Las fuertes y excepcionales lluvias reviven los lagos del sureste de Marruecos
Las recientes fuertes lluvias en Marruecos han llenado lagos que llevaban años vacíos debido a la sequía y a las altas temperaturas en los desiertos del sureste del país.
Este fenómeno excepcional ha infundido alivio en los residentes de estos oasis turísticos y ha cambiado el paisaje general de la región, ya que ahora hay lagos intercalados entre las dunas de arena, así como en las afueras de Merzouga, ciudad situada a 600 kilómetros al sureste de Raba
“Estas lluvias llegaron en un momento delicado, cuando el agua escaseaba, y permitieron recuperar nuestro patrimonio natural y satisfacer las necesidades de agua de la población”, señala Karim Saouk, uno de los residentes de la localidad, a Al-Arab. Estas lluvias también benefician al turismo local. En este sentido, el guía turístico Youssef Ait Shiga recuerda que muchos de los lagos de la zona han estado secos desde 2016.
Los desiertos de Merzouga gozan de gran popularidad entre los amantes de este tipo de turismo y se consideran una parada indispensable en los itinerarios turísticos en el sureste de Marruecos. Las recientes lluvias, de acuerdo con el guía turístico Khaled Sikandouli, los han hecho “más atractivos” y "atrajeron a más turistas”.
Durante los últimos años Marruecos ha sufrido una grave sequía, alcanzando su punto máximo en 2023, año considerado como "el más seco jamás registrado en al menos 80 años”, con un déficit de alrededor del 48% en comparación con la media de precipitaciones de un año normal, según un informe reciente de la Dirección General de Meteorología.
No obstante, durante el pasado mes de septiembre, las regiones del sur y el sureste han sido testigos de fuertes lluvias que incluso provocaron inundaciones, causando la muerte de al menos 28 personas.
Estas regiones desérticas y semiáridas se vieron afectadas por un raro fenómeno climático caracterizado por “un ascenso excepcional del frente tropical en el sur del país que se mezcló con otras masas frías provenientes del norte", según la Dirección General de Meteorología.
El organismo prevé que estos fenómenos meteorológicos extremos sean “cada vez más frecuentes” y los atribuye a los efectos del cambio climático, “que está empujando masas de aire tropicales hacia el norte”.
“Todos los datos indican que lo ocurrido es una señal de cambio climático, pero es difícil resolver el problema en esta etapa porque es necesario realizar estudios y dedicar suficiente tiempo a la investigación”, explica la investigadora climática Fatima Driush a Al-Arab.
Aunque las recientes lluvias han cambiado el aspecto general de los desiertos que se extienden en varias partes del sureste del Reino, “un cambio brusco no puede tener un impacto permanente en la región", advierte Fátima Dariush.
A nivel local, las escasas precipitaciones han permitido aumentar las reservas de algunas presas y reactivar las aguas subterráneas, aunque sea parcialmente, mientras que para volver a la normalidad se necesitan lluvias regulares a largo plazo, según los expertos.
La lluvia es uno de los principales desafíos que enfrenta Marruecos, país cuya economía sigue dependiendo en gran medida de la agricultura, sector que emplea alrededor de un tercio de la población activa. Asimismo, para el Reino es fundamental la desalinización del agua del mar para abastecer a las ciudades más afectadas por la sequía.
Además de Marruecos, el resto de los países del norte de África se encuentran entre los más afectados por el estrés hídrico, según el Instituto de Recursos Mundiales.