La autoría fue atribuida a un grupo vinculado a Al Qaeda, que atacó dos bases militares cercanas a la frontera con Burkina Faso

Un ataque yihadista contra puestos militares de Mali deja al menos 40 muertos

AFP - Tras dos días de intensos combates, la noche del martes el Gobierno de Mali pudo hacerse con el control de Boulekessi y de Mondoro, lugares donde ocurrieron los enfrentamientos

Fuerzas terroristas adheridas a Al Qaeda han llevado a cabo en las últimas horas una ofensiva contra dos bases militares de Mali en las localidades de Mondoro y Boulekessi, cercanas a la frontera con Burkina Faso, que provocó la muerte de al menos 40 personas, 25 de las cuales eran miembros de las Fuerzas Armadas de Mali (FAMA) y 15 eran insurgentes, y la desaparición de otras 60.

En concreto, detrás de esta operación está, según la alianza antiterrorista G5 de la región del Sahel, Ansar ur Islam, organización salafista (rama ultraconservadora suní) cuyo nombre significa ‘Defensores del Islam’ y que está vinculada a Al Qaeda a través de atentados y actos armados llevados a cabo en Mali y Burkina Faso. 

El propio Gobierno maliense confirmó el número de víctimas mortales y la desaparición de 60 soldados, pero haciendo referencia a un atentado terrorista sin detallar la autoría de este. “En las filas de las Fuerzas Armadas, el balance provisional es de 25 muertos y cuatro heridos”, explicó el Ejecutivo del país africano. Mientras, el portavoz gubernamental Yaya Sangaré también ratificó el fallecimiento de 15 terroristas en los combates llevados a cabo. 

Los yihadistas perpetraron el ataque mediante motos y vehículos equipados con armamento pesado. En primer lugar, fue atacado el campamento militar de Boulekessi, en el que opera el G5, y, posteriormente, le tocó el turno al asentamiento castrense de Mondoro. Tras el enfrentamiento armado de dos días de duración con el Ejército maliense, este pudo recuperar finalmente ambos emplazamientos tras dejar decenas de muertos en ambos bandos. Precisamente, una de las autoridades del G5, el general de Níger y comandante de la coalición Oumarou Namatou Gazama responsabilizó públicamente al “grupo terrorista” Ansar ul Islam.

"El Gobierno condena con la mayor firmeza este ataque terrorista contra esta compañía, parte de la fuerza conjunta del G5 del Sahel, y se inclina ante la memoria de las víctimas y desea una rápida recuperación a los heridos", remarcó Sangaré.

Fuentes de la Administración maliense también detallaron la existencia de una operación conjunta entre los Ejércitos de Mali y Burkina Faso para neutralizar este tipo de ataques, dentro del marco de la ‘Operación Barkhane’. Se trata de un operativo organizado por las Fuerzas Armadas Francesas con el objetivo de luchar contra el terrorismo en la región del Sahel. Fue puesta en marcha en 2014 de cara a prolongar las precedentes ‘Operación Serval’ y ‘Operación Epervier’.

Precisamente, este ataque ha sido uno de los que han tenido más resonancia en Mali, por el número de víctimas mortales y porque ha golpeado tanto a las FAMA como al G5 del Sahel, alianza militar formada por Mali, Burkina Faso, Mauritania, Níger y Chad para hacer frente al yihadismo. 

La seguridad en la zona central de Malí se ha deteriorado en los últimos meses a causa de los atentados yihadistas y de los enfrentamientos intercomunitarios entre diversas etnias, que han sacudido especialmente la región de Mopti y la zona fronteriza con Burkina Faso.

El yihadismo es una lacra que afecta a Mali con mayor intensidad desde 2012, cuando se produjo un golpe de Estado del que se aprovecharon grupos rebeldes tuareg, apoyados por células terroristas, para hacerse con el control del norte del país durante diez meses, cuando se decretó la secesión unilateral norteña (la región de Azawad). Los yihadistas fueron erradicados en parte en 2013 gracias a la intervención militar internacional encabezada por Francia; aunque extensas áreas de Mali, sobre todo del norte y del centro, escapan al control estatal, de lo que se benefician los grupos terroristas.

Mali vive el frágil equilibrio entre el Gobierno actual de Ibrahim Boubacar Keita y el partido de la oposición y los rebeldes tuareg, lo que genera una importante inestabilidad política y social, a la que se suma la actuación de elementos yihadistas que aprovechan la situación para generar más inseguridad y para socavar el poder establecido.