Los yihadistas condenan a muerte a islamistas y socialistas en Marruecos

Por Rachid Elalamy 
Foto: El ministro marroquí de Justicia, Mustafá Ramid, ha sido condenado a muerte por un grupo yihadista que le acusa de “infiel” y “apóstata”.  
 
Los yihadistas están en guerra contra todos aquellos que no comparten sus ideas y sus métodos, es decir la inmensa mayoría del planeta. En Marruecos, los islamistas del Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), que gobiernan con fuerzas de derecha, centro e izquierda, son  enemigos de los grupos salafistas yihadistas. El Movimiento para la Unicidad y la Yihad en África Occidental (MUJAO), que tiene presencia en el norte de Malí, condenó a muerte al ministro marroquí de  Justicia, el islamista Mustafá Ramid. El grupo, que juró lealtad a Abu Bakr al-Baghdadi, proclamado califa de los musulmanes y líder del Estado Islámico en Irak y Levante (EIIL), anunció que cometería atentados terroristas en Marruecos, y acusó a Ramid de ser un “infiel” y un “apóstata”. En una carta con fecha del 3 de agosto,  el MUJAO afirma que el ministro de Justicia es uno de los responsables de “la tortura y malos tratos” que han sufrido “los muyahidines en las prisiones” de Marruecos. El grupo yihadista también acusa a Ramid de “combatir el islam y los musulmanes, de ir en contra del recto camino y de impedir que los muyahidines se unan al califato”. Por otra parte, un salafista marroquí, Abdelhamid Abu Naim,  amenazó de muerte al primer secretario de la opositora Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP),  Driss Lachgar. El dirigente socialista marroquí ya fue  amenazado una primera vez  por este salafista, que fue condenado por ello a un mes de prisión sin cumplimiento efectivo de la pena y una multa de 500 dirhams (45 euros). La segunda vez, el salafista declaró a través de un vídeo que Lachgar merece la muerte porque es un “apóstata” y un enemigo del islam.  En el mismo orden de cosas, la yihadista marroquí Fatiha El-Mejjati, que estuvo casada con Karim El-Mejjati,  un jefe de Al Qaeda que murió, abandonó Marruecos hace varias semanas para unirse al EIIL. La denominada ‘viuda negra’ amenazó con cometer atentados. “No quiero  ponerme un vestido de seda con un cinturón de oro que lleve perlas y esmeraldas perfumadas, sino ponerme un cinturón lleno de explosivos del tipo C4”, dijo la terrorista en un comunicado que hizo público con motivo del final del Ramadán. Asimismo, Mustafá Belkharraz, un yihadista marroquí que combatió en Siria, murió en la cárcel de Salé -ciudad cercana a Rabat- el pasado 5 de agosto, según informaron los responsables del centro penitenciario. Encarcelado hace siete mes, el detenido estaba enfermo y, según una asociación de apoyo a los presos yihadistas, murió por culpa de una “negligencia   médica”. Esta asociación alertó sobre el grave estado de salud de otro preso yihadista, Mohamed Chedad, detenido también en la cárcel de Salé.  En noviembre de 2013, murió el preso salafista Mohamed Ben Jilali en el Hospital Mohamed V de Mequinez.   
 
Libertad perversa 
En el ámbito del islamismo político, Ahmed Raïsuni, el exjefe del Movimiento Unicidad y Reforma (MUR), la matriz ideológica del PJD, denunció “la utilización de mujeres desnudas en la publicidad”, porque, a su juicio, es “una perversión”. En un estudio titulado ‘Las regulaciones de la Sharia (ley islámica) para la libertad de expresión’, el exlíder del MUR dice que “engañar a la gente e implicarla en lo que podría ser nocivo no tiene nada que ver con la libertad de expresión. Es más bien depravación y perversión. Sólo los débiles, los menores, los ignorantes, los simples de espíritu, entre la gente, no saben hacer la diferencia entre el bien y el mal”. Y para Raïsuni, utilizar el cuerpo de la mujer en publicidad hace parte del mal. Esta fatua (pronunciamiento legal emitido por un especialista religioso) de cartón piedra fue criticada por el creativo publicitario Nurredine Ayuch, que calificó las ideas del activista islamista de “peligrosas”. Ayuch recordó que el MUR es “la base ideológico del PJD”, un partido que gobierna y que debe tener en cuenta que “tenemos una Constitución y un jefe de los creyentes [el rey Mohamed VI]. Y los que gobiernan tienen que conformarse a sus orientaciones”. Hace unas cuantas semanas, el primer ministro islamista, Abdelilah Benkirane, desencadenó una protesta de grupos feministas, algunos medios de comunicación y ONG, porque defendió la idea de que las mujeres en Marruecos tienen que estar calladas y en casa y sometidas al hombre.