Argelia e Irán encaminan sus relaciones promovidas por los cambios regionales
Si bien la estabilidad de la región estaba sujeta a las distintas alianzas construidas bajo la firma de acuerdos internacionales, las últimas variaciones están llevando a Argelia a reavivar los lazos bilaterales con Teherán después de una larga ruptura diplomática causada por lo que percibió como el apoyo de del estado iraní al terrorismo interno, así como por diferencias significativas en el mundo árabe.
Los cambios geopolíticos en la región han beneficiado las relaciones argelino-iraníes, y además del estado de la nueva integración de Teherán en el marco de un proceso de normalización con los vecinos, el eje Irán-Argelia se alimenta de una nueva página representada por una invitación de Irán líderes al presidente Abdelmadjid Tebboune y una visita del presidente de la Primera Cámara del Parlamento, Brahim Boughali.
Ibrahim Boughali, presidente de la Asamblea Popular Nacional de Argelia, se encuentra actualmente en Irán para una visita de cuatro días, que espera reavivar los lazos bilaterales entre las dos naciones y ayudarlos a superar la reciente normalización y diplomático apertura que se ha cernido sobre las relaciones de Teherán con sus vecinos. Esta visita se produce poco después de que el presidente iraní, Ebrahim Raisi, invitara a su homólogo argelino, Abdelmadjid Tebboune, a visitar el país.
Debido a las diferencias significativas entre las dos partes con respecto a las crisis en Yemen, Siria y Líbano, las dos naciones han mantenido un nivel mínimo de relaciones bilaterales a pesar de las recientes dificultades diplomáticas que ha tenido con sus vecinos, lo que propició que Argelia se encontrase en una situación difícil como resultado de las crisis mencionadas con anterioridad al no alinearse a favor de ninguna de las partes.
La última ruptura entre las dos naciones ocurrió en la década de 1990 cuando Argelia rompió relaciones diplomáticas con Teherán por lo que consideró el “papel de Irán en el fomento de la acción terrorista dentro del país”. El abismo solo fue superado por el difunto presidente Abdelaziz Bouteflika, quien insistió en reparar los lazos al comienzo del nuevo milenio.
La Secretaría General de la Unión Parlamentaria de los Estados Miembros de la OCI es donde Ibrahim Boughali, Presidente de la Asamblea Popular Nacional, visitó mientras se desempeñaba como jefe de estado de la Unión. Boughali aprovechó su tiempo en la capital de la república islámica, para viajar a la sede de la Secretaría General de la Unión. Allí fue recibido por Mohamed Qureshi Nias, Secretario General de la Federación, quien le actualizó sobre las actividades de la Secretaría General, en particular en lo relacionado con el seguimiento de los distintos acontecimientos del país.
Ibrahim Boughali enfatizó la necesidad de “intensificar los esfuerzos para activar una fuerte presencia de la Unión”. El portavoz enfatizó el valor de la acción islámica coordinada a nivel parlamentario y expresó su esperanza de un período previo exitoso a la próxima sesión, que tendrá lugar en Costa de Marfil.
La acción demuestra la intención de las dos naciones de usar el Parlamento Islámico para coordinar sus posiciones sobre la campaña de intimidación relacionada con la quema del Sagrado Corán y monitorear los acontecimientos en el Estado de Níger, especialmente a la luz de las posiciones en conflicto entre el llamar a utilizar la intervención militar para restaurar la legitimidad constitucional representada por el presidente Mohamed Bazoum, y entre rechazar y advertir contra el paso de la preocupación por desatar.
En respuesta a una invitación oficial que le extendió el presidente del Consejo Shura iraní, el jefe de la Cámara de la Asamblea Nacional del Pueblo, Ibrahim Boghali, viaja actualmente a la República Islámica en compañía de los legisladores Riad Khallaf y Elias Qamqani. Según un comunicado de la cámara, “están programadas reuniones con algunos altos funcionarios en Irán, para discutir oportunidades para revisar la realidad de la cooperación entre los dos países y las formas de promoverla en varios campos, así como un programa diverso que incluye transporte a diferentes lugares y espacios de carácter económico y cultural”.
Argelia mantuvo sus vínculos con Teherán incluso en el punto álgido de la polarización con su entorno árabe gracias a la nueva normalización de las relaciones entre Irán y sus vecinos. Debido al contexto ideológico y al conflicto entre la llamada corriente sunita y las células chiís que en secreto apoyaban los círculos exportadores de la revolución, las relaciones argelino-iraníes siguen siendo uno de los pocos archivos que no gozan de consenso en la opinión pública argelina e iraní.
Irán invierte y valora mucho el patrimonio cultural y de civilizaciones en sus relaciones con Argelia porque está convencido de que hacerlo fortalecerá los lazos entre culturas y sentará las bases para futuras relaciones horizontales. Esto se debe a que Irán está firmemente convencido de la necesidad de utilizar la herencia popular que se inspiró en la antigua cultura chií.
Un acuerdo de 2015 sobre producción artística y cinematográfica, que refleja las intenciones de Teherán de utilizar la cultura y el patrimonio popular como plataforma para forjar alianzas estratégicas y buscar oportunidades de expansión en la zona y en todo el continente africano, especialmente aquellos dominados por el pensamiento sufí, es una de las cosas que han unido a las dos naciones durante años.