Un joven tangerino recibe 80 latigazos por beber alcohol

Por Amina Adib
Foto: Una actuación policial en el barrio tangerino de Beni Makada.
Tánger es una ciudad grande, moderna y abierta al mundo, y en los últimos años sus infraestructuras han experimentado una notable modernización. La capital del Estrecho de Gibraltar es la puerta de África para Europa. En otros tiempos fue una ciudad autónoma poblada por muchos artistas, escritores, pintores e intelectuales europeos y estadounidenses. Tánger sigue teniendo una población extranjera relativamente importante y desde el punto de vista sociocultural es una extensión de muchas ciudades andaluzas. Pero Tánger tiene también muchos problemas sociales, porque ha crecido desordenadamente en los últimos años, y cuenta con grupos salafistas bien organizados que hacen una lectura integrista del islam, defienden posturas ideológicas reaccionarias y practican la violencia contra las personas que no comparten sus ideas absurdas y medievales. Los salafistas suelen actuar en grupos de varias personas que siembran el terror en barrios populares como Beni Makada. Han constituido incluso unas ‘brigadas de la virtud’ compuestas por jóvenes fanáticos y desequilibrados que quieren ‘limpiar’ la ciudad de “viciosos” y “malos musulmanes”. Algunos de estos salafistas han viajado a Irak y Siria para combatir en las filas de grupos terroristas. La Brigada Nacional de la Policía Judicial (BNPJ) abrió una investigación después de que un joven denunciara que había sido capturado por unos salafistas en el barrio de Beni Makada y maltratado porque se encontraba supuestamente en estado de embriaguez. La víctima, que vive en el tangerino barrio de Sidi Driss y regresaba a su casa después de haber asistido a una boda, fue detenido el martes de esta semana por tres salafistas. Los radicales se autoproclamaron jueces de un tribunal islámico y condenaron al joven a recibir 80 latigazos, porque sospecharon de que había consumido alcohol. Tras dictar su infame veredicto, los tres jueces de pacotilla azotaron con un látigo al joven y después lo dejaron en libertad.
Estrategia planificada
La víctima denunció la agresión a la Policía local, pero ante la gravedad de los hechos unos agentes especializados en grupos salafistas de Casablanca y de Tánger se hicieron cargo de la investigación. Según fuentes policiales, lo ocurrido en Beni Makada no es un hecho aislado de unos pocos fanáticos, sino que forma parte de una estrategia bien planificada por parte de grupos salafistas partidarios del yihadismo. Algunos terroristas marroquíes que luchan en Irak y Siria en las filas del Estado Islámico (EI) y del Frente al-Nusra son del barrio tangerino de Beni Makada, según la Policía marroquí. No es la primera vez que ocurre un hecho tan lamentable como el de Beni Makada. Otras personas han sido víctimas en Tánger y en ciudades como Tetuán, Fez, Rabat y Casablanca de grupos salafistas. En 2012, en algunos pueblos del Atlas Medio, grupos islamistas radicales llevaron a cabo una campaña contra la existencia de prostíbulos en algunos municipios, pero en esa ocasión no se atrevieron a utilizar los castigos corporales contra las prostitutas y sus clientes.