La NASA prueba la existencia de agua salada en Marte

Diariocrítico/EP/Jaume Esteve/lainformacion.com
La NASA ha detectado ciertas evidencias que prueban la presencia de agua salada en el planeta rojo, algo que hasta ahora no estaba del todo confirmado. Según han informado, el hallazgo se ha realizado gracias al orbitador MRO, que ha hecho posible revelar uno de los misterios de Marte. La presencia de corrientes de agua en este planeta muestra la complejidad de este astro y nos muestra que todavía nos queda mucho por descubrir en lo que a astronomía se refiere. El próximo reto es descubrir la procedencia de este agua.
La NASA ha obtenido evidencias de la presencia de agua salada en Marte. Concretamente, ha confirmado que este líquido es el causante de los conocidos como surcos lineales (RSL), presentes en las laderas de los cráteres en las estaciones más cálidas del planeta.
Este hallazgo, publicado por 'Nature Geoscience', y anunciado en rueda de prensa por el director de ciencia planetaria de la NASA, Jim Green, se ha producido a través de las observaciones realizadas con el orbitador MRO de la NASA. Sus imágenes se han estudiado con CRISM, un espectrómetro de imagen que permite identificar los minerales y otros compuestos que hay en la superficie marciana.
MRO ha hecho un seguimiento de estos surcos durante años, lo que ha permitido determinar evidencias "de sales hidratadas" en "cuatro localizaciones diferentes" en las que se han formado RSL. De este modo, estos surcos "se deben a la actividad de agua salada", han confirmado los científicos. Los datos obtenidos por la nave muestran los RSL analizados que se forman habitualmente en las latitudes medias del hemisferio sur del planeta en el verano de esta zona.
El hecho de que los RSL no permanezcan todo el año ha llevado a la NASA a determinar que se trata de un flujo de agua líquida que se extiende como consecuencia de la llegada de las temperaturas más cálidas. Estos regueros se mueven cuesta abajo a través de las colinas y desaparecen con la baja de temperaturas.
El trabajo explica que las supervisiones con MRO determinan que los surcos se forman con mayor frecuencia en laderas orientadas al ecuador y en regiones que "van siguiendo al Sol".
El origen de este agua
Los expertos explican que aún no se sabe el origen de este agua que forma los RSL, de hecho, extraña entre los expertos la extrema aridez en el entorno de estos surcos. Se baraja diversas posibilidades, como que el agua se formase en las capas subterráneas del planeta y que saliera 'a la luz' tras la fusión del hielo en el verano marciano, aunque existen datos que echarían abajo esta teoría.
Del mismo modo, apuntan a que el agua se pueda formar a través del vapor de agua expulsado por la atmósfera del planeta. En este caso tampoco está claro si Marte puede suministrar suficiente vapor de agua cada año como para crear los RSL. Tampoco se descarta la presencia de un acuífero.
Por qué todavía no hemos encontrado vida en Marte a pesar de descubrir agua
El reciente anuncio de la NASA de que ha encontrado evidencias que apoyan la tesis de que existe agua líquida en Marte ha vuelto a avivar el debate sobre la posibilidad de encontrar vida en el planeta marciano.
La pregunta, que todavía no ha encontrado respuesta afirmativa, se enfrenta a un buen número de inconvenientes, donde la radiación ultravioleta se convierte en el principal problema para el desarrollo de la vida tal y como la conocemos en nuestro planeta.
Fue en los años setenta cuando dos sondas de la NASA, las Viking 1 y 2, aterrizaron en Marte y llevaron a cabo los primeros análisis sobre el terreno. Su primer veredicto fue negativo pero hay dudas respecto al alcance de aquellas pruebas. Nathalie Cabrol, responsable del Instituto Carl Sagan para la búsqueda de vida en el Universo, es tajante: “No conocíamos el entorno para nada”. Las declaraciones las recogió Wired el pasado mes de septiembre y en ellas Cabrol dejaba claro que los científicos del momento no sabían qué debían buscar ni cómo debían buscarlo".
Radiación, el gran enemigo
Cabrol apunta a que la vida que se tiene que buscar en Marte es “microbial” y esa es una de las hipótesis que se barajan después del anuncio de ayer de la NASA. ¿Por qué el hecho de haber encontrado agua bajo la superfície es importante? El hecho de que el agua no esté en contacto directo con la luz del sol es un hecho importante ya que implica que si se han desarrollado formas de vida bajo tierra estas están protegidas de la radiación ultravioleta, uno de los mayores peligros a los que se enfrentarán las futuras misiones tripuladas a Marte.
En la Tierra, esas radiaciones están mitigadas por el cinturón de Van Allen y por la atmósfera pero Marte no posee un escudo radioactivo y su atmósfera es mucho más fina que la nuestra. Un estudio conducido por la Mars Oddissey estableció que la radiación en órbita marciana era 2,5 veces mayor que la terrestre. En la superfície esa cifra es menor y un estudio llevado a cabo por el rover Curiosity estimó que una misión humana a Marte consistente en un viaje de 360 días de ida y vuelta junto a otros 500 días de estancia expondría a los astronautas a un nivel de radiación de 1.01 sieverts. Actualmente, la Agencia Espacial Europa sólo admite que sus astronautas se enfrenten a una radiación de un sievert, que se traduce en un riesgo del 5% de sufrir cáncer. La NASA tiene fijado ese límite en un 3% aunque, por el momento, todas las misiones en las que trabaja se producen en órbita terrestre donde el riesgo es menor.
Todavía quedan años para descubrir si Marte ha tenido o tiene formas de vida primitivas en su superfície. No será hasta las próximas misiones robóticas, previstas para 2018 y 2020, cuando los científicos contarán con nuevos datos que les permitan responder a la pregunta del millón de dólares: ¿hay vida en otros rincones del Sistema Solar?
El agua de Marte es clave para acelerar la llegada del ser humano
El anuncio de la NASA de que existen corrientes de agua salada en Marte puede servir de acicate para adelantar las futuras misiones tripuladas al planeta rojo que prepara la agencia espacial norteamericana.
Esa es la afirmación que se desprende de las declaraciones realizadas por diferentes miembros de la agencia en el acto de ayer en el que se presentaron los resultados del estudio que ha vuelto a poner a Marte en las portadas de los periódicos. Mary Beth Wilhelm, del Ames Research Center, lo resumió en una frase: “La presencia de agua [...] será un importante recurso para reducir el coste de la presencia humana y para aumentar su resiliencia. Es imperativo comprender mejor la fuente del agua así como la cantidad”.
La ESA y la NASA tienen previsto enviar dos misiones por separado en 2018, el ExoMars rover, y 2020 con sendos vehículos, similares al actual Curiosity que circula por el planeta rojo, y que ayudarán a profundizar en ese conocimiento in situ.
Uno de los misterios que ayudarán a resolver ambos vehículos son el origen y la cantidad de agua en la superficie marciana. “Podremos buscar si existe un acuífero responsable de las corrientes de agua”, explicó Jim Green, director de la división planetaria de la NASA. Por el momento, otras teorías sobre el origen del agua tienen que ver con la humedad de la atmósfera marciana o con placas de hielo que se hayan formado en el subsuelo. Green cree que podrán responder a esas preguntas “muy pronto”.
Combustible a partir del dióxido de carbono
La presencia de agua es importante para futuras misiones a Marte no sólo por el hecho de que se pueda utilizar como recurso vital sino porque se puede tratar para lograr componentes vitales para dichas expediciones. El rover que la NASA enviará en 2020 contará con un instrumento, llamado MOXIE, capaz de convertir el dióxido de carbono en oxígeno y monóxido de carbono. El oxígeno no sólo es vital por razones obvias sino que también es uno de los componentes que utilizan los cohetes y que se podría emplear para escapar de la gravedad marciana en el camino de vuelta a la Tierra. John Grunsfeld, antiguo astronauta presente en el evento de ayer, lo dejó más que claro: “En principio, se puede manufacturar combustible sólido para cohetes”.
El hecho de que Marte tenga recursos que ayuden a albergar colonias humanas puede ayudar a que la NASA acelere su plan para llegar al planeta rojo, que pasa por una primera visita a Phobos, el satélite marciano, en 2033 para desembarcar en el vecino terrestre seis años más tarde, en 2039.
Europa, Marte, Encélado y otros candidatos a albergar vida en el Sistema Solar
El reciente descubrimiento de agua en Marte ha vuelto a poner en primera plana informativa el debate sobre la existencia de vida extraterrestre en algún punto del Sistema Solar. Y son varios los candidatos a albergar vida. Ceres, donde hace pocos meses que una nave explora sus secretos, Encélado, Europa, Ganímedes, Plutón, Mimas, Tritón, Callisto, Titán y ahora Marte son los cuerpos en los que se cree que puede existir vida.
La propia NASA cree que se tardarán “diez o veinte años” en encontrar evidencias muy palpables, en palabras de Ellen Stofan, responsable de investigación científica de la agencia espacial. Y es en ese periodo de tiempo en el que la propia NASA tiene previsto el envío de diferentes misiones a algunos de los candidatos arriba citados para estudiar, entre otros fenómenos, la posible presencia de vida.
El penúltimo candidato en subirse al podio de los cuerpos más atractivos para la búsqueda de vida es Encélado. El satélite de Saturno se colocó en esa lista después de que la sonda Cassini descubriera unos geysers en el hemisferio sur que indicaban la probabilidad de que hubiera un océano escondido bajo su superficie. La misma sonda ha confirmado que ese océano es real y que recubre todo el satélite bajo una capa de hielo. En la actualidad, la NASA estudia una misión a Encélado dentro del programa Discovery pero que todavía tiene que superar al resto de propuestas que compiten por un premio de 450 millones de dólares para estudiar algún rincón de nuestro vecindario. De lograr la financiación, la misión se lanzará entre 2020 y 2021 y no llegará al satélite hasta pasados nueve años.
Europa, la apuesta más segura
Europa sí que tiene una misión confirmada, también para la próxima década. Está presupuestada alrededor de los 2.000 millones de dólares y todavía se encuentra en fase de preparación por lo que es pronto para confirmar si la misión se limitará a una nave que haga diferentes pasadas por el satélite de Júpiter, mientras estudia el resto de cuerpos en el sistema joviano, o si también contará con un vehículo de descenso que pueda buscar, in situ, pruebas que demuestren la existencia de vida en el satélite. “Es una posibilidad que estamos considerando seriamente”, ha reconocido Robert Pappalardo, del Jet Propulsion Laboratory. La NASA incluso ha hablado con la Agencia Espacial Europea para tantear la posibilidad de que la ESA se encargue de fabricar una nave que aterrice en el satélite o que pueda atravesar su capa de hielo.
Europa y Encélado son dos de las mejores apuestas por la sencilla razón de que sus océanos subterráneos se encuentran en contacto directo con el núcleo, lo que posibilita reacciones químicas diferentes a las que se podrían dar en el resto de lunas que tienen agua y que se cree que se encuentra instalada entre capas de hielo.