El pacto, no obstante, deja fuera al Gobierno afgano

EEUU y los talibanes firman un histórico acuerdo de paz en Doha

photo_camera AFP/KARIM JAAFAR - El representante especial de Estados Unidos para Afganistán, Zalmay Khalilzad,y el cofundador de los talibanes Mullah Abdul Ghani Baradar firman el acuerdo en Doha

Estados Unidos y los talibanes firmaron este sábado un histórico acuerdo de paz en Doha, la capital qatarí, en presencia de observadores internacionales y dignatarios de diversos países, entre ellos los ministros de Exteriores de Turquía y Pakistán, además de una amplia delegación insurgente.

El pacto ha sido firmado por el representante especial de Estados Unidos para la paz, Zalmay Khalilzad, y el líder talibán, mulá Abdul Ghani Baradar. Ambos representantes se fundieron posteriormente en un apretón de manos y la sala de la ceremonia en un lujoso hotel de Qatar, con una nutrida presencia de talibanes, gritó “Alá es grande”.

Khalilzad, Baradar y sus equipos llevaban negociando casi dos años

Antes de la firma pronunciaron un breve discurso el jefe de la diplomacia qatarí Mohamed bin Abdulrahman al-Zani, el secretario de Estado de EEUU Mike Pompeo y el propio Baradar. Pompeo, que llegó este sábado a Doha para participar en el histórico evento, afirmó que lo logrado hasta el momento “no es perfecto, pero los talibanes han demostrado que pueden ser pacíficos cuando quieren”.

El tratado estipula que las tropas estadounidenses y de la OTAN se retirarán progresivamente en el plazo de 14 meses desde el momento actual. En suelo afgano aún quedan desplegados unos 14.000 efectivos del gigante norteamericano y otros 17.000 de los Estados de la Alianza Atlántica. Para dentro de 135 días, según una declaración conjunta de los Gobiernos estadounidense y afgano, la Casa Blanca ya habrá retirado la mitad de sus tropas

El acuerdo estipula que Estados Unidos y la OTAN dejarán Afganistán en 14 meses

Anoche concluyó una semana de reducción de la violencia de los talibanes en Afganistán, una de las condiciones de Washington para la firma del acuerdo y una prueba de buena voluntad por parte de los insurgentes. “Habrá tentaciones de declarar la victoria”, ha advertido Pompeo, pero “la victoria para EEUU será cuando sus ciudadanos no tengan que temer ya ninguna amenaza de ataque desde Afganistán”.

Por su parte, el firmante talibán ha calificado este evento de “histórico” y ha alabado las “negociaciones exitosas” entre su grupo y EEUU, asegurando que “el acuerdo también es bueno para la comunidad internacional”.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, habla en la ceremonia de firma del acuerdo con los talibanes

Los talibanes dieron comienzo al proceso para llegar hasta aquí en febrero de 2018, cuando su oficina política en Doha urgió a Washington a tomar parte en un diálogo “directo” después de años de negativas. En octubre de ese mismo año, Khalilzad y líderes de los insurgentes mantuvieron la primera de más de una decena de rondas de diálogo en Qatar.

El pasado septiembre, el presidente de EEUU, Donald Trump, canceló abruptamente los encuentros en respuesta a un atentado en Kabul en el que murió un estadounidense, si bien el proceso se retomó a finales de noviembre tras una visita del dirigente a Afganistán. Finalmente, el 22 de febrero de 2020 los talibanes implementaron una reducción de la violencia durante siete días, que han trascurrido sin graves incidentes. 

El mulá Abdul Salam Zaeef, alto funcionario de los talibanes afganos, habla con la prensa antes de la ceremonia de firma con los Estados Unidos en, Doha, el 29 de febrero de 2020
Incógnitas para el futuro

El pacto, sin embargo, no ha contemplado al Gobierno afgano. El próximo día 10 de marzo, se abre un nuevo proceso de negociación, esta vez entre el Ejecutivo del recién reelegido presidente Ashraf Ghani y los talibanes. Una de las cláusulas del acuerdo establece que 5000 talibanes serán excarcelados, lo que ha constituido una fuente constante de roces entre las dos partes.

El acuerdo también excluye a otros grupos yihadistas sobre los que los talibanes no disponen de demasiada autoridad, de modo que no puede descartarse la posibilidad de que continúe habiendo atentados y violencia sectaria.

Aunque, por tanto, el documento firmado deja dudas, es lo que podría considerarse una victoria pírrica, pero simbólica para Estados Unidos. En amplios sectores de la sociedad de este país, existía un sentimiento generalizado de hartazgo en lo relativo al despliegue en Afganistán, considerado por muchos como una pérdida de vidas sin sentido.

En un año caliente en la política estadounidense por la proximidad de las elecciones presidenciales -el próximo mes de noviembre-, la retirada de tropas constituye una baza muy importante para Trump que, a lo largo de los últimos meses, ha cosechado algunos éxitos en materia internacional de cara a su electorado, como la firma del acuerdo comercial para detener la guerra comercial con China o la eliminación del general iraní Qassem Soleimani.
 

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