Washington impulsa la normalización entre Arabia Saudí e Israel para aislar a Irán
- Aislar a Irán y frenar a China
- Arabia Saudí aspira a reafirmar su liderazgo dentro del mundo árabe y musulmán
- A pesar de las críticas de Irán, las negociaciones sobre la normalización continúan
Un acuerdo de paz entre Arabia Saudí e Israel marcaría un hito a nivel internacional y un punto de inflexión en Oriente Medio. La normalización de relaciones entre ambos países abriría un horizonte nuevo en la región basado en la paz, la seguridad y la estabilidad.
Estos son los principales motivos por los que Estados Unidos lleva tiempo tratando de impulsar un acuerdo entre el Reino saudí y el Estado judío, aunque desde Washington también persiguen otros objetivos con esta normalización.
Un acuerdo de paz entre Riad y Jerusalén -a cambio de un pacto de defensa entre el Reino saudí y Estados Unidos- además de brindar estabilidad a la región, también aislaría al régimen iraní.
A pesar de la fría reconciliación impulsada por China entre Arabia Saudí y República Islámica de Irán después de años de tensiones, ambas potencias regionales siguen siendo rivales a nivel religioso, pero también político.
Por otro lado, dada la fuerte enemistad entre Irán e Israel, una normalización entre saudíes e israelíes también podría ser vista como una alianza contra la expansión iraní en la región a través de sus proxys presentes en la conocida como ‘Media Luna Chií’.
A esto hay que sumarle la sólida asociación entre varios países árabes e Israel a través de los Acuerdos de Abraham, una alianza que también se ha presentado como un frente común contra Teherán.
Además, cabe señalar, que la posible normalización entre Arabia Saudí e Israel se firmaría a cambio de un acuerdo de defensa bilateral entre Washington y Riad destinado a fortalecer la capacidad de disuasión del Reino.
En este sentido, un portavoz del Departamento de Estado ha subrayado a RFE/RL la voluntad y el compromiso de Washington con sus aliados y socios para “mejorar su capacidad de disuadir y contrarrestar las amenazas de Irán”. El portavoz también habló de “imponer costes a Irán por sus acciones” y el cambio del “cálculo de la toma de decisiones de Irán con el tiempo”.
No obstante, este acuerdo bilateral entre saudíes y estadounidenses solo se podrá lograr a través de la normalización Israel. Riad, por su parte, exige un alto el fuego en Gaza y una base creíble que permita la creación de un Estado palestino para firmar cualquier acuerdo con Israel.
Es por ello por lo que la Administración de Joe Biden aboga por un pacto tripartito para garantizar una paz permanente y sostenible en Oriente Medio, aislando de esta forma aún más a Irán.
Este aislamiento regional e internacional al que está expuesto Teherán se debe, según el portavoz del Departamento de Estado, a “sus propias políticas”, según destacó a RFE/RL.
Es muy probable que Irán mueva ficha en caso de una normalización entre Israel y Arabia Saudí, ya que esta paz se percibiría como un refuerzo de la alianza árabe-israelí contra Teherán.
“Cualquier tipo de coalición empujará a Irán a optar por contracoaliciones”, señala al medio de comunicación Hamidreza Azizi, miembro del Instituto Alemán para Asuntos Internacionales y de Seguridad.
Aislar a Irán y frenar a China
Por otro lado, además de aislar a Irán, Estados Unidos también busca con este acuerdo fortalecer su posición en Oriente Medio ante la creciente influencia que está teniendo China, un actor que entra con fuerza en la región.
El pacto de defensa que firmaría Washington con Riad a cambio de la normalización con el Estado judío también contempla la limitación del uso de tecnología china en el Reino a cambio de grandes inversiones estadounidense y la ayuda en la construcción de un programa nuclear civil.
Arabia Saudí aspira a reafirmar su liderazgo dentro del mundo árabe y musulmán
Para Estados Unidos, aislar a Irán y reforzar su posición en Oriente Medio es la piedra angular del acuerdo de seguridad con Arabia Saudí y de la normalización del Reino con Israel. Pero, ¿cuáles son las principales motivaciones de Riad?
Aunque contrarrestar la influencia iraní es uno de los objetivos de los saudíes con un acuerdo de paz con Israel, el Reino pretende reafirmar su liderazgo dentro del mundo árabe y musulmán consiguiendo establecer un Estado palestino y aportando una solución permanente al conflicto árabe-israelí.
Asimismo, si Riad sigue la estrategia de Emiratos Árabes Unidos, podría encontrar un equilibrio entre Israel e Irán. “Riad parece confiar en que la normalización con Israel no tendría un impacto importante en su relación con Teherán”, explica a RFE/RL Anna Jacobs, analista del Golfo en International Crisis Group.
Basándose en este enfoque, Arabia Saudí espera continuar la cooperación con Irán en cuestiones regionales y bilaterales y evitar que Teherán retome sus ataques contra intereses saudíes a través de sus milicias en Irak o Yemen.
A pesar de las críticas de Irán, las negociaciones sobre la normalización continúan
Irán siempre se ha opuesto a cualquier tipo de acuerdo entre los países árabes e Israel y ha sido una de las principales voces críticas de los Acuerdos de Abraham. Igualmente, el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, ha criticado recientemente de manera indirecta a Arabia Saudí por tratar de normalizar sus lazos con Irán.
En este sentido, incluso se señalado que uno de los motivos por los que Hamás lanzó el ataque contra Israel el pasado 7 de octubre fue precisamente para frenar este acuerdo.
Los meses anteriores al ataque y a la posterior guerra entre el grupo terrorista e Israel, Estados Unidos envió a muchos de sus altos cargos más importantes a Oriente Medio con el fin de impulsar la normalización.
Sin embargo, el 7 de octubre frenó momentáneamente estas negociaciones, aunque, a pesar de la guerra, las conversaciones se han mantenido, según han confirmado funcionarios estadounidenses, saudíes e israelíes.
El embajador saudí en Reino Unido confirmó a la BBC en enero que Riad todavía está interesado en normalizar sus lazos con Jerusalén después de comentarios similares por parte del secretario de Estado, Antony Blinken, y del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.