África busca financiación en Londres

Las oportunidades que ofrecen los países africanos, en el escaparate londinense. La ciudad del Támesis alberga este lunes la Cumbre de Inversiones Reino Unido-África 2020. Este foro económico cuenta con la presencia de numerosas delegaciones de distintos Estados que buscarán atraer libras para financiar diferentes proyectos. La cita, que vive la primera edición de su historia, se celebra a apenas unos días del pistoletazo de salida del Foro Económico Mundial en Davos (Suiza).
El espíritu del foro consiste en aunar los esfuerzos de Gobiernos, empresas privadas y entidades internacionales con el objeto de “construir un futuro seguro y próspero para todos los ciudadanos”, en palabras de la propia organización. Se espera que se movilicen “nuevas y sustanciales inversiones” para crear puestos de trabajo y prosperidad mutua.
El anfitrión de la cumbre ha sido el premier Boris Johnson. “África es el futuro y el Reino Unido tiene un enorme y activo papel que desempeñar en ese futuro”, ha sentenciado el líder ‘tory’. “Nuestras empresas, nuestros inversores, nuestros emprendedores y nuestro tremendamente innovador sector de servicios financieros están ayudando a los africanos desde Casablanca hasta Ciudad del Cabo a enfrentarse al futuro con confianza”, ha manifestado Johnson, que ha querido elogiar el buen hacer de aquellos Gobiernos del continente cuyas economías están en pleno crecimiento.
El político conservador ha destacado algunas de las colaboraciones más importantes que Reino Unido ha establecido en suelo africano, en términos de enseñanza universitaria, servicios de seguridad y el sector de la tecnología que, a su vez, se aplica a otros campos: la medicina, las finanzas, la agricultura, etc. En la previa de la cumbre, Alok Sharma, el Secretario de Desarrollo Internacional de Reino Unido, se había mostrado muy optimista con respecto a las posibilidades que ofrece el encuentro para fomentar nuevos lazos con diferentes actores en el continente.

Entre los mandatarios africanos que han acudido a la cita, se encuentran el presidente nigeriano Muhammadu Buhari, el egipcio Abdelfatah al-Sisi o el ghanés Nana Akufo-Addo. Precisamente, este país del golfo de Guinea constituye una de las principales atracciones del foro. Entre otras iniciativas, uno de los objetivos de Akufo-Addo es presentar ante sus homólogos el programa ‘Beyond Aid’, un proyecto que busca fomentar la cooperación en otros campos más allá de la ayuda al desarrollo.
Según los últimos datos, Sudáfrica, Nigeria y Egipto, las tres mayores economías de todo el continente en función de su producto interior bruto, son los tres principales socios comerciales de Londres en África. Según un comunicado del Gobierno publicado en los días previos a la cumbre, la inversión británica en África dedicada a mujeres empresarias en Kenia, Nigeria y Ghana ha aumentado en los últimos meses, con la intención de crear más de 3.000 nuevos puestos de trabajo en estos tres países.
Ante su inminente salida definitiva de la Unión Europea, Reino Unido busca expandir sus lazos comerciales con otros actores más allá del club comunitario. Como se ha encargado de recordar Johnson, dos tercios de los sistemas económicos del continente crecen a un ritmo superior al de la media global. Algunas de ellas se encuentran, de hecho, entre los países que registran un crecimiento más rápido.
En el paisaje post brexit, una incógnita interesante reside en el poder real de negociación de que dispondrá Londres fuera de Bruselas. Es de esperar que no disponga de la misma influencia sobre la otra parte, sea esta un país africano o cualquier otro actor. Esta cuestión podría ir en detrimento de los acuerdos que, eventualmente, se consiga cerrar en el curso de la conferencia.

En el discurso de apertura de la cumbre, Johnson ha dejado caer algunas ideas sobre cómo gestionará su país la inmigración a partir del 31 de diciembre de 2020, fecha en la que concluye el periodo de transición que sucederá a la salida de la Unión Europea. Según el primer ministro, será implantado un sistema similar al que actualmente rige en Australia.
¿En qué consiste? En líneas generales, se trata de un sistema de puntos acumulables en función de la trayectoria personal, pero, sobre todo, profesional de la persona solicitante de visado. Generalmente, se considera el sistema australiano como uno de los más restrictivos del mundo, pues está muy estrictamente vinculado a las necesidades económicas y de empleabilidad del país de acogida y no en la figura del inmigrante.
Johnson, sin embargo, ha alardeado de que el nuevo sistema será “más justo” que el que ha estado en vigor mientras el país ha formado parte de la Unión Europea. “Poniendo a las personas por delante de los pasaportes, seremos capaces de atraer el mejor talento de todo el mundo, sin importar de donde sea”, ha comentado Johnson.