Blinken acusa a Hamás de obstruir la tregua en Gaza por pedir cambios “inviables”
- Los cambios que exige Hamás
- Hamás califica la muerte de civiles en Gaza como “sacrificios necesarios”
- Hezbolá lanza 200 proyectiles a Israel después de que las FDI eliminasen a un alto comandante
Las negociaciones para una tregua en Gaza enfrentan un nuevo desafío después de que Hamás haya exigido cambios “inviables” a la propuesta presentada por Estados Unidos, tal y como ha asegurado el secretario de Estado, Antony Blinken, durante una rueda de prensa en Qatar.
“Hamás ha propuesto numerosos cambios. Algunos de los cambios son viables, otros no lo son”, declaró Blinken, quien también prometió “seguir presionando de manera urgente” junto con Qatar y Egipto para intentar cerrar este acuerdo.
El primer ministro qatarí, jeque Mohamed bin Abdulrahman Al Thani, se ha expresado de una manera similar, comprometiéndose "a cerrar las brechas y encontrar una manera de poner fin a la guerra lo antes posible”.
Blinken, durante su octava visita a la región desde el inicio de la guerra, recalcó que el acuerdo propuesto era “prácticamente idéntico” al que Hamás presentó el 6 de mayo. Los aliados de Washington en Oriente Medio han dado su visto bueno a la propuesta, mientras que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas votó a favor del plan a principios de esta semana.
En su fase inicial, la propuesta de alto el fuego exige el cese de los combates, la liberación de algunos rehenes israelíes de Gaza, la liberación de algunos prisioneros palestinos, un aumento de la ayuda humanitaria para los gazatíes, la retirada de las fuerzas israelíes tropas de zonas pobladas de Gaza y el regreso de civiles palestinos a sus hogares y barrios.
Posteriormente, se prevé un cese permanente de las hostilidades a cambio de la liberación de todos los demás rehenes en Gaza y una retirada total de las tropas israelíes del enclave palestino para, finalmente, avanzar en un plan de reconstrucción de varios años para la Franja de Gaza. En la última fase también se incluye la devolución de los cuerpos de los rehenes fallecidos que aún se encuentran en Gaza.
Durante su viaje a Israel, Blinken aseguró que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, había "reafirmado su compromiso” con el alto el fuego de seis semanas propuesto. "Todos han dicho que sí, excepto Hamás”, declaró el jefe de la diplomacia estadounidense, dejando claro que si Hamás no lo aceptaba era “claramente culpa suya”.
Por este motivo, Blinken ha instado a la comunidad internacional a presionar a Hamás para que lo acepte, subrayando que esta última propuesta representa la mejor oportunidad para garantizar la liberación de todos los rehenes que quedan en Gaza, poner fin a la guerra y “aliviar el terrible sufrimiento de los palestinos”.
No obstante, los miembros ultraderechistas del Gobierno de Netanyahu tampoco ven con buenos ojos la propuesta, amenazando con abandonar el Ejecutivo si se pone fin a la guerra sin antes derrotar a Hamás. Además de las amenazas de sus propios aliados políticos, Netanyahu también está bajo presión por parte de miles de israelíes, incluidos los familiares de los rehenes, para que acepte el acuerdo de Washington.
Los cambios que exige Hamás
El medio israelí Ynet informa sobre las supuestas demandas que habría pedido Hamás para aceptar un alto el fuego con Israel. En primer lugar, la organización terrorista exige que las tropas israelíes se retiren de todas las zonas pobladas de Gaza durante el primer día de la tregua, posteriormente harán lo mismo de zonas estratégicas, como la carretera Saladino -la principal en Gaza- o el corredor Filadelfia -la franja de tierra paralela a la frontera entre Egipto y la Franja de Gaza-.
Respecto a la liberación de rehenes israelíes, Hamás pretende liberar a 32 rehenes vivos y no a 33 en la primera etapa, amenazando con detener la liberación si la retirada israelí de las zonas pobladas de Gaza no se completa en una semana.
Por otro lado, piden que los prisioneros palestinos en cárceles israelíes se liberen por orden de antigüedad, independientemente de sus crímenes.
Al final de esta primera fase no debe quedar ningún soldado israelí dentro de Gaza, exigiendo a Jerusalén una declaración en la que se comprometa a poner fin permanente a las hostilidades. Hamás pidió añadir a China, Rusia y Turquía como garantes del acuerdo.
Tras finalizar los combates, el grupo terrorista exige la liberación de algunos de sus miembros -sin ningún veto israelí- y pide que las condiciones de los detenidos en Israel mejoren, volviendo a los niveles posteriores al 7 de octubre.
Para concluir, Hamás quiere que 50 de sus combatientes en Gaza sean trasladados diariamente a Egipto para recibir atención médica, mientras exige que Israel proporcione a Gaza toda la electricidad que necesite. Asimismo, todos los terroristas volverán a sus hogares y ninguno será deportado de Gaza.
Estas modificaciones permitirían a Hamás mantenerse en el poder en Gaza, algo que tanto Israel como Estados Unidos han rechazado abiertamente ya que seguiría representando una amenaza para el Estado hebreo. Igualmente, a pesar de no admitirlo de manera pública, muchos de los países árabes de la región tampoco ven con buenos ojos la continuidad de Hamás en el poder.
El grupo armado palestino, además de estar respaldado y financiado por la República Islámica de Irán, también mantiene fuertes vínculos con los Hermanos Musulmanes, una organización islamista enfrentada con muchos de los Gobiernos árabes de la región.
Hamás califica la muerte de civiles en Gaza como “sacrificios necesarios”
El principal objetivo de Hamás en esta guerra es mantenerse en el poder en Gaza, un fin que también persigue Teherán para consolidar su influencia en la región a través de sus proxys. Para lograrlo, el grupo terrorista está dispuesto a “sacrificar” a tantos civiles gazatíes como sea necesario, una estrategia que han admitido algunos de sus líderes en varias ocasiones.
En este sentido, The Wall Street Journal se ha hecho eco de unas grabaciones de Yahya Sinwar, el líder de Hamás en Gaza, en las que califica a los civiles fallecidos como “sacrificios necesarios” para derrotar a Israel.
Las conversaciones -que no está fechadas- demuestran que en el ataque del 7 de octubre donde fueron asesinados 1.200 israelíes y secuestrados más de 200 tenía como objetivo forzar una brutal respuesta militar de Israel y frustrar un plan de paz entre el Estado judío y Arabia Saudí.
"Tenemos a los israelíes justo donde los queremos”, admite Sinwar, quien se cree que está escondido en algún túnel de Gaza.
Anteriormente, cuando Estados Unidos anunció su nueva propuesta para una tregua, mediadores árabes aseguraron que Sinwar “no tiene prisa por poner fin a la guerra”, ya que considera que el conflicto está aislando internacionalmente a Israel e impulsando la causa palestina.
Hezbolá lanza 200 proyectiles a Israel después de que las FDI eliminasen a un alto comandante
Mientras la guerra se mantiene en Gaza, donde más de 37.000 personas han muerto, según datos del Ministerio de Salud -controlado por Hamás-, el conflicto de hasta ahora baja intensidad en la frontera entre Israel y el Líbano se intensifica, avivando los temores de una guerra abierta entre las FDI y Hezbolá, también respaldado por Irán.
En las últimas horas, después de que Israel confirmara la muerte de Taleb Abdullah, un alto comandante de la milicia libanesa, Hezbolá ha lanzado más de 200 misiles contra el norte israelí. Abdullah es el cargo más alto de la organización que ha eliminado Israel desde el comienzo de las hostilidades en octubre, por lo que el ataque en respuesta de Hezbolá también ha sido el más intenso desde entonces.
Los proyectiles llegaron incluso a la ciudad de Tiberíades, a 65 kilómetros de la frontera, y a otras localidades incluso más al sur donde las alarmas no han dejado de sonar en las últimas horas.
Las autoridades locales y los residentes que no han evacuado la zona acusan al Gobierno de “abandonar el norte”, exigiendo medidas que restablezcan la seguridad y permitan volver a casa a todos los desplazados.
En las últimas semanas los ataques de Hezbolá se han intensificado significativamente, provocando numerosos incendios en el norte de Israel y aumentando los temores sobre un conflicto mayor que tendría consecuencias devastadoras tanto para Israel como para el Líbano.