Grave provocación de Argelia contra Marruecos
El sábado 2 de marzo, en una lujosa villa de las alturas de Argel, en el lujoso barrio de El-Biar, tenía lugar una actividad insólita lejos de la mirada pública. Media docena de personas acababan de descubrir una placa de mármol con la inscripción en árabe e inglés “Oficina de la representación del Rif en Argelia”.
Pero ¿qué les había pasado por la cabeza a los dirigentes argelinos? Nadie esperaba que Argel acogiera la representación de un movimiento independentista desconocido para la opinión pública argelina e internacional. El reconocimiento de este movimiento aún no se ha anunciado ni oficialmente ni en la prensa. Los medios de comunicación argelinos no han pronunciado ni una sola palabra sobre el tema. Sólo el sitio prohibido de Radio M, cuyo director, El-Kadi Ihsane, está en prisión desde hace más de un año, ha informado de los hechos, mostrando una gran simpatía por el movimiento separatista.
¿Es posible que el silencio de los medios de comunicación oficiales y privados oculte las diferencias entre las distintas facciones de un régimen desgarrado por las profundas luchas intestinas entre los distintos servicios secretos, que están demostrando ser los verdaderos responsables de las decisiones entre bastidores?
La actitud del régimen argelino
Hace unos meses, los servicios de seguridad exterior, dirigidos por el general Djebbar Mehenna, fracasaron en su intento de crear un movimiento separatista en el Rif reclutando a algunos jóvenes marroquíes emigrados a Europa. Se creía que el intento había fracasado. Ahora ha resurgido, pero esta vez con hombres que afirman ser miembros del Partido Nacional del Rif, fundado en 2021 en Europa y declarado oficialmente el 16 de septiembre de 2023. Desde su creación, el partido no ha encontrado el menor apoyo ni en el Rif, al que dice representar, ni en las instituciones internacionales a las que se había dirigido.
Al dar cobijo a un partido separatista marroquí, el régimen argelino plantea muchos interrogantes. ¿Es la inminente desaparición del Polisario lo que impulsa a los halcones de Argel a buscar un sustituto para este movimiento? ¿O es el deseo de empujar a los marroquíes a reconocer el Movimiento para la Autodeterminación de la Cabilia, allanando así el camino para una escalada de tensión entre los dos países que justifique la declaración del estado de emergencia y el aplazamiento de las elecciones presidenciales del próximo mes de diciembre? Todas las posibilidades están abiertas.
Cabe señalar que, paralelamente a este reconocimiento, que implica un apoyo financiero y político a un movimiento separatista marroquí, numerosas fuentes indican que elementos de la Dirección General de Documentación y Seguridad transfirieron armas a Níger, sin el conocimiento del jefe de la 6ª región militar. Hace unos días, el MAK denunció, por boca de su dirigente Ferhat Mehenni, el enterramiento de armas en ciertas regiones de la Cabilia. Estas armas estarían destinadas a provocar incidentes en Cabilia atribuidos al MAK. Esto sugiere que se están haciendo preparativos para provocar disturbios en el país en vísperas de las elecciones.
Si el régimen de Argel cree que puede sustituir al Polisario por este movimiento separatista del Rif marroquí, que hasta ahora no ha demostrado ningún apoyo popular a sus tesis, sin duda haría bien en revisar sus planes. La situación que llevó a la creación del Polisario en 1975, y a su armamento, financiación y promoción internacional, ya no es pertinente en 2024. La propia Argelia ha perdido su aura de los años setenta y el faro que atrajo a los movimientos revolucionarios de antaño se ha desvanecido. Hoy, Argelia mantiene un perfil bajo en la escena internacional, hasta el punto de que ya ni siquiera puede responder a una citación de su embajador en Kinshasa para explicar la visita del jefe del Estado Mayor del Ejército argelino a Ruanda. Una primicia en los anales de la diplomacia internacional.
Cabe señalar que en un momento en el que el régimen argelino está dando el peligroso paso de reconocer y apoyar el movimiento separatista del Rif, Marruecos se ha apuntado un éxito rotundo con el Consejo de Cooperación del Golfo, que ha renovado su reconocimiento de la marroquinidad del Sáhara y le ha dado un apoyo sin fisuras en la defensa de su integridad territorial. En otras palabras, Argel corre el riesgo de provocar la ira de los países árabes del Golfo, e incluso de los países europeos y africanos, tras esta insólita salida. Y esto no es bueno para un régimen que hasta ahora se ha beneficiado del silencio cómplice de la comunidad internacional en su represión del pueblo argelino. Abriría los ojos de esta comunidad ayudar al pueblo argelino a liberarse del yugo de una casta que ha llevado a la bancarrota y al caos a un país inmensamente rico en recursos naturales.