Ante el empuje de Asia, España y Marruecos buscan maneras de apostar por la industria tecnológica

Ni Europa ni el norte de África tienen en este momento la capacidad tecnológica de Asia para poder competir en sectores como los semiconductores, la telefonía móvil o la IA
<a target="_blank" href="https://pixabay.com/photos/laboratory-medical-medicine-hand-3827745/">Laboratorio</a> - PHOTO/PIXABAY
Laboratorio - PHOTO/PIXABAY
  1. España y Marruecos no quieren quedarse atrás
  2. La industria química, una de las principales bazas
  3. El enorme potencial de los vehículos eléctricos
  4. Las energías renovables, otro punto a favor
  5. Los minerales de tierras raras, el as en la manga de Marruecos

Desde hace ya unos cuantos años, cuando pensamos en la vanguardia tecnológica no ponemos los ojos en los Estados Unidos o en Europa, sino en Asia. Durante los años 80, Japón era el país que acaparaba todas las miradas gracias a su enorme variedad de productos tecnológicos. Los radiocasetes de Sony, las consolas de Nintendo, los relojes Casio y muchos otros artículos inundaban los mercados del mundo y situaron a Japón en el centro de la escena global.

En el siglo XXI, a Japón le están saliendo muchos competidores, y ahora la vanguardia tecnológica pasa por Taiwán, China o Corea del Sur. Además, Son muchas las Big Tech que están desembarcando en Vietnam, Malasia o India, diversificando todavía más el potencial tecnológico de la región, pero manteniendo a Asia como el continente líder de la tecnología más avanzada.

España y Marruecos no quieren quedarse atrás

Ni Europa ni el norte de África tienen en este momento la capacidad tecnológica de Asia para poder competir en sectores como los semiconductores, la telefonía móvil o la IA. A pesar de que buena parte de las fábricas de semiconductores dependen de componentes fabricados en los Países Bajos, los países del Mediterráneo no han sabido aprovechar el auge de esta industria, y se encuentran cada vez más a la zaga en la carrera tecnológica.

Sin embargo, sigue habiendo muchas otras industrias relacionadas con la tecnología donde tanto España como Marruecos pueden competir en la escena internacional. Apostar por estas tecnologías puede ser clave en las próximas décadas, sobre todo considerando que la digitalización avanza imparable en todo el globo, y que se esperan grandes cambios en este ámbito durante los próximos años.

La industria química, una de las principales bazas

Tanto España como Marruecos pueden presumir de una excelente industria química, que puede ser uno de los pilares tecnológicos para ambos países en los próximos años. Sostenida por grandes sistemas de educación y un largo recorrido histórico, esta industria química favorece la creación de empleos orientados a la investigación, los análisis de valoración, la fabricación de maquinaria y el desarrollo de fármacos.

Pese a que los consumidores promedio suelen tener una idea difusa con respecto al funcionamiento de la industria química, lo cierto es que resulta esencial para un sinfín de sectores. Prácticamente cualquier cosa que se fabrica necesita diferentes sustancias químicas para el proceso de fabricación, y, además, esta tecnología también es esencial en la producción de combustibles o la extracción de gas natural licuado.

El enorme potencial de los vehículos eléctricos

Mientras que la Unión Europea en su conjunto tardó décadas en despertarse ante el auge de la industria de los semiconductores, definitivamente no quiere quedarse atrás durante el gran 'boom' de los vehículos eléctricos.

El establecimiento de aranceles a los EVs fabricados en China –sobre todo a las marcas de bajo costo como BYD– es toda una declaración de intenciones que busca proteger el sector automovilístico europeo, uno de los más importantes.

Marruecos puede beneficiarse extraordinariamente de estas medidas, no solo apostando por la industria automovilística en sí, sino también aprovechando sus yacimientos mineros y su tecnología química para apostar por la fabricación de baterías. Estas baterías pueden emplearse para impulsar todo tipo de vehículos eléctricos, y además también serán esenciales para dar mayor estabilidad a las centrales de energía renovable.

Las energías renovables, otro punto a favor

Justamente este tipo de centrales son otro de los grandes puntos fuertes de España y Marruecos ante el auge tecnológico asiático. Compañías como Iberdrola lideran el sector y son un auténtico referente internacional tanto en la instalación de centrales eólicas como la construcción de plantas fotovoltaicas. Marruecos tiene un enorme potencial para producir energía solar eólica y exportarla a toda la región.

Además, las placas fotovoltaicas pueden ser de enorme utilidad tanto a gran escala como para los consumidores de a pie. Se pueden fabricar placas de este tipo para toda clase de usos, y tanto España como Marruecos están en una posición de privilegio para aprovechar su tecnología actual y desarrollar estas placas para su exportación.

Los minerales de tierras raras, el as en la manga de Marruecos

Para el desarrollo de todo tipo de productos tecnológicos hacen falta minerales de tierras raras como el cerio, el neodimio o el praseodimio, entre otros. Suelen ser de nueva importancia para la fabricación de imanes o catalizadores, y Marruecos es uno de los países más ricos del mundo en este tipo de minerales porque buena parte de su suelo fue en su día un lecho oceánico.

La extracción y exportación de estos minerales sitúa a Marruecos en el centro de todas las miradas, sobre todo en Europa y Norteamérica. El principal productor de minerales de tierras raras a nivel global es China, que puede limitar seriamente su distribución a Occidente en caso de una escalada en las tensiones políticas. Marruecos debe entonces jugar muy bien sus cartas para lograr que este sector sea clave en su economía durante los próximos años.