas a la Tierra durante años o incluso décadas. Así permanecerá hasta que la micro gravedad existente en la órbita baja terrestre aceleré su descenso y, finalmente queme por completo en la atmosfera. 

En la Exhibición Aeroespacial Internacional celebrada en Berlín en junio, Josef Aschbacher puso de relieve ante el canciller alemán Scholz la importancia de la contribución de la industria espacial alemana al Ariane 6 - PHOTO/ESA-M. Polo 

El hecho de que este primer Ariane 6 haya transportado micro satélites y otras cargas menores y no ingenios de gran tamaño ha permitido embarcar un elevado volumen de dispositivos de medición, que no son habituales en los vuelos rutinarios al espacio. Para obtener el mayor número de información de la misión inaugural, el nuevo cohete ha viajado “repleto de sensores”, cuyos datos van a ser sometidos a rigurosos análisis de cara a obtener “la máxima cantidad de detalles finos del vuelo”.

Momento de la separación de uno de los dos propulsores solidos P120 que sirven para impulsar al Ariane 6. La parte superior desde las dos llamaradas es una línea de ruptura. Tal estructura superior ha sido fabricada en Getafe por Airbus - PHOTO/ESA 

El Ariane 6 partió al espacio el 9 de julio, a las 21:00 en la España peninsular, con una hora de demora respecto al momento de despegue previsto, lo que no es nada atípico en el sector. El motivo principal del reducido retraso fue para “tener la completa certeza de que todas las estaciones de seguimiento en tierra a lo largo de la trayectoria del Ariane 6 estaban correctamente enlazadas vía satélite con el Centro de Control de Misión Júpiter de Guayana”, confirman en el entorno de la ESA.