Nuevamente, altos cargos del Gobierno de Biden viajan al Reino para tratar de impulsar la normalización entre Riad y Jerusalén

La paz entre Arabia Saudí e Israel, prioridad de la política exterior estadounidense

El asesor de Seguridad Nacional de EE. UU., Jake Sullivan

Estados Unidos no cesa en sus esfuerzos por lograr una normalización entre Arabia Saudí e Israel. De nuevo, altos cargos de la Administración Biden han viajado al Reino para tratar de impulsar este proceso vital para los intereses de Washington en Oriente Medio. En esta ocasión, ha sido el turno del asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, y del principal asesor de la Casa Blanca para Oriente Medio, Brett McGurk. Ambos se han reunido en Yeda con altos funcionarios saudíes -incluida la embajadora saudí en Estados Unidos, la princesa Reema bint Bandar- así como con el príncipe heredero, Mohamed bin Salman.

De acuerdo con un comunicado de la Casa Blanca, el encuentro se centró en “asuntos bilaterales y regionales, incluidas iniciativas para avanzar en una visión común de un Oriente Medio más pacífico, seguro, próspero y estable”. El longevo conflicto de Yemen también estuvo dentro de la agenda, destacando “los beneficios de la tregua que han perdurado durante los últimos 16 meses y “los esfuerzos liderados por las Naciones Unidas para poner fin a la guerra”.

AP/HANI MOHAMMED - Combatientes hutíes 

La nota de la Casa Blanca no menciona Israel ni el posible establecimiento de lazos entre Riad y Jerusalén, aunque esta fue también una de las cuestiones de la reunión en Yeda, tal y como reveló un funcionario estadounidense a Reuters y AP.

En los últimos meses, la Administración Biden ha trabajado por una normalización entre Arabia Saudí e Israel, un hito que marcaría un punto de inflexión en la región. De acuerdo con funcionarios estadounidenses citados por Axios, Washington quiere lograr este éxito diplomático antes de que la campaña electoral eclipse la agenda de Biden.

No obstante, las constantes espirales de violencia entre palestinos e israelíes, así como los planes del Gobierno de Benjamin Netanyahu de construir nuevos asentamientos en Cisjordania han obstruido este proceso que tantos beneficios podría brindar a Oriente Medio.

Los Acuerdos de Abraham han resultado ser un éxito, no solo en materia diplomática, sino también cultural, económica y comercial. Aunque un tratado entre Arabia Saudí e Israel es algo todavía superior. Tal y como señala el columnista de The New York Times, Thomas L. Friedman, la normalización entre saudíes e israelíes sería un cambio para Oriente Medio más grande que el tratado de paz entre Egipto e Israel.

Friedman considera que “la paz entre Israel y Arabia Saudí, el custodio de las dos ciudades más sagradas del Islam, La Meca y Medina, abriría el camino para la paz entre Israel y todo el mundo musulmán, incluidos grandes países como Indonesia y tal vez incluso Pakistán”. Por ello, la normalización Arabia Saudí e Israel podría reducir notablemente la antipatía entre musulmanes y judíos nacida hace más de un siglo con el comienzo del conflicto palestino-israelí. Igualmente, “sería un importante legado de política exterior de Biden”, añade.

Recientemente, durante su visita a Estados Unidos, el presidente israelí, Isaac Herzog, agradeció a Estados Unidos sus esfuerzos por establecer lazos pacíficos entre Israel y Arabia Saudí, un país que definió como “una nación líder en la región y en el mundo musulmán”. “Rezamos para que llegue este momento”, señaló Herzog durante su discurso ante el Congreso estadounidense.

También el primer ministro Netanyahu -ahora envuelto en la polémica reforma judicial que está provocando masivas protestas en todo el país- admitió en una entrevista con Sky News el pasado junio que un acuerdo de paz con Riad sería “un gran paso adelante” y “cambiaría la historia”. De acuerdo con ‘Bibi’, este logro crearía “la posibilidad de poner fin al conflicto árabe-israelí y ayudaría a resolver el conflicto palestino-israelí”.

PHOTO/FILE - El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu 

La normalización, sujeta a intereses nacionales

Altos cargos saudíes, incluido el ministro de Asuntos Exteriores, han reconocido también que esta normalización sería positiva para la región y para el propio Reino, aunque recalcan que para dar ese paso es necesario lograr antes avances significativos en el conflicto palestino-israelí. Por otro lado, hay ciertos objetivos que persigue Riad que podrían impulsar la normalización.

Estos intereses tienen que ver con su relación privilegiada con Estados Unidos, uno de sus principales aliados a nivel internacional a pesar de las tensiones del pasado y el acercamiento estratégico con China, un nuevo actor clave en Oriente Medio.

FOTO/AP - El presidente chino Xi Jinping y el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman

Según escribe Friedman, los saudíes esperan de Washington un tratado de seguridad mutua al nivel de la OTAN que obligaría a Estados Unidos a defender al Reino en caso de que sea atacado -muy probablemente por Irán-. Igualmente, buscan un programa nuclear civil supervisado por Estados Unidos y la capacidad de comprar armas estadounidenses más avanzadas, como el sistema de defensa de misiles antibalísticos Terminal High Altitude Area Defense, especialmente útiles contra el creciente arsenal de misiles de medio y largo alcance de Irán.

Al igual que en los últimos meses Washington ha presionado a Riad para firmar un acuerdo de paz con Israel, los saudíes han pedido a Biden un acuerdo de cooperación nuclear que les permita enriquecer uranio en el Reino, lo que podría dar lugar a una carrera armamentista nuclear en la región a medida que Irán continúa desarrollando su programa nuclear.

AP/VAHID SALEMI - Un misil Khaibar-busterjunto a un retrato del líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei

Teniendo en cuenta los intereses saudíes, es necesario mencionar también los objetivos de Biden. Washington espera de Riad un paquete de ayuda sin precedentes para las instituciones palestinas en Cisjordania y “límites significativos” en su creciente relación con China.

Y, para finalizar, tanto Estados Unidos como Arabia Saudí también presentarían sus condiciones a Israel en caso de un acuerdo de paz. Friedman considera que, a cambio de “un premio tan enorme como es la normalización y el comercio con el estado árabe musulmán más importante”, Washington y Riad deberían exigir a Jerusalén “la promesa oficial de no anexar Cisjordania nunca”

Coordinador de América: José Antonio Sierra.