Estados Unidos intensifica su presencia militar en Oriente Medio ante el inminente ataque de Irán a Israel

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, durante una reunión con el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, en el Pentágono en Washington, DC, el 25 de junio de 2024 - SAUL LOEB / AFP
Mientras la región se prepara para el ataque iraní, Hamás nombra como nuevo líder a Sinwar, considerado el cerebro de las masacres del 7 de octubre
 
  1. El Eje iraní y los múltiples frentes de Israel 
  2. El ataque iraní: posibles escenarios
  3. “La batalla también es psicológica”
  4. Sinwar, “el carnicero de Jan Yunis”, nuevo líder de Hamás

Oriente Medio contiene la respiración ante el inminente ataque de la República Islámica de Irán a Israel como represalia por el asesinato en Teherán del exlíder de Hamás, Ismail Haniyeh. Mientras el Estado judío se prepara para esta amenaza, Estados Unidos aumenta su presencia militar en la región con el fin de proteger sus bases militares, así como a su principal aliado en la zona.

Alrededor de una docena de aviones de combate F/A-18 del portaaviones USS Theodore Roosevelt volaron a una base militar en Oriente Medio como parte de los planes del Pentágono para defender a Israel del posible ataque del régimen iraní y de sus proxys regionales, que también representan una peligro para las tropas estadounidenses. 

De hecho, recientemente, en medio del panorama de tensión en la región, varios soldados estadounidenses resultaron heridos en un ataque contra la base aérea de Al Asad, en Irak. La agrupación de milicias autodenominada Resistencia Islámica en Irak, un grupo afín a Teherán, reivindicó el lanzamiento de cuatro misiles contra esta base aérea de la coalición internacional liderada por Washington al oeste del país árabe. 

Además de aviones de combate, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, anunció con anterioridad el envío de buques de guerra y destructores con capacidad de defensa contra misiles balísticos a Oriente Medio y Europa. A este despliegue militar se le sumará, en los próximos días, otro escuadrón de cazas F-22, que se movilizará desde su base en Alaska.

A pesar de que parte de este despliegue militar tiene como objetivo defender a las tropas estadounidenses de la amenaza que presenta la República Islámica y sus aliados en la región, la mayoría de estadounidenses se opone al envío de tropas para defender a Israel

Así lo muestra una encuesta reciente del Chicago Council on Global Affairs que revela que el 55% de los ciudadanos no está de acuerdo con este despliegue militar, frente a un 41% que sí lo aprueba. Los republicanos son más partidarios de esa medida, ya que el 55% de ellos sí apoya el envío de tropas, así como el 35% de los demócratas e independientes. 

El tiempo que permanecerán los aviones en la zona dependerá de lo que suceda en los próximos días en Oriente Medio, región que se enfrenta a una escalada de violencia tras los asesinatos la semana pasada de un alto comandante de Hezbolá en el Líbano y del máximo dirigente político de Hamás en Irán.

El Eje iraní y los múltiples frentes de Israel 

Tras el ataque de Hamás el 7 de octubre contra Israel que dejó 1.200 muertos y más de 200 secuestrados -muchos de ellos aún continúan en la Franja de Gaza-, Israel prometió terminar con la organización terrorista, especialmente con sus líderes, ya que tuvieron un papel clave en la planificación de las masacres. 

Tras este ataque, que dio comienzo a la actual guerra en Gaza que entra ya en su onceavo mes y que ha provocado una grave crisis humanitaria en el enclave palestino, Hezbolá se sumó al conflicto, lanzando recurrentes ataques contra el norte de Israel que han provocado la evacuación de miles de personas.

Un cráter en el suelo de una casa que fue alcanzada por un cohete de Hezbolá en Kiryat Shmona, en el norte de Israel - AFP/MENAHEM KAHANA

Además de Hezbolá, los rebeldes hutíes de Yemen se han involucrado en la guerra, atacando barcos que transitan el golfo de Adén, poniendo en jaque el comercio global. Los hutíes también han lanzando ataques contra territorio israelí, especialmente contra la ciudad costera de Eilat en el mar Rojo. El mes pasado un dron con explosivos lanzado desde Yemen impactó en un edificio del centro de Tel Aviv, asesinando a un hombre y provocando numerosos daños materiales. 

Todas estas milicias cuentan con el respaldo de Teherán, así como ciertos grupos armados en Irak y Siria, por lo que se espera que puedan participar de alguna forma en el gran ataque con el que lleva días amenazando el régimen iraní.

El ataque iraní: posibles escenarios

Tal y como plantea Ynet, el autodenominado “Eje de la Resistencia” puede optar por responder con ataques separados contra Israel, con Hezbolá atacando ciertos objetivos, mientras que al mismo tiempo -o antes- Irán se centra en otros.

Se espera que los hutíes, que también han prometido venganza tras el bombardeo contra el puerto de Hodeidah, participen en el ataque de una forma u otra, al igual que las milicias proiraníes en Siria e Irak.

Una fotografía obtenida del Centro de Medios Huthi Ansarullah de Yemen muestra una enorme columna de fuego que surge tras los ataques en la ciudad portuaria de Hodeidah, controlada por los rebeldes yemeníes, el 20 de julio de 2024 - ANSARULLAH MEDIA CENTRE / AFP

Entre los objetivos que podrían atacar en Israel se encuentran los símbolos del país, como la Knesset, la oficina del Primer Ministro, la residencia del Primer Ministro, el cuartel general de defensa de Kirya en Tel Aviv, así como bases de la fuerza aérea, bases de inteligencia, la base del Mossad y la base del Shin Bet. 

También existe el temor de que se produzcan graves daños en infraestructuras vitales como centrales eléctricas, puertos, aeropuertos, almacenes de combustible y amoniaco y carreteras principales. No obstante, tanto Hezbolá como Teherán son conscientes de que la Fuerza Aérea israelí tiene la capacidad de responder de manera firme a tales ataques, dañando las reservas de petróleo de Irán, las centrales nucleares o la infraestructura civil en el Líbano.

Una imagen difundida por el Ministerio de Defensa israelí (IMDO) el 12 de julio de 2022 muestra la Cúpula de Hierro, parte del sistema de defensa antiaérea israelí de varios niveles - PHOTO/AFP PHOTO/HO/MINISTERIO DE DEFENSA ISRAELÍ 

En caso de que el eje iraní busque también bajas civiles, podría atacar centros urbanos importantes como Tel Aviv y Haifa, una acción que conducirá a una escalada que Teherán quiere evitar a toda costa, ya que para el régimen su supervivencia es la prioridad. Incluso Rusia habría pedido a Irán que tome una respuesta moderada y, sobre todo, que evite bajas civiles.

El medio israelí apunta que también se pueden esperar incidentes cibernéticos que intentarán dañar el sistema de alerta e interrumpir las comunicaciones móviles, así como ataques contra israelíes en el extranjero o contra diplomáticos israelíes y embajadas. 

El ayatolá Ali Jamenei, dirigiendo la oración, junto al presidente iraní Masoud Pezeshkian frente al ataúd del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, y su guardaespaldas - AFP / HO / PRESIDENCIA DE IRAN 

“La batalla también es psicológica”

Sobre la posible represalia contra Israel ha hablado recientemente el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, durante un acto celebrado en memoria del asesinado comandante de alto rango de Hezbolá, Fuad Shukr. En un discurso transmitido públicamente, Nasrallah señaló que “la espera es parte de nuestra respuesta”, ya que “la batalla también es psicológica”.

Antes del discurso, aviones de la Fuerza Aérea israelí sobrevolaron el distrito de Dahieh de Beirut, rompiendo la barrera del sonido y desatando el pánico en la capital libanesa.

Nasrallah añadió que la respuesta llegará “quizás por separado, o quizás con todo el eje en conjunto", asegurando que "Hezbolá e Irán tienen la capacidad de responder a los asesinatos de Israel con cautela y cuidado”. "Todo Israel está en alerta, desde el norte hasta el centro y el sur. Independientemente de las consecuencias, la resistencia responderá a la agresión de Israel. Nuestra respuesta será fuerte y significativa”, destacó. 

A pesar del temor sobre el inminente ataque, en Israel la vida continua con normalidad y actualmente las autoridades no han anunciado cambios o medidas en materia de seguridad interna. 

El discurso de Nasrallah se produjo después de que Hezbolá lanzase varios proyectiles contra el norte de Israel "en respuesta" a un ataque israelí en el sur del Líbano. Desde que comenzaron las hostilidades en octubre, al menos 542 personas han muerto en territorio libanés, la mayoría de ellos combatientes, pero también civiles, según un recuento de AFP. Por otra parte, en el lado israelí, al menos 22 soldados y 25 civiles han muerto a consecuencia de los ataques de Hezbolá. 

Sinwar, “el carnicero de Jan Yunis”, nuevo líder de Hamás

Mientras Oriente Medio se prepara para el ataque iraní en respuesta al asesinato de Haniyeh, Hamás nombra a Yahya Sinwar como nuevo líder. Sinwar, considerado el cerebro del ataque contra Israel el 7 de octubre, se cree que lleva desde entonces escondido en algún túnel en Gaza.

Yahya Sinwar con el hijo de un combatiente de las Brigadas Al-Qassam que murió en combate con Israel - AFP/EMMANUEL DUNAND

Minutos después del nombramiento, el brazo armado de Hamás, las Brigadas Ezzedine Al-Qassam, dispararon varios cohetes desde Gaza contra las ciudades israelíes de Ascalón y Sederot, cerca de la frontera con el enclave palestino. 

Sinwar, de 61 años, es conocido por su crueldad contra los propios palestinos. El actual líder del grupo terrorista, apodado “el carnicero de Jan Yunis” ha sido acusado de torturar y matar con sus propias manos a cualquier sospechoso de colaborar con Israel.

Debido a sus actividades terroristas, Sinwar ha pasado gran parte de su vida adulta, más de 22 años, en prisiones israelíes, donde se cree que se radicalizó aún más. Durante su estancia en prisión, médicos israelíes le salvaron la vida al extraerle un tumor cerebral. Paradójicamente, uno de los doctores que le atendió entonces perdió a su sobrino en el ataque del 7 de octubre que Sinwar planificó.

Salió de la cárcel en 2011 como parte de un acuerdo por el que 1.027 prisioneros palestinos y árabes israelíes fueron liberados a cambio de un solo rehén israelí, el soldado Gilad Shalit. El militar estuvo cautivo durante 5 años después de haber sido secuestrado, entre otros, por el hermano de Sinwar, un alto comandante militar de Hamás.

Debido al alto número de prisioneros palestinos liberados, Sinwar pidió desde entonces más secuestros de soldados israelíes.