LA NASA cierra 9 de sus 18 centros y aplica el teletrabajo en el resto
Jim Bridenstine, el administrador y máximo responsable de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos ‒la famosa NASA‒, ha decretado la clausura de la mitad de sus 18 centros e instalaciones a causa de los casos positivos de coronavirus COVID-19 que se han producido en ellos y en las localidades cercanas donde residen los empleados.
La Agencia del gobierno federal norteamericano responsable del programa espacial civil y de la investigación aeroespacial no ha dudado en aplicar a partir del 23 de marzo la que denomina “Fase 4” del Marco de Respuesta de la NASA frente al coronavirus ‒la más extrema de las cuatro fases existentes‒, su respuesta al galopante avance de la pandemia que asola el país y que ya supera los 55.000 infectados y ronda los 800 fallecidos.
Las medidas que conlleva la citada Fase 4 suponen el cierre de cada uno de los 9 centros, al igual que la clausura de todas sus dependencias. A los cerca de 17.000 empleados de la NASA y al personal de empresas contratistas que desarrollan su labor en las instalaciones de la Agencia se les aplica con carácter obligatorio la modalidad laboral de teletrabajo, salvo para aquellos que tienen que cumplir las tareas mínimas presenciales, que están centradas en la protección de las infraestructuras.
Aunque una cantidad muy limitada de empleados ha dado positivo en las pruebas de detección del COVID-19, la NASA considera que es “imprescindible” tomar medidas preventivas para “evitar una mayor propagación del virus entre la fuerza laboral y nuestras comunidades”.
Sin embargo, el relevo de astronautas en la Estación Espacial Internacional continúa el programa previsto. Por el momento, se mantiene para el 9 de abril el despegue del cohete ruso Soyuz desde el cosmódromo de Baikonur ‒situado en territorio de la república de Kazajistán‒, que llevará hasta el complejo orbital a los cosmonautas rusos Anatoli Ivanishin e Ivan Vagner y al norteamericano Chris Cassidy.
La agencia norteamericana ha dejado en suspenso los lanzamientos al espacio de sus satélites, pero no así el Departamento de Defensa, que continua con su programa al considerar que la puesta en órbita de sus plataformas de observación y de comunicaciones son “críticos para la seguridad Nacional”.
Los equipos de trabajo de la Agencia y de los contratistas han tenido que llevar a cabo un cierre “ordenado”, para situar todo el hardware “en condiciones seguras hasta que se pueda reanudar el trabajo”, siguiendo las medidas ordenadas por Jim Bridenstine. En el caso de empleados que no disponen de instrumentos para acceder al teletrabajo como, por ejemplo, aquellos que trabajan en laboratorios y centros de ensayos, la NASA les ha indicado que “no ha dispuesto del tiempo necesario para resolver el problema”.
El personal que efectúa sus trabajos desde sus domicilios particulares no está autorizado a asistir a eventos y reuniones profesionales ‒excepto de manera virtual‒ y a cualquier tipo de viajes, ya sean nacionales o internacionales, que solo pueden llevarse a cabo previa autorización expresa.
Las 9 sedes afectadas por el cierre total son los cuatro importantes centros de Investigación de Ames y Armstrong en California, Goddard en Maryland y Glenn en Ohio, junto con el Instituto de Estudios Espaciales Goddard (Nueva York), la estación de ensayos de propulsión de Plum Brook, (Ohio), el Centro de Ensamblaje de Michoud, el Centro Espacial Stennis (Misisipi) ‒donde se ensayan potentes motores cohete‒ y las instalaciones de vuelo de Wallops, en Virginia.
En los otros 9 campus de la NASA se ha impuesto la denominada “Fase 3”, que supone también la práctica del teletrabajo obligatorio, pero con la excepción de todo aquel personal que cumple misiones calificadas de “esenciales”. Entre ellas se encuentran las operaciones vinculadas con las misiones espaciales y tecnológicas en marcha, el mantenimiento de instalaciones y laboratorios y la seguridad de las infraestructuras.
En el estadio 3 se encuentra por el momento el Cuartel General de la NASA en Washington, el famoso Centro Espacial Kennedy de Florida ‒desde donde tienen lugar gran parte de los lanzamientos espaciales en Estados Unidos‒ y el Centro Espacial Johnson, dedicado de forma preferente al diseño de vuelos tripulados y al entrenamiento de astronautas.
La Fase 3 requiere mantener en servicio las cocinas y comedores para los empleados ‒pero solo proporcionan comida para llevar‒, así como las dependencias sanitarias para el personal de servicio. Las reuniones se efectúan por videoconferencia u otras aplicaciones electrónicas y los viajes quedan reducidos a los imprescindibles ligados a las misiones esenciales, que también requieren autorización expresa.
El director del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de Pasadena, en el estado de California, Michael M. Watkins, anunció el 16 de marzo que a partir del día siguiente entraba en la Fase 3 “por precaución, para contribuir a frenar la propagación de la enfermedad”. El teletrabajo y las medidas complementarias se aplican aunque no existe ningún empleado diagnosticado con COVID-19.
El JPL es Administrado y operado por el Instituto Tecnológico de California (CALTECH) pero bajo contrato con la NASA y asume el control y operaciones de cerca de medio centenar misiones en el espacio, entre ellas los vehículos todo terreno en la superficie del Planeta Rojo y otras sondas marcianas.
La primera instalación de la NASA en acceder a la Fase 3 y al teletrabajo fue el Centro de Ensamblaje Michoud de Nueva Orleans, donde está paralizada la producción y los ensayos del Sistema de Lanzamiento Espacial o SLS, el nuevo cohete pesado de la NASA concebido para retornar astronautas a la Luna. También se han detenido las tareas de desarrollo de hardware de la futura nave espacial tripulada Orión.
El 16 de marzo, el director de Michoud, Robert Champion, envió un correo electrónico a cada uno de sus empleados en el que les indicaba que aunque ninguna persona había sido diagnosticada con el COVID-19, ya se habían producido más de 100 casos en la zona, por lo que el Centro se mudaba a la Etapa 3. La misma decisión y por las mismas razones tomó el director del Centro Espacial Stennis, Richard J. Gilbrech.
El Centro de Investigación Ames de la NASA en California fue el primero en anunciar (8 de marzo) que restringía el acceso al centro, después de que uno de sus empleados diera positivo por COVID-19. El Centro de Vuelos Espaciales Marshall, en Huntsville (Alabama), fue la segunda instalación de la NASA en tomar medidas drásticas y aplicar las medidas contempladas en la Etapa 3 de la lucha contra la enfermedad.