Rabat reacciona a las acusaciones argelinas
Mientras que Argel reaccionó a la publicación de un plan de expropiación en el Boletín Oficial del Reino, el 13 de marzo, con un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores, el Gobierno marroquí se ha abstenido hasta ahora de plantear el tema.
Respuesta de Marruecos
En respuesta al comunicado argelino, una fuente diplomática anónima hizo una declaración a AFP. El uso de este medio da credibilidad a la declaración. Es una forma de negarse a entablar cualquier polémica con Argel sobre un tema que ha sido objeto de largos intercambios entre ambas partes.
De entrada, la fuente diplomática marroquí subraya que la Cancillería y la residencia de la antigua Embajada argelina en Rabat no se ven afectadas en modo alguno por el procedimiento de expropiación. El terreno sobre el que está construida la Embajada fue donado por las autoridades marroquíes.
Por otra parte, “sólo se ha discutido un edificio con las autoridades argelinas. Se trata de una sala sin utilizar, inmediatamente adyacente a la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores”, precisa la misma fuente, que añade que “esta operación de ampliación ha afectado a varios edificios diplomáticos en los últimos años, en particular los de Costa de Marfil y Suiza”.
Sin embargo, lo más interesante de esta aclaración diplomática marroquí es que revela que “las autoridades argelinas han estado estrechamente implicadas y debidamente informadas desde hace más de dos años, en todas las fases y con total transparencia”. Argel no tuvo, pues, que invocar una supuesta provocación marroquí. No tiene nada de sorprendente.
La fuente diplomática marroquí aporta la prueba de que Marruecos no ha manejado este asunto a hurtadillas. “Ya en enero de 2022, el Ministerio informó oficialmente en varias ocasiones a las autoridades argelinas de la voluntad del Gobierno marroquí de adquirir extrajudicialmente los locales. El cónsul general de Argelia en Casablanca fue recibido en el Ministerio no menos de cuatro veces sobre este asunto. Además, se enviaron ocho cartas oficiales a las autoridades argelinas, que respondieron con no menos de cinco cartas oficiales”.
El comunicado de prensa del Ministerio de Asuntos Exteriores argelino no mencionaba este intercambio de correspondencia e información entre los dos países sobre este tema. El comunicado daba la impresión de que el anuncio del procedimiento iniciado por los marroquíes era sorprendente e inesperado por parte de Argel.
El comunicado de la fuente diplomática marroquí va más lejos en sus revelaciones. Nos dice que, en dos de sus documentos escritos, las autoridades argelinas respondieron a la oferta marroquí indicando que “una evaluación de la propiedad está en curso y que comunicarán sus conclusiones tan pronto como estén finalizadas”, antes de añadir que “los locales serán desalojados y su contenido retirado de acuerdo con la práctica diplomática una vez que la operación de venta haya sido debidamente concluida”.
El punto culminante de este asunto, que en realidad no es tal, es que las autoridades argelinas, por su parte, han informado por escrito a la parte marroquí “que han decidido iniciar un procedimiento de expropiación, por razones de utilidad pública, de determinadas propiedades en la zona cercana al Palacio del Pueblo (en Argel) y, en consecuencia, recuperar la residencia del embajador de la misión marroquí”. Argel parece haber actuado rápidamente en este asunto de “expropiación por causa de utilidad pública”.
A la luz de estos detalles, cabe preguntarse sobre las intenciones del régimen argelino al emitir un comunicado de prensa con tono belicoso, pretendiendo ignorar las negociaciones y discusiones que tuvieron lugar entre las dos partes. Sobre todo, esperamos la reacción de Argel ante estas revelaciones, que ponen en entredicho a los autores del comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores.