El presidente del equipo del Hoffenheim dirige la empresa CureVac, inmersa en la fase final de investigación. El dirigente había venido siendo objeto de críticas en diversos sectores por su papel en el fútbol teutón

El controvertido Dietmar Hopp podría estar ultimando una vacuna contra el coronavirus

PHOTO/UWE ANSPACH - Dietmar Hopp, magnate alemán dueño del equipo de fútbol del Hoffenheim y de las empresas SAP y CureVac

El multimillonario alemán Dietmar Hopp podría estar cerca de obtener el remedio contra el coronavirus gracias a los avances de una de sus empresas, CureVac, en la investigación contra la pandemia que asola actualmente al mundo y que ha dejado ya más de 7.000 muertos y más de 180.000 contagiados en total. El presidente del club alemán de fútbol del TSG 1899 Hoffenheim es, además, propietario de la multinacional informática SAP y uno de los principales miembros de la Fundación Bill y Melinda Gates. 

Según ha explicado el prestigioso diario alemán Der Spiegel, CureVac está ultimando una vacuna contra el peligroso coronavirus que está azotando en la actualidad al planeta y podría estar ya en la última fase de trabajo para poder sacar al mercado el remedio en otoño. 

Hopp, de 79 años, acumula una inmensa fortuna personal, calculada en 5.300 millones de euros, gracias a diversos negocios, cuya punta de lanza es la empresa de servicios y productos informáticos SAP. En los últimos meses había sido fuertemente criticado dentro de diversos sectores del fútbol alemán por generar una escuadra de élite a partir de un modestísimo club como el Hoffenheim; todo ello a base de inyectar dinero. Esto era visto desde algunos sectores como una forma de desvirtuar el balompié germano, yendo contra la normativa que reina en la Bundesliga del ‘50+1’. Hopp ya se había mostrado en contra de esta cláusula, dirigida a salvaguardar a clubes sobre los accionistas externos dándole a los socios la posibilidad de controlar la mayoría de los votos (50+1) a la hora de tomar decisiones. 

Las facciones más activas de equipos significativos como el Bayern de Múnich o el Borussia de Dortmund se habían manifestado en contra de la figura de Hopp en numerosas ocasiones hasta el punto de llegar a provocar la interrupción y amenaza de suspensión de partidos por los duros insultos proferidos contra el empresario alemán en diferentes estadios del mapa balompédico germano. 

El último caso más llamativo se dio en la visita liguera del Bayern al Hoffenheim, en la que los ultras bávaros mostraron duras pancartas contra el presidente local. Desde muchos grupos de aficionados ultras de diferentes equipos se ha acusado al empresario de infringir la normativa que impide la inyección descontrolada de capital dentro de la masa accionarial de los clubes. 

Muchas de estos opositores podrían cambiar de parecer si termina con éxito el desarrollo del remedio contra el coronavirus por parte de CureVac, compañía biofarmacéutica con sede en Tubinga enfocada a desarrollar vacunas para enfermedades infecciosas y medicamentos para tratar el cáncer y enfermedades raras, de la que el dueño del Hoffenheim es accionista mayoritario. 

El propio medio Der Spiegel ha informado también que Donald Trump, presidente de Estados Unidos, mostró su interés por adquirir la vacuna en la que trabaja CureVac, algo desmentido por el ministro federal de Economía de Alemania, Peter Altmaier. Desde otros medios germanos se ha destacado que el máximo mandatario norteamericano pretende hacerse con el control de la compañía y llevarla a territorio estadounidense para controlar un más que posible remedio contra el COVID-19. Parece ser que en ningún caso la vacuna se vendería a EEUU. 

Dietmar Hopp ya ha manifestado que no quiere vender la posible cura ya que desea que esta “no solo ayude a la gente de la región sino también solidariamente a lo largo y ancho del mundo”.

En palabras del propio Peter Altmaier: “Fue una gran decisión por parte de la compañía. Con su decisión de ofrecer una posible vacuna a todo el mundo dejó claro cuál sería el sentido frente a la actual crisis”. “Alemania no está a la venta”, sentenció Altmaier. 

Hopp ha señalado ante los medios la aplicación de la solidaridad entre los clubes de la Bundesliga ante las repercusiones económicas que llegarán por el impacto del coronavirus. “Es hora de la solidaridad. Los fuertes deben ayudar a los débiles y debería haber consenso en esto en la Bundesliga”, reseñó el magnate. 

También defendió el parón establecido en la competición doméstica alemana: “La pausa es necesaria porque la salud de la gente debe tener prioridad, a ese respecto no puede haber discusión. El fútbol no se puede aislar de la sociedad y hace bien en no reclamar un papel especial ante esta situación excepcional”. 

Países y territorios con nuevos casos de coronavirus a partir del 17 de marzo a las 09:00 GMT, más el número de casos y muertes por día desde el 2 de febrero
Prosigue la labor en otros puntos de investigación

El desarrollo esperanzador alemán encabezado por Dietmar Hopp se une a otros trabajos importantes en países como Estados Unidos o Australia. Así, por ejemplo, científicos australianos han descubierto cómo el sistema inmunológico combate el COVID-19. Una información que podría ayudar mucho en las labores para encontrar una vacuna contra la última pandemia que asola diferentes puntos del globo terráqueo, afectando actualmente a 162 países. 

En un artículo publicado en la revista científica Nature Medicine, un equipo de investigadores del Instituto de Infección e Inmunidad Peter Doherty, de la Universidad de Melbourne, afirma que la reacción del sistema inmunológico contra el COVID-19 es similar a la que tiene contra la gripe. "Nuestro estudio proporciona contribuciones novedosas al conocimiento de la amplitud y la cinética de las respuestas del sistema inmunológico durante un caso no-severo de COVID-19", según se indica en el texto. 

Los científicos estudiaron muestras de sangre de una paciente infectada con el coronavirus de 47 años que había viajado desde la ciudad china de Wuhan, origen de la pandemia, a Australia, que no presentaba patologías previas y que fue puesta en aislamiento, donde logró vencer la enfermedad 13 días después de haberla contraído.

Por otro lado, investigadores del Instituto de Investigación Permanente Kaiser de Washington, en Seattle, EEUU, han comenzado a probar la primera vacuna contra el COVID-19. Según la doctora Lisa Jackson, responsable del equipo médico, el medicamento podría estar listo para su uso general en un periodo de entre un 12 y 18 meses. "Ahora somos un equipo contra el coronavirus. Todos quieren hacer todo lo posible en esta emergencia", resaltó la doctora Jackson a The Wall Street Journal.