China comienza a entrenar a los astronautas que van a pisar la Luna antes de 2030
La actividad espacial de China es continua, arrolladora, está plagada de éxitos y, en muchas ocasiones, está sincronizada con las acciones que emprenden sus altas autoridades políticas en el escenario diplomático internacional.
Un ejemplo de la citada coordinación es el periplo oficial que el primer ministro chino Li Qiang acaba de cursar a Nueva Zelanda y Australia. Ha estado precedido del retorno a la Tierra de muestras del suelo de la cara oculta de la Luna recogidas por la sonda Chang’e-6. También ha coincidido con el inicio del adiestramiento de una nueva promoción de astronautas, que abre la posibilidad de incluir a candidatos de terceros países.
El recorrido diplomático de Li Qiang ‒de 64 años y jefe del Ejecutivo de Xi Jinping desde marzo de 2023‒ comenzó el 13 de junio y concluye el día 20 en Malasia, nación que mantiene una relativa independencia en las disputas entre Pekín y Washington. Así es que la posibilidad de que pilotos militares malayos sean entrenados como astronautas en China va a ser tenida muy en cuenta por el Gobierno de Kuala Lumpur del primer ministro Anwar Ibrahim, de 76 años, en el poder desde noviembre de 2022.
Por el momento, no consta que aspirantes extranjeros estén siendo entrenados para viajar al complejo orbital Tiangong, que China mantiene en solitario desde hace tres años a una altura promedio de 380 kilómetros. Lo que si se ha desvelado es que su organización de Vuelos Espaciales Tripulados ‒CMS por su acrónimo en inglés‒ acaba de comenzar la formación de la cuarta promoción de su Cuerpo de Astronautas.
El director de la CMS, Hao Chun, en el cargo desde 2018, ya ha dado su visto bueno a los diez nuevos aspirantes que acaban de ingresar en el Centro de Astronautas de Pekín. Ocho son aviadores militares, que han sido seleccionados para adquirir las técnicas que les facultarán para pilotar las astronaves tripuladas Shenzhou o sus posteriores versiones.
Prioridad para los pilotos de combate
Los otros dos admitidos cumplirán el papel de especialistas de cargas útiles a bordo de Tiangong, es decir, son los principales responsables de efectuar y documentar los ensayos y experimentos en micro gravedad sobre biología, ciencias de materiales y medicina espacial. Por vez primera y en contra del secretismo habitual, Pekín ha difundido que “ambos aspirantes provienen de las regiones administrativas especiales de Hong Kong y Macao”.
Incluso se ha permitido dar a conocer el nombre de uno de ellos: inspectora jefe de la Policía de Hong Kong Lai Ka-ying, de la que hasta la fecha no se han facilitado más datos. Del ciudadano de Macao, excolonia portuguesa situada a 70 kilómetros al suroeste de Hong Kong y retornada a China en diciembre de 1999, no se conoce absolutamente nada, como tampoco del resto de miembros de la cuarta promoción.
A partir de su ingreso en el Centro de Astronautas de Pekín, su periodo de adiestramiento se prolonga por espacio de dos años. La profesora Huang Weifen dirige la Oficina del Programa de Vuelos Espaciales Tripulados y los diez candidatos deben superar el programa de estudios y prácticas para saber pilotar la cápsula Shenzhou o cumplir las tareas a bordo de la estación espacial Tiangong. También se les va a capacitar para misiones en la futura Estación Internacional de Investigación Lunar que China planea en cooperación con Rusia.
En China, a cada convocatoria de astronautas se presentan muchos miles de voluntarios, pero sólo superan el largo filtro inicial “un máximo aproximado de unos 2.500. En el caso de la cuarta promoción, “el proceso de reclutamiento dio comienzo en octubre de 2022”, aseguran fuentes oficiales chinas.
Con carácter previo deben tener una edad comprendida entre los 25 y 35 años, tener una altura entre 1,60 y 1,72 metros y un peso corporal no inferior a 55 kilos ni superior a 72. No deben mostrar analíticas de ser adictos al tabaco ni a ninguna sustancia toxica perjudicial para la salud, y mucho menos de haber abusado de bebidas alcohólicas.
Tres promociones entrenadas en China y una en Rusia
En el caso de los pilotos militares de la Fuerza Aérea, la Armada o el Ejército, deben acreditar un mínimo de 600 horas de vuelo en aeronaves, con prioridad de combate, y contar con una excelente hoja de servicios en las Fuerzas Armadas. Condiciones semejantes se exigen para aquellos que provienen de organizaciones gubernamentales dotadas con medios aéreos.
Una vez admitidos al proceso de selección, todos deben superar rigurosos exámenes médicos, pruebas psicológicas y de resistencia a la fatiga, capacidad de trabajo en equipo, así como un alto grado de sociabilidad para convivir largos periodos en el entorno espacial.
Los procesos de selección en China son muy largos. Por ejemplo, el reclutamiento de la tercera promoción data de mayo de 2018 y al curso de formación accedieron sólo 18 candidatos: siete pilotos, siete ingenieros de vuelo y cuatro especialistas de carga útil. La segunda promoción se convocó en 2010 y recibieron su titulación siete astronautas, incluidas las dos primeras mujeres astronautas de China.
La primera promoción se remonta a 1998, año en el que fueron evaluados un total de 1.506 pilotos de caza. De ellos, 14 varones superaron las rigurosas pruebas de selección y fueron enviados al Centro de Entrenamiento de Cosmonautas Yuri Gagarin de Moscú para su formación.
Uno de los 14 era el entonces teniente coronel de Aviación Yang Liwei, que el 15 de octubre de 2023 se convirtió en el primer ciudadano chino en alcanzar la órbita terrestre, de un total de 22 que hasta el momento lo han hecho. Hoy general de la Fuerza Aérea, es el jefe del Cuerpo de Astronautas que, según la Agencia de Vuelos Espaciales Tripulados de China, está “integrado por 14 hombres y dos mujeres que ya han volado al espacio y permanecen en servicio activo”.