CaixaBank Research cree que la mayor esperanza de vida obligará a retrasar la jubilación

Miguel Ángel Valero/diarioabierto.es

Pie de foto: Alerta del impacto del envejecimiento en la economía española

Dossier El reto demográfico 

http://www.caixabankresearch.com/documents/10180/1811599/IM+CAST+OCT+OK.pdf/b115acfd-c673-4df9-82d0-08bc5db53ed6

España sufrirá el próximo decenio un descenso en su población, y en 2050 más de un tercio de ésta superará los 65 años.  El crecimiento de la población se ha ido reduciendo de manera paulatina en los países desarrollados a lo largo de este último medio siglo. Este fenómeno corresponde al final de etapa de una transición demográfica en la que una sociedad que ya ha reducido su tasa de mortalidad de manera importante disminuye también su tasa de natalidad hasta cuotas similares (o incluso menores), y se produce un estancamiento (o descenso) del tamaño de la población. Al mismo tiempo, a este estancamiento de la población se le añade un aumento de la esperanza de vida que conduce a un importante envejecimiento.

El informe “Perspectivas de la Población Mundial 2015” de las Naciones Unidas pronostica que el descenso del nivel de población, que ya comenzó hace una década en países como Alemania, proseguirá durante el próximo decenio en otros, como España e Italia, y alcanzará al conjunto de la Eurozona en 2030.

El número de individuos de más de 65 años ha pasado de representar el 15% de la población de la Eurozona en 1990 al 21% en 2015 y se espera que llegue al 24% en 2025 y alcance el 32% en 2050. En países como Alemania, Italia o España, más de un tercio de la población tendrá más de 65 años en esa fecha.

Una menor población implica una menor oferta laboral, menos consumo y una menor necesidad de inversión, lo que disminuiría el tamaño de la economía en su conjunto. Sin embargo, una mayor esperanza de vida puede incentivar a los individuos a trabajar durante más tiempo, a invertir más en educación para aumentar su capital humano o ahorrar más antes de la jubilación para financiar un periodo más largo de inactividad

Además, si la edad de jubilación se ajustara al alza a medida que crece la esperanza de vida, el crecimiento del PIB podría ser más elevado, señala en su análisis Josep Mestres, del departamento de Macroeconomía, Área de Planificación Estratégica y Estudios, de CaixaBank (CaixaBank Research)

Cuando los países peinan más canas

“A medida que los países peinan más canas, aumentan las voces que alertan de la necesidad de llevar a cabo reformas estructurales para asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas”, opina Clàudia Canals en su aportación al último informe de CaixaBank Research.

El envejecimiento de la población afecta a los ingresos públicos, disminuye la fuerza laboral (salvo que se retrase la edad de jubilación) y, por tanto, la capacidad recaudatoria del Estado. Una población más envejecida comporta un mayor gasto en pensiones, salud y dependencia.

El factor de sostenibilidad aprobado en España, que entrará en vigor en 2019 y que vincula los beneficios por pensionista a la esperanza de vida de la población, de tal manera que un aumento de la esperanza de vida disminuye la pensión percibida, es un elemento que debería rebajar el efecto negativo demográfico en el gasto de pensiones a medio plazo. En Portugal, una mayor esperanza de vida retrasa la edad legal de jubilación desde este mismo año.

Maria Gutiérrez-Domènech cree que el 20% de la población española tendrá más de 65 años en 2020. “Este proceso de envejecimiento pronto tendrá un fuerte impacto sobre el crecimiento económico y las principales partidas que conforman el Estado del bienestar, y podría acentuarse en los próximos años”, señala. La tasa de dependencia de los mayores de 65 años (proporción respecto a la población que se encuentra en edad de trabajar) pasará del 27% en 2013 al 62% en 2050.

La población en edad de trabajar caerá un 0,6% anual en promedio entre 2013 y 2050, porque la generación del ‘baby boom’ se encuentra actualmente a las puertas de la jubilación. Aunque la tasa de participación de la mujer y de la población de más edad podrían ayudar a amortiguar este hecho a corto plazo, “a más largo plazo, estos mecanismos compensatorios del proceso de envejecimiento estarán cada vez más cerca de su límite”, insiste esta experta.

El reto de la productividad

El problema es que la evolución de la productividad de la economía española no invita al optimismo. Entre los años 2000 y 2014, el crecimiento de la productividad total fue del –0,7% anual.

La segunda gran preocupación del cambio demográfico es cómo afectará a la sostenibilidad del Estado de bienestar. El envejecimiento de la población supone un gran reto en un sistema de pensiones de reparto como el español, en el cual las pensiones percibidas por los jubilados en un periodo son financiadas con las cotizaciones pagadas por los trabajadores en ese mismo periodo. Sería necesario triplicar la tasa de natalidad para mantener la tasa de dependencia constante.

“La solución pasa, en parte, por diseñar un sistema de pensiones que adapte la vida laboral a los cambios en la esperanza de vida”, insiste Maria Gutiérrez-Domènech, que es precisamente la gran aportación de la reforma realizada en 2011.