De aprobarse la denominada Fase III, se desembolsaría más dinero que en el rescate de la crisis financiera de 2008

Estados Unidos combatirá al coronavirus con más de 1 billón de dólares

REUTERS/JONATHAN ERNST - El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la sesión informativa diaria sobre el coronavirus en la Casa Blanca en Washington, el 17 de marzo de 2020

El coronavirus está empezando a causar estragos en Estados Unidos. La cifra de muertos ya ha superado el centenar y al menos 50 estados han registrado contagios entre sus ciudadanos. El alcalde Nueva York, Bill de Blasio, por poner un ejemplo, ha asegurado que es posible que en las próximas 48 horas se pueda decretar el toque de queda, lo que supondría el confinamiento de casi 9 millones de personas.  

Con este escenario, este martes, el presidente Donald Trump ha anunciado un multimillonario plan de estímulo fiscal. La idea es desmovilizar 850.000 millones de dólares, que llegará a las casas de los estadounidenses afectados en las próximas dos semanas en formato de cheque. Aunque todavía se desconoce qué cantidad se destinará a tal fin, un funcionario de la Casa Blanca ha revelado en The Australian que los pagos directos a los ciudadanos inicialmente “podrían costar 250.000 millones de dólares”, una cantidad que se duplicaría al mes siguiente. De acuerdo con el analista Colm Quinn de Foreign Policy, se podría llegar a pagar a cada americano unos 1.000 dólares.

“Queremos que la gente tenga dinero en sus bolsillos rápidamente y que los propietarios de las pequeñas empresas tengan acceso a fondos”, ha declarado en esta línea el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin. “El objetivo fundamental de esta hoja de ruta es inundar la economía de liquidez a través de un recorte de impuestos sobre la nómina y mecanismos similares”, explican desde Invertia.

Un viajero en el mostrador de información de la Gran Terminal Central, en Nueva York, el martes 17 de marzo de 2020

El Gobierno federal también ha ofrecido una moratoria de 90 días para pagar los impuestos, una medida destinada a sofocar la paralización de actividad por parte de los comercios y establecimientos que se han visto obligados a cerrar para evitar la propagación del virus.

La Administración Trump también está buscando otras fórmulas para estimular la economía. Según ha informado The Washington Post, el presidente quiere dotar a las aerolíneas con 50.000 millones de dólares, puesto que están siendo uno de los sectores más afectados por el parón de actividad. De hecho, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), estima que las pérdidas alcanzarán los 103.000 millones de dólares en todo el mundo, lo que supone una reducción de los ingresos en casi un 20%. 

Solo en el gigante norteamericano, las compañías aéreas emplean directamente a 2,4 millones de personas -7,3 millones en total con puestos de trabajo indirectos- y aportan al PIB nacional 290 millones de dólares en el primer caso y más de 800 millones en el segundo. Por eso, “dejarlas ir a la quiebra, como la industria ahora teme que pueda suceder en el mes de mayo, no es una opción”, advierten desde Foreign Policy

Las industrias hoteleras y de viajes también han solicitado 150.000 millones y 100.000 millones de dólares respectivamente.

Una pareja cruza la 1ª Avenida de Manhattan, en la ciudad de Nueva York el 17 de marzo de 2020

Del mismo modo, el Congreso ha comenzado a trabajar en un paquete de respuestas para frenar los efectos nocivos de la enfermedad sobre la economía del país. La primera fase -denominada como Fase I-, de 8.300 millones de dólares, fue aprobada la semana pasada para estimular la investigación y el desarrollo de la vacuna contra el COVID-19. La segunda, Fase II, que se encuentra a la espera de ser ratificada por el Senado, contempla un desembolso de 104.000 millones de dólares y estará destinada a garantizar las prestaciones por desempleo y las bajas de los trabajadores que contraigan el virus. Ahora, los medios locales han revelado que el Senado -el Congreso ha paralizado su actividad- está trabajando en la Fase III, de 1 billón de dólares (1.000.000.000.000), una suma significativamente mayor que la de las dos fases anteriores. Esta cifra, de aprobarse, también superaría el rescate bancario de la crisis financiera de 2008. En este último paquete -por ahora- estarían incluidos los 850.000 millones de dólares que ha anunciado Trump este martes.

“Sabemos que se necesita una ley adicional de una proporción mucho mayor para enfrentar esta crisis”, ha reconocido el líder de la mayoría del Senado, el republicano Mitch McConell. Todavía no se conocen los detalles de esta operación, pero las analistas Ella Nilsen y Li Zhou han explicado en Vox Media que ya se han creado tres grupos de trabajo para elaborar el primer borrador junto con la Casa Blanca, que posteriormente tendrá que ser negociado con los demócratas de la cámara. 

“La necesidad de recurrir a estas medidas drásticas subraya la profundidad de la crisis y por qué la volatilidad del mercado se ha disparado, las acciones han quedado devastadas y los inversores han huido a refugios seguros como los bonos”, explica el analista Robert Guy en Financial Review.

Un viajero en la Grand Central Terminal, en Nueva York, el martes 17 de marzo de 2020
Panorama negro para el sector servicios

Este martes, la Asociación de Viajes de EEUU publicaba unos pronósticos demoledores: se espera que el gigante norteamericano pierda 4,6 millones de empleos relacionados con los viajes a medida que el brote de coronavirus imponga un golpe de 809.000 millones de dólares a la economía, según ha recogido The Washington Post. La American Hotel & Lodging Association también advertía de que 4 millones de puestos de trabajo ya se han perdido o están a punto de perderse en las próximas semanas, sobre todo, en los mercados de Seattle, San Francisco, Austin y Boston, donde numerosas propiedades están cerrando y las tasas de ocupación se han desplomado a mínimos sin precedentes.

Una mujer con una máscara cruza la calle en Times Square en Manhattan, en la ciudad de Nueva York el 17 de marzo de 2020

De acuerdo con el diario, se estima que el gasto total en viajes en EEUU -incluido el transporte, el comercio minorista, el alojamiento y la restauración- se reduzca en 335.000 millones de dólares durante 2020, es decir, una disminución del 31%, lo que supone una pérdida seis veces mayor que la que sufrió el país tras los atentados del 11-S en 2001.