Tenía que pasar. La vuelta del ucraniano Zozulya a Vallecas estaba cantada

Zozulya el patriota, Zozulya el nazi

AP/ARIEL SCHALIT - El jugador ucraniano Roman Zozulya en una imagen de archivo

Se veía venir. Roman Zozulya, un jugador ucraniano que llegaba en 2017 al Rayo Vallecano y tenía que salir corriendo porque la afición de su nuevo club le había puesto convenientemente la etiqueta de nazi. 

#VolverAVallekas

Tenía que pasar. La vuelta de Zozulya a Vallecas estaba cantada. El Albacete volvía a Primera, el Rayo bajaba a Segunda y la visita era obligada. Allí estaban los Bukaneros, ese grupo de extrema izquierda que tiene cautivo al Rayo Vallecano desde la noche de los tiempos. Animan mucho, cantan mucho, en las buenas y más en las malas pero que hace una apología del comunismo, marxismo, anarquismo… fuera de toda razón humana. Y como lo que les interesa por encima de su club es su ideología y esa falsa apariencia de valores y principios, decidieron llamar nazi a Zozulya sin parar hasta que el árbitro suspendió el partido. 

#Albacete

No me sumo a la llorera de algunos que dicen que están llamando nazi a un nazi o de quejarse porque cuando hay gritos racistas o xenófobos no se suspenden partidos. Menos aún me sumo a los que dicen que el partido se para porque Tebas dice que vota a Vox y Vox es facha. Elevemos un poco ese tono mediocre de crítica basada en el “y tú más”. 
Es el Albacete el que no quiso seguir jugando. Son los compañeros del malvado Zozulya los que no se oponen a esa medida y es el Rayo el que acepta porque es una de las pocas veces que podrá ir en contra de esa falsa grada sin sufrirlo en sus carnes. 

#EtooEtoo…

Hablemos claro. Si no se suspenden más partidos es por el trastorno que produce. Todos tenemos en la memoria esa imagen de Eto’o abandonando el césped de La Romareda mientras el árbitro Esquinas Torres intentaba convencerle de que volviera. Le persuadió y se evitó el marrón mediático, logístico y burocrático de suspender un partido. Aunque otros dirán que lo hacía para evitar que los que insultan ganen. 
Y así cada semana con cada afrenta o cada falta de respeto a jugadores vivos o, peor, ya fallecidos. LaLiga denuncia, la RFEF denuncia, Antoviolencia denuncia y apenas vemos gradas cerradas y multas económicas insignificantes. No estamos como en Sudamérica pero lo que hacemos no nos hace justicia. 

#Desinformación

Vivimos en la era de la desinformación, de las fake news, de los rumores convertidos en noticia, de las noticias a base de tuits… pero no hay nada detrás. Lo de “Zozulya el nazi” es una más. No pidamos a los radicales de izquierda y de derecha que entiendan realidades más allá de los cordones de sus botas. Menos aún un conflicto como el de Ucrania y Rusia que, aunque sea reciente y salga en internet, cuesta entender. 
Zozulya es ucraniano. En 2014 parte de Ucrania quería pertenecer a Europa y otra parte a Rusia. Crimea fue el bastión de los ucranianos prorrusos hasta tal punto que se acabaron anexionando años después. A eso hay que añadir el espíritu bélico propio de los países del Este por los conflictos que han sufrido desde el final de la II Guerra Mundial. 

#UcraniaComunista

Tienen que saber por la grada de Vallecas que Ucrania fue muy comunista dentro del decadente comunismo soviético allá por los años 90. Que tenían un líder comunista conservador que no quiso saber nada de la apertura de la URSS al mundo occidental. Luego vino lo de Chernóbil y el fin de la República Socialista Soviética de Ucrania. Está en los libros… y en Wikipedia si me apuran.
Allí no entienden de derechas y de izquierdas como lo hacemos en España. Allí se empuñan armas desde que hacen la comunión y la relación de los ucranianos con el ejército es habitual formando grupos de ayuda a los militares. 

#Símbolos

El Código Da Vinci nos enseñó lo que era la simbología. Dan Brown retorció un poco la realidad para ver secretos masones, judíos o cristianos en todo lo que nos rodeaba. Algunos se quedaron en eso. 
Venía bien etiquetar a Zozulya con el mundo nazi. Una camiseta por aquí, un escudo por allá, una foto con un carné de un grupo ultra (tan ultra como los Bukaneros) … y muchas conclusiones oportunistas. El trabajo estaba hecho. Un chivo expiatorio perfecto para seguir defendiendo una ideología radical atacando a otra igual de radical. 

#Errores

Zozulya no es nazi. Si lo fuera se dedicaría a ser nazi, de botas altas, pelo rapado y esvástica tatuada. Presumiría de ello y no se podría dedicar al fútbol porque pasaría más tiempo en la cárcel que marcando goles. Más aún en un país donde las batallas campales entre animales ideológicos es deporte nacional. La famosa foto con el 14-88 en el marcador de una cancha de baloncesto sigue siendo un misterio que podría resolver con un comunicado, una rueda de prensa o una entrevista y no con las palabras torpes de su representante. Dicen que los ucranianos asumen que les llamen nazis por ese patriotismo extremo, que lo toman con resignación y se ríen de la denominación con fotos como esa. A saber. 
Zozulya tiene que poner fin a toda esta pantomima. Salir a contar la verdad, que tiene pinta de ser dura porque su país es un lugar complicado. Pedir perdón si se arrepiente de algo y seguir su camino. Los de las etiquetas facilonas ya buscarán otra víctima para difamarla. No tienen más oficio ni beneficio.