Don Felipe de Borbón se abre paso hacia el trono

Por Paco Soto
El Príncipe Felipe de Borbón lleva muchos años preparándose para ser Rey de España. El futuro monarca, que subirá al trono este mes de junio, tiene una sólida formación universitaria y militar, es políglota y conoce bien España y el complejo mundo de las relaciones internacionales. Tiene, sin lugar a duda, un carácter distinto al de su padre, Juan Carlos I. No es tan campechano y no suele contar chistes en público, como hace su progenitor. Felipe de Borbón se parece más a su madre, la Reina Sofía. Es serio, sereno, amable y educado, pertenece a una generación de españoles que no está atormentada por la Guerra Civil y la dictadura franquista, y conecta bien con la sociedad. Por supuesto, no con el 100% de la población, porque una franja de la misma y partidos políticos como IU, Podemos y ERC son abiertamente republicanos y han pedido la celebración de un referéndum sobre el modelo de Estado. El consenso constitucional que se logró tras la muerte de Franco entre los reformistas del franquismo y el grueso de la oposición se ha roto y el nuevo Rey sabe que no será fácil recomponerlo. Pero es consciente de que la sociedad española pide a gritos grandes cambios en las instituciones, los partidos, los sindicatos, las organizaciones empresariales y el conjunto del entramado político y económico que estructura el país. Juan Carlos I ha dado un paso importante al ceder el testigo a su hijo Felipe. La transición hacia el trono se hará con normalidad y como marca la Constitución. El Rey y el Príncipe de Asturias comparecieron juntos este martes, por primera vez desde el anuncio de abdicación, en una ceremonia militar celebrada en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (Madrid), a la que asistieron los jefes de Estado Mayor del Ejército de Tierra y del Aire. Padre e hijo escenificaron la normalidad constitucional que deberá acompañar el proceso de sucesión.
Proceso sucesorio
El Gobierno de Mariano Rajoy se reunió de forma extraordinaria para aprobar, junto con la ley que regulará la sucesión, una declaración de apoyo a la monarquía como garante del equilibrio político e institucional y de la estabilidad democrática en España. El próximo 18 de junio, las Cortes habrán finalizado el trámite parlamentario de la sucesión del Rey, según anunció el presidente del Congreso de los diputados, Jesús Posada. A partir de ese día, la Casa Real establecerá la fecha de la coronación de Felipe VI en sesión conjunta y solemne del Congreso y del Senado. El texto legal aprobado por el Consejo de Ministros fue entregado a la Mesa del Congreso. Este organismo aprobó un plazo para presentar enmiendas que se debatirán, en principio, el próximo 11 de junio, en lectura única y procedimiento urgente. Si se cumplen las previsiones, el 91% de la Cámara baja votará a favor de la ley orgánica de sucesión. Pero habrá que ver si todos los diputados de CiU dan un voto favorable o algunos se abstienen. La abstención será la opción del PNV en la votación, según anunció este partido. En principio, las formaciones parlamentarias que votarán en contra, que representan menos del 10% de la Cámara, son Izquierda Plural, ERC, BNG, Compromis, Geroa Bai y Amaiur. En el Grupo Mixto, votarán a favor Coalición Canaria, UPN y Foro Asturias. Una semana después, el 18 de junio, la votación se trasladará a la Cámara alta antes de que el proceso sucesorio regrese al Congreso de los diputados para el acto de jura. Este es el calendario que han pactado el Palacio de la Zarzuela y La Moncloa. Una vez aprobada la ley orgánica, se publicará en el Boletín Oficial del Estado (BOE), y la entrada en vigor de la norma tendrá que coincidir con la proclamación de Felipe de Borbón como Rey de España. El acceso al trono se concretará en el juramente del Príncipe ante las dos Cámaras.
Nuevos retos
La historia es como es y Felipe de Borbón será proclamado Rey sin que su padre haya fallecido. Juan Carlos se enfrentó a una situación más delicada, porque tuvo que esperar la muerte de un dictador decrépito y desprestigiado en Europa para acceder al trono. A sus 46 años, el nuevo monarca se hará cargo de una institución que hasta hace pocos años era la mejor valorada del país, y ahora, en cambio, está seriamente erosionada por los escándalos financieros de algunos miembros de la familia real y los propios errores del Rey en funciones. La mayoría de los observadores políticos, tanto en España como fuera del país, están convencidos de que don Felipe es consciente de los retos que afronta. Ya no hay peligro golpista en las Fuerzas Armadas, ETA dejó de matar y España es un país democrático y próspero, aunque duramente golpeado por la crisis económica, el desafío del nacionalismo catalán, el desprestigio de las instituciones democráticas y de los políticos y la corrupción. Don Felipe tendrá que ganarse a pulso el cariño y el respeto de una mayoría social. En parte, ya lo tiene, y todas las encuestas apuntan en la misma dirección: es el miembro de la Casa Real más valorado por los españoles. Pero el camino real que emprenderá este mes no ha hecho más que empezar. Hablando de su padre, al que llama el “patrón”, Felipe dijo en público: “Reconozcámoslo, siempre dentro de un orden, te gusta la improvisación propia de estas latitudes, la sorpresa y cambiar el paso de vez en cuando”. El Príncipe de Asturias está hecho de otra pasta, pero sabe, como su padre antes y después de la muerte de Franco, qué retos le esperan. Recuperar el país económica y socialmente, preservar la unidad de España sin desatender las peticiones de algunas comunidades díscolas como Cataluña y Euskadi, consolidar la naturaleza de potencia media de España en Europa, Occidente y el mundo son los desafíos más importantes para el nuevo monarca y el conjunto de la sociedad. Y en un país como España, donde el jefe del Estado no gobierna, Felipe VI tendrá también que demostrar y convencer a la inmensa mayoría de la población de que representa a una monarquía ejemplar, porque el caso Nóos ha hecho mucha daño a la institución. “La abdicación del rey Juan Carlos I cierra el mejor y más fructífero periodo de la monarquía constitucional en España”, destacó el historiador Santos Juliá en las páginas del diario El País. “El reinado de Juan Carlos de Borbón es la historia de cómo el hombre designado por Franco para perpetuar su dictadura adquirió una inmensa legitimidad popular en la democracia. Recobrar esa legitimidad es el mayor reto para su sucesor”, vaticinó el historiador británico Paul Preston en el mismo medio madrileño. Juan Carlos consiguió ser el Rey de todos los españoles, incluso de aquellos que no lo aceptan, y, según el expresidente del Gobierno socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, su abdicación al trono demuestra “una voluntad de renovación”. La victoria de la nueva etapa en España dependerá del conjunto de los españoles y también de la capacidad de Felipe VI por lidiar con los nuevos tiempos.