Trinidad y Tobago, núcleo de Dáesh en Occidente

daesh-occidente

La yihad global no entiende de fronteras, encontrando en las economías y sociedades subdesarrolladas el caldo cultivo perfecto para la captación de nuevos muyahidines, no siendo menos importante en las más progresistas y desarrolladas; consagrándose como un verdadero peligro multidimensional. Sin embargo, existe una zona del planeta, donde a pesar de albergar innumerables agravios alentadores del yihadismo, se resiste a sus encantos: América del Sur y Central.

La llegada del islam a esta región genera controversia en lo relativo a su localización temporal y procedencia, siendo varias las hipótesis que lo desarrollan. No obstante, la incógnita va mucho más allá de su llegada, centrándose en por qué esta zona geográfica es la única del planeta en la que el islam, y especialmente el islamismo radical, no ha logrado expandirse y asentarse.

daesh-occidente-tobago-ieee

Desde los atentados del 11 de septiembre de 2011 en Nueva York y, posteriormente, los acontecidos en Madrid y Londres, el yihadismo global ha cobrado importancia y adquirido presencia en todas las regiones del planeta, a excepción de la zona centro y sur del continente americano. Un área donde la criminalidad incide hasta en las altas esferas políticas, la violencia del terrorismo yihadista no se siente atraída ni encuentra arraigo suficiente para su asentamiento. Ante la situación generalizada en esta zona del continente, Trinidad y Tobago rompe la norma, consolidándose como el país con mayor índice de yihadistas per cápita de Occidente.

Las condiciones históricas, políticas, económicas y geográficas que posee lo convierten en una base logística perfecta para la captación y desarrollo de operaciones en suelo estadounidense, europeo y como lanzadera de foreign fighters a zonas de conflicto. En suma, el subcontinente americano se consolida como un medio perfecto para la financiación de dichas organizaciones, siendo la sinergia con el crimen organizado un peligro más que probado.

El islam en América latina

En América Latina, las creencias religiosas poseen un fuerte arraigo social y cultural, convirtiéndose en uno de los principales pilares para su población. Fruto de la influencia colonial, el catolicismo se convirtió en la religión imperante: en torno al 95 %1 de la población de la zona profesa dicha religión, constituyendo dos tercios del total de fieles a nivel global.

A lo largo de la historia, Latinoamérica ha acogido diversas corrientes religiosas, consiguiendo muchas de ellas expandirse y asentarse, constituyendo importantes comunidades de fieles. Sin embargo, en el caso del islam, a pesar de ser una de las religiones con más seguidores en el globo, comprobamos cómo en esta zona geográfica podría considerarse una devoción ausente. Sondeos indican que únicamente el 1 %2 del total de musulmanes en el planeta es de procedencia latina, estando concentrados mayoritariamente en Argentina, Venezuela y Brasil3.

Llegada del islam

Analizando la historia surgen dudas sobre el momento exacto en que el islam llegó al continente americano. Hay autores que lo sitúan antes del descubrimiento de América, mientras que otros lo defienden como un hecho posterior y derivado del mismo.

Ivan Van Sertima4, Alexander Von Wuthenau5 o Barry Fell6, entre otros, documentan hallazgos de restos arqueológicos musulmanes o escritos chinos del siglo XII y XIII, sobre el desarrollo del comercio árabe en la zona. S. A. H. Ahsani7, ex embajador de Pakistán en Brasil, a través de su artículo Muslims in Latin America: A Survey, sitúa la primera toma de contacto en el siglo XI, reafirmándose en pinturas halladas en México. A pesar de no existir una fecha o hito histórico concreto que lo corrobore, los conocimientos marítimos avanzados de las civilizaciones asiáticas y del medio oriente darían la credibilidad necesaria a esta teoría.

Frente a lo expuesto, se encuentra la vertiente posicionada tras la llegada de Colón al continente americano. Sheik Muhammad8, Hernán Taboada9 o Luisa Isabel Álvarez de Toledo10, son algunos de los autores que defienden la llegada del islam de la mano de los esclavos y trabajadores de los españoles.

En base a lo mencionado podemos considerar varias olas migratorias. En primer lugar, la ola colonial del siglo XV-XVI, como esclavos y trabajadores procedentes del norte y oeste de África11, no suponiendo el punto de inflexión para su asentamiento en la zona debido-práctica de la taqiyya12, frecuentemente utilizada por yihadistas en la actualidad13. Es habitual centrarse únicamente en el colonialismo español, siendo especialmente relevante la llegada británica con esclavos musulmanes procedentes de la India y Pakistán, protagonizando una segunda oleada tras su liberación como esclavos.

En último lugar, migrantes procedentes de Palestina, Siria y el Líbano, se asentaron a mediados del siglo XIX, en Argentina, Brasil, Venezuela y Colombia; periodo caracterizado por su intensidad y la integración social en los respectivos países de acogida.

Cabe mencionar que al igual que se produjo la llegada de musulmanes, de forma paralela se produjo la de comunidades judías, especialmente tras el holocausto.

Variantes del islam

Como bien es sabido, el islam posee diversas corrientes, las más conocidas la chií y la sunní, sin embargo, existen muchas más variantes que a pesar de ser menos conocidas no son menos importantes. En el caso latinoamericano, podemos clasificarlas de manera clara geográficamente hablando: el islam indo-asiático de Pakistán, Indonesia e India, localizado principalmente en Surinam, Guyana y Trinidad y Tobago; por otro lado, el islam árabe, mayoritariamente sunní, del Líbano, Siria y Palestina, a lo largo del continente; y, por último, la chií, minoritaria, localizada especialmente en Argentina14.

Islam indoasiático

Corriente procedente de la India, llegada al continente americano especialmente a la zona caribeña durante el siglo XIX, cuando se produce la abolición de la esclavitud.

Con especial relevancia en Guyana, Surinam y Trinidad y Tobago, constituyen hoy en día entre el 10 y el 15 % de su población. Es tal la preeminencia desde la revolución iraní en 1979, que tanto Guayana como Surinam comenzaron a formar parte de la Organización de la Conferencia Islámica, facilitando relaciones con diversas personalidades y Estados del mundo árabe, como Libia, Egipto, Irak y Arabia Saudí. Esto ha derivado en enfrentamientos entre el islam indo-asiático y el árabe, ya que los seguidores del islam tradicional árabe no conciben la convivencia con la otra variante15.

Tras el golpe de Estado, en 1990, por el grupo musulmán Jamaat a-Muslimeen, Trinidad y Tobago ha presenciado el auge del islamismo. Dicha organización tenía y tiene por finalidad la liberación de la comunidad afrocaribeña musulmana16.

Islam árabe

Con aproximadamente 6 millones de fieles, esta rama del islam se convierte en la más extendida en el continente. Encabezando la lista se encuentra Brasil, catalogada como «la capital del islam en América Latina»17, gracias a la llegada de inmigrantes palestinos, libaneses y sirios, además de los brasileños conversos.

Dentro del islam árabe, a nivel general, podemos destacar varias corrientes, la sunní y la chií, siendo en este caso la primera la más extendida por los países latinos. El islam se convierte en un nexo espiritual y geopolítico con los Estados árabes de Oriente Medio.

Ejemplo de ello es el caso venezolano, integrante de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), con especiales vínculos con Arabia Saudí (principal representante sunní) y con Irán (principal representante chií). Con los intereses energéticos y religiosos que fundan sus relaciones, converge el lado estratégico «antiestadounidense», especialmente en el caso de Irán; una posición de rechazo contra su presencia en Medio Oriente infundida por el ánimo de expansión de la corriente «socialista», revolucionaria y bolivariana por el subcontinente americano18.

Por otro lado, se encuentra Argentina, segundo país con mayor presencia musulmana, en su caso de corte chií. El caso argentino merece especial atención, ya que en él se localiza la llamada triple frontera, Argentina-Paraguay-Brasil, zona gris que alberga el mayor foco de narcotráfico, además de enlace clave para la sinergia con el terrorismo.

El paso al yihadismo

Para el análisis de su presencia en la zona, es posible diferenciar tres momentos clave que determinaron la ratificación de su asentamiento geográfico.

El primer periodo coincide con el atentado en Buenos Aires contra la embajada de Israel en 1992, seguido del atentado contra el edificio AMIA-DAI en 1994, quedando afirmada la participación de la organización libanesa Hezbolá, que encuentra refugio en la triple frontera19.

Como segundo periodo, tomamos los atentados del 11 de septiembre de 2001, apuntando hacia Al Qaeda, nuevamente con influencia en la triple frontera. Informes posteriores alegaron la coexistencia de diversas convicciones que respaldaban una convivencia de organizaciones terroristas como el Grupo Islámico de Egipto, Hamas, Hezbolá y Al Qaeda, enriqueciéndose a base de actividades ilícitas para su financiación (lavado de dinero, tráfico de armas y drogas)20.

Por último, un tercer periodo localizado después de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid. Servicios españoles e italianos advirtieron de la posible presencia en Argentina del movimiento Jamaat Tabligh21 22, integrado en el país con finalidades de reclutamiento y envíos de foreign fighters a zonas de conflicto. Estudios posteriores apuntan hacia la colaboración de la organización con Al Qaeda.

Tres periodos bien diferenciados para tres corrientes islamistas radicales bien diferenciadas: en primer lugar, la corriente sunní del yihadismo global de Al Qaeda, en segundo lugar, la chií de Hezbolá e Irán y en tercer lugar un islamismo sunní «misionero», cuya finalidad es la preservación de la identidad musulmana y la moral islámica frente a los no creyentes, de Jamaat Tabligh23.

Oportunidades de expansión

El islam es la religión que cuenta con una mayor rapidez de expansión, pudiendo llegar a superar en número de fieles al cristianismo en pocos años24; sin embargo, América Latina se postula como la única región en la que se incumple la hipótesis.

Resulta curioso comprobar como una religión que halla su mejor público en las comunidades más desfavorecidas, encuentra resistencia en las sociedades latinas, a pesar de compartir dicha peculiaridad25.

Esta dificultad viene relacionada con las características innatas de la propia religión, incompatibles con las tradiciones socioculturales inherentes al islam.

La rigidez cultural que implica la religión árabe choca con la tradición nativo-americana, el abandono cultural que supondría la conversión se hace imposible para los foráneos latinoamericanos, y viceversa. No estando ninguna postura predispuesta a la renuncia cultural ni a los valores autóctonos.

Estudios realizados por el Council on American-Islamic Relations revelan un aumento en el número de conversiones desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, tanto en Estados Unidos como el latino américa26.

En el caso latinoamericano los agravios hacia la conversión varían con los dados en los casos europeos, movidos, no por discrepancias con su identidad nacional, sino por una «continuidad lógica», es decir, este proceso no es considerado, bajo su punto de vista, como un cambio de religión, sino más bien como una continuidad de esta: «el paso del judaísmo al cristianismo y de éste al islam es un camino de perfección, y no el paso a algo distinto»27.

En cambio, las corrientes políticas anticapitalistas y antioccidentales, están moviendo cada vez a más individuos a recurrir a esta religión, bajo sus promesas de salvación, paraíso y limpieza espiritual. Mientras que la crisis identitaria con respecto a sus antepasados étnicos, ponen en apremio la «religión adquirida» o impuesta por los colonos, con la religión nativa. Surgen así conflictos de creencias que derivan en la búsqueda de vías alternativas.

Por otro lado, las sociedades musulmanas dilatan la presencia religiosa a todas las esferas, incluyendo la política, siendo la religión la guía legislativa, económica y social; por el contrario, en Latinoamérica los gobiernos progresivamente evolucionan hacia su secularización, dificultando aún más la expansión del islam28. Esta secularización, sumada al predominio del catolicismo y a la pobreza de la región, suponen elementos de rechazo a la inmigración a la zona, lo que imposibilita la llegada de corrientes musulmanas y por lo tanto su expansión29.

El punto de mayor relevancia, en cuanto a yihadismo se refiere, lo encontramos en las relaciones con Occidente y Estados Unidos. Las raíces históricas y la cercanía geográfica han permitido el refuerzo de estos lazos, convirtiendo a los países latinos en dependientes de Estados Unidos o de la influencia europea.

Sinergia con el crimen organizado

Atendiendo a la definición de crimen organizado y terrorismo, encontramos su principal aspecto diferenciador en la finalidad lucrativa de la primera frente la finalidad de cambio político o social mediante el terror de la segunda. Sin embargo, cada vez es más común la fructífera sinergia entre ambas30.

El principal foco de este uróboro se localiza en la triple frontera Brasil-Argentina- Paraguay, «caracterizada por el escaso control estatal y una alta permeabilidad; Estados fallidos como Haití, además de determinadas zonas en Colombia, Chile y Venezuela, donde la financiación del terrorismo se torna sencilla»31. Este conglomerado de elementos permite al terrorismo un perfecto sistema de financiación basado en el contrabando, el lavado de dinero, el tráfico de armas y estupefacientes, e incluso de documentación falsa que facilite los traslados internacionales de foreing fighters.

Diversos informes de inteligencia demuestran la existencia de «yihadistas latinos» procedentes de Argentina, Brasil, Chile, Trinidad Tobago y México, además de flujos de dinero hacia Oriente Próximo, que oscilan entre los 60 y los 1000 millones de dólares al año32. Latinoamérica no se estrena como lugar de asilo para el terrorismo, habiendo pasado previamente por ETA o por los mismos nazis.

Tras analizar los datos proporcionados anteriormente no sorprende el hecho de que Trinidad y Tobago se haya consagrado como el país del western con mayor número de yihadistas per cápita33, gracias a su situación socioeconómica y su alta criminalidad34.

Siendo más que sabido el alto nivel de corrupción en las agencias estatales de seguridad y la alta criminalidad en todos los países latinoamericanos, podría considerarse como el escenario perfecto para la financiación de organizaciones terroristas, dándose la sinergia entre crimenorganizado y terrorismo: «Pese a la necesidad de controlar estas rutas con la implantación de medidas acordes a la amenaza, las agencias de inteligencia de América Latina no se dedican a estudiar en profundidad el terrorismo yihadista»35

El caso de Trinidad y Tobago

Trinidad y Tobago, compuesto por dos islas localizadas entre la zona sur del Caribe y el océano Atlántico, al noroeste de la porosa frontera con Venezuela, constituido por tres principales grupos étnico-religiosos: el indio como más predominante (35,4%), el africano (34,2 %), y el mestizo (22,8 %)36. De sus tres religiones principales, el islam, sunní, únicamente constituye el 10 %37 del total, frente cristianos e hindúes.

Siendo en su mayoría de procedencia india, se consolidan como el grupo predominante frente a una minoría afrotrinitense conversa, con un elevado índice de exclusión social, caldo de cultivo de yihadistas38 39.

La principal organización islamista del país, reconocida y apoyada por el Gobierno es Anjuman Sunnat-ul-Jamaat Asociation, criticada por el colectivo afrotrinitense, quienes claman la carencia de apoyo hacia su colectivo, representando únicamente el lado indio40.

Para comprender el aumento del salafismo en Trinidad y Tobago, es necesario hacer mención de su principal fuente de ingresos: la industria petroquímica y las exportaciones de petróleo y gas, que en términos económicos se resume en el 80 % de sus exportaciones y el 40 % de sus ingresos41. Constituido como el mayor exportador de gas licuado a Estados Unidos y uno de los más ricos de América, no cabe sospechar sus relaciones con otros países del sector. Entre ellos Arabia Saudí, quienes durante los años setenta financiaron visitas de imanes wahabitas para educar y reclutar jóvenes, que tras ser enviados al país saudí regresaban a Trinidad y Tobago para predicar la palabra42 43.

Sin embargo, el punto de inflexión de expansión del yihadismo no se da hasta el año 1990, cuando el grupo radical Jammat-al-Muslimeen toma el Parlamento a través de un golpe de Estado fallido, motivados por la discriminación hacia la población afrotrinitense, los altos niveles de desempleo, la alta tasa de criminalidad y la inflación, siendo este colectivo el más afectado. Como afirma Cotte, este intento de golpe de Estado convierte a Trinidad y Tobago en el único país del hemisferio occidental en sufrir una insurrección islámica.

Investigaciones posteriores manifestaron la colaboración y apoyo a la organización por parte del Gobierno libio de Gadafi a través del World Islamic Call Society (WICS), ya no solo monetariamente, sino también proporcionando entrenamiento de muyahidines en campos de entrenamiento.

Jammat-al-Muslimeen y Dáesh

En sus inicios, esta organización fue creada para combatir el narcotráfico, el crimen y la pobreza. Gracias al apoyo libio consiguió crecer rápidamente, lo que le permitió establecer alianzas con 85 de las 175 mezquitas instaladas en el país.

Como se ha dado en el caso de Túnez, por ejemplo, el paso por la prisión ha significado un avance en la expansión del yihadismo. Durante el golpe de Estado, el Gobierno trinitense, como medida para acabar con la insurgencia, pactó con Jammat-al-Muslimeen la amnistía de sus presos a cambio de frenar el ataque. Esa amnistía, además de ser vivo reflejo que lo logrado por el Gobierno de Ben Ali en Túnez44, otorgó a la organización un sentimiento de impunidad y fuerza que reforzó las relaciones políticas, sociales y criminales, e impulsó la creación de otras organizaciones yihadistas. Como consecuencia de las detenciones arbitrarias existe en Trinidad y Tobago una gran desconfianza hacia el aparato de seguridad e inteligencia y del sistema de justicia.

El crecimiento de este movimiento durante los últimos años se debe a la política de ayuda social que se ha llevado a cabo en las zonas más precarias del país, frente al abandono del propio Gobierno, convirtiéndoles en «los salvadores» del pueblo: «Afirman abogar por todos los ciudadanos de Trinidad y Tobago y dicen oponerse a toda forma de discriminación, pobreza, corrupción y narcotráfico»45.

Sin embargo, el apoyo mostrado por la organización a través de redes sociales hacia Dáesh hace que se convierta de forma directa en soporte a la organización terrorista, proporcionando nuevos muyahidines a sus filas. En el grupo de radicalizados trinitenses destacan los afroconversos menores de 35 años, con carencias familiares y traumas nacidos de infancias y adolescencias complicadas ligadas especialmente a su condición económico-social, carentes de conocimientos del Corán y relacionados con el crimen organizado46.

Siendo dos los principales agravios que guían hacia la senda del yihadismo: la nefasta situación económica que se evidencia ante las elevadas expectativas salariales ofrecidas por Dáesh, y el sentido de aventura, búsqueda de identidad y paraíso47. Un factor fundamental en la capación de muyahidines es el inglés, lengua oficial en Trinidad y Tobago48 49, posibilitando el calado del discurso y posicionando a los yihadistas trinitenses en los altos cargos dentro de Dáesh.tabla-daesh-ieee.

Intereses yihadistas

Ha quedado claro que Trinidad y Tobago está constituido por una minoría musulmana y que no enfoca su lucha hacia la constitución de una República Islámica, sino que sus se centran en el reconocimiento y apoyo a su pueblo.

Se viene contemplando durante los últimos años como especialmente Dáesh, utiliza de manera estratégica diferentes localizaciones geográficas para atacar a su mayor enemigo: Estados Unidos y Occidente, encontrando en estas islas el lugar idóneo como base estratégica en diferentes ámbitos.

Por el lado geoestratégico y de capital humano, Trinidad y Tobago, tal y como se menciona anteriormente, es el principal exportador de gas licuado a Estados Unidos, además de mantener estrechas relaciones con Canadá y Reino Unido, quedando sus petroquímicas en manos extranjeras: BP en manos británicas, Shell, Gasfin y Centrica en chonas y Summer Soca para Estados Unidos.

Hasta la puesta en vigor del Brexit, los trinitarios no necesitaban visado para entrar en Reino Unido, lo que unido al espacio Schengen, les proporcionaba vía libre para su circulación por Europa, algo que ha sido utilizado para su llegada a Turquía y posterior entrada en Siria.

Por otro lado, la financiación. En este caso existen dos factores importantes a tener en consideración: la cercanía con Venezuela y la sinergia con el crimen organizado.

Se señala reiteradamente una vinculación entre el yihadismo trinitense y Venezuela. El líder de Jammat-al-Muslimeen, Yasin Abu Bakr, ha manifestado insistentemente su admiración por el líder venezolano, Hugo Chávez, denunciándose en innumerables ocasiones contrabando de armas, municiones, drogas y el lavado de dinero desde Venezuela. La cercanía geográfica entre Venezuela y Trinidad y Tobago, la porosidad de las costas trinitenses y la existencia previa de actividad criminal entre ambos países han consolidado la vinculación.

En el 2014, se arrestó en Caracas a 19 ciudadanos trinitenses bajo sospecha de viajar a Siria para unirse a Dáesh. Entre el grupo había ocho hombres, tres de ellos imanes y cinco acusados de terrorismo, tres mujeres y ocho niños. Entre las evidencias halladas encontramos 100 000 dólares norteamericanos, 66 pasaportes, ropa militar, computadoras y teléfonos satelitales, descubriéndose además que los varones habían obtenido entrenamiento militar en Venezuela por parte de dos policías, previa unión a Dáesh. Para algunos, este caso demuestra la conexión terrorista entre Trinidad y Tobago y Venezuela52.

Paralelamente el crimen organizado juega su propia liga. Trinidad y Tobago cuenta con una de las mayores tasas de criminalidad de la zona, llegando a decretar el estado de emergencia en el año 2011 por la ola de violencia registrada. Los discursos violentos resultan el hook perfecto para la captación de adeptos. La arraigada filosofía de violencia establecida en el país ha permitido la correlación con el yihadismo.

El surgimiento de organizaciones islamistas radicales captó la atención de las autoridades estatales, no por su vinculación con el terrorismo internacional, sino por su colaboración con el crimen organizado. Esta desarrollada infraestructura, experta en el lavado de dinero, tráfico ilícito de armas, personas y demás actividades ilícitas53, hacen de esta zona caribeña una ganga para el terrorismo internacional.

El crimen organizado trinitense se organiza en bandas, desarrollando negocios que les proporcionen beneficios económicos, además de invertir servicios sociales y ayuda a su pueblo, consiguiendo prestigio y el apoyo necesario para la captación de adeptos.

Nuevamente el «efecto penitenciario», la nefasta gestión penitenciaria y de reinserción convierte los centros en el escenario idóneo para que islamistas radicales capten nuevos discípulos para la yihad armada.

Contraterrorismo aplicado

Ante la alarmante fuga de trinitenses hacia Siria e Irak con total impunidad, Estados Unidos y diversas naciones vecinas, emprendieron medidas que frenaran la unión al Califato y su posterior, y más peligroso, retorno. De tal forma, en febrero de 2017, Estados Unidos y Trinidad y Tobago pactaban una mejora en las herramientas de detección, detención y persecución de yihadistas trinitenses; se crea el Personal Identification Secure Comparison and Evaluation System (PISCES)54. La finalidad de PISCES es identificar la identidad de viajeros internacionales mediante bases de datos internacionales, detectando individuos que puedan suponer un peligro para la seguridad pública. Meses después, en noviembre de ese mismo año, el Consejo de Seguridad Nacional trinitense decretó la «estrategia comprensiva antiterrorista», con la cual se persigue y detiene a todo aquel que apoye y ensalce el terrorismo, contando con la colaboración los centros de inteligencia estadounidenses, británicos e israelíes, mediante bases de datos compartidas55.

Conclusiones

Resulta llamativo comprobar como el yihadismo, corriente especialmente acogida por integrantes de economías y sociedades frágiles, no encuentra su hueco entre los Estados latinoamericanos y caribeños, a pesar de contar con estos agravios en su máximo exponente.

La lucha por y para el reconocimiento, tanto social como divino, queda secundada por un móvil fáctico: el económico. El crimen organizado, siendo su principal diferencia con el terrorismo el ánimo de lucro está prodigiosamente integrado en la sociedad y política latina, poniendo las cosas complicadas al yihadismo. La actitud de la población latinoamericana evidencia las diferencias innatas entre estas dos metodologías en lo relativo a sus finalidades y factores push-pull.

No obstante, una vez más, el agente geoestratégico sobrepasa barreras ideológicas en favor de estrategias políticas. El avance del marxismo en diversos países latinos, caracterizados por un sentimiento antiestadounidense innato, se ha postulado paralelamente con la yihad. Siendo considerado Estados Unidos como el enemigo, el «infiel», ambas vías se han solapado en un mismo punto de inflexión: el imperialismo norteamericano.

Tomando a Irán y a la izquierda latina, como el más claro ejemplo antiestadounidense, no cabe dudar la presencia en la zona de organizaciones terroristas como Hezbolá y el establecimiento de sus filiales latinas.

A pesar de las diferencias expuestas anteriormente, la posibilidad de convergencia y cooperación se tornan reales, gracias a la concordancia de factores como antiamericanismo, antisionismo (acentuando la diferencia con el antisemitismo), la lucha por la imposición cultural occidental y la reafirmación de la lucha armada56.

Además, se añade la existencia de importantes zonas grises, refugio de organizaciones tanto criminales y terroristas, beneficiándose mutuamente en el ámbito económico y estratégico. Destacando especialmente la triple frontera Brasil-Argentina-Paraguay, Estados fallidos como Haití y determinadas zonas de Colombia, Chile y Venezuela57; no queda más que comprender este fenómeno como una amenaza híbrida, entremezclando fines ideológicos, políticos, económicos y religiosos.

Trinidad y Tobago se consagra como la excepción. En este caso, el uróboro crimen organizado-yihadismo se persona gracias a la relevante comunidad musulmana del país, siendo el sentimiento religioso-cultural el principal móvil para su lucha. Nuevamente tenemos un claro agente diferenciador entre la motivación de cada corriente: en este caso, las dificultades económicas vienen causadas especialmente por la discriminación a la cultura afromusulmana, siendo por tanto la religión el principal agravio hacia la radicalización. Dáesh, explotando sus métodos de inteligencia en el caldo de cultivo trinitense, con la limosna como cebo.

El problema que deriva de esta situación es la impasibilidad nacional e internacional ante un problema aparentemente imaginario, pero que como se ha podido comprobar, coexiste con los diversos tipos criminales. El envío de foreign fighters por vía aérea a través de Estados Unidos y Europa, ha sido posible gracias a la permisibilidad derivada de la carencia de medidas de inteligencia y prospectiva. El cada vez más frecuente uso de la taqiyya entre los islamistas radicales supone un obstáculo a la hora de descubrir muyahidines con ánimos de atacar, sin embargo, con las opciones que nos brinda la inteligencia es posible detectarlos desde la raíz, siendo la prospectiva la mejor herramienta antiterrorista.

Las detenciones en masa y arbitrarias, sumado al precario sistema penitenciario y a las amnistías, ha jugado a favor del yihadismo. A modo comparativo tenemos el caso tunecino, donde la estrategia contraterrorista llevada a cabo sólo sirvió para acentuar el problema contra el que se luchaba: las prisiones se convirtieron en hervideros yihadistas, aglomerando innumerables individuos que eran radicalizados una vez dentro de los centros, siendo el culmen del problema su puesta en libertad tras las diversas amnistías.

La actuación estatal es criticable por diversas vías, en primer lugar, la recién mencionada vía penitenciaria y contraterrorista, y la más importante, el abandono de su población. Organizaciones criminales y terroristas desempeñan una gran labor social que, además de desentonar frente al abandono del Gobierno, consigue el apoyo de su gente y la filiación sus filas, consagrándose como sus salvadores y los únicos en proporcionar una solución efectiva al problema.

El principal propósito de este trabajo era la exposición de una realidad poco conocida, pero de vital importancia en la lucha anti yihadista. Un área del planeta que pasa desapercibida en lo relativo a este tipo de terrorismo, pero que para nada se escapa a sus garras. Una vez más se evidencia como en muchos aspectos el yihadismo consigue utilizar de manera más eficiente la prospectiva y la estrategia, quedando como única vía de actuación ante el mismo el contraataque, en vez de la prevención; siendo el primer paso que dar la mejora de la situación económica y social de las comunidades más desfavorecidas, nos encontramos aún muy lejos de emprender verdaderas soluciones al problema.

Amanda Pérez Gómez/Criminóloga analista de terrorismo internacional.

Bibliografía:
  1. ANDRADE, G. E. “Posibilidades de crecimiento del islam en América Latina: oportunidades y dificultades”, Universidad del Zulia(35), 2017, pp. 117-132. p. 119.
  2. Asociación islámica para América Latina y el Caribe. (s.f.). Asociación islámica para América Latina y el Caribe. Obtenido de Asociación islámica para América Latina y el Caribe.
  3. BERMÚDEZ, Á. “Por qué América Latina es la única región del mundo donde no crecerá el islam”, BBC News, 4 de abril de 2017.
  4. van sertima, Ivan. TheyCameBefore Columbus: TheAfricanPresence in AncientAmerica, Nueva York, PenguinRandomHouse, 1976. ; Ivan Van Sertima, AfricanPresence in EarlyAmerica, Nueva Jersey, TransactionPublishers, 1987.
  5. VON WUTHENAU, Alexander. Unexpected Faces in AncientAmerica: TheHistoricalTestimony of PreColumbianArtists, 2a ed., Nueva York, Crown Publishers, 1980.
  6. FELL, Barry. Saga America, Nueva York, ThreeRiversPress, 1983.
  7. S. Ahsani. “Muslims in LatinAmerica: A Survey”, Journal Institute of Muslim Minority Affairs, vol. 5, nº.2. 1984.
  8. MUHAMMAD, Sheik. Los musulmanes en Argentina, ponencia presentada en el Congreso El Islam en las Dos Orillas, Buenos Aires, 09 de febrero de 2004.
  9. TABOADA, Hernán. “El moro en las Indias”, Latinoamérica. Revista de Estudios Latinoamericanos, núm. 39, Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México, México, 2004, pp. 115-132.
  10. ÁLVAREZ DE TOLEDO, Luisa Isabel. “África versus América. La fuerza del paradigma”, Córdoba, Junta Islámica, Centro de Documentación y Publicaciones, 2000.
  11. TABOADA, Hernán. Islam, en BALDERSTON, Daniel, GONZÁLEZ, Mike & LÓPEZ, Ana María (editores), 2000, Encyclopedia of contemporary Latin American and Caribbean culture, Vol. 2, New York & London: Routledge.
  12. QUIRING-ZOCHE, Rosemarie. “GlaubenskampfoderMachtkampf? Der Aufstand der Malé von BahianacheinerislamischenQuelle”. SudanicAfrica, 1995, 6, pp. 115-124.
  13. GÓMEZ, A. P. “La “taqiyya”: infiltrarse entre los infieles por Alá”, Atalayar, 2021.
  14. CARO, I. “Identidades Islámicas Contemporáneas en América Latina”, Universum(22), pp. 27-39, 2007.
  15. Ibidem.
  16. ZAMBELIS, Chris. "Jamaat al-Muslimeenon Trial in Trinidad and Tobago", Terrorism Monitor, 2006.
  17. CARO, Isaac. Fundamentalismos
  18. CARO, I. “Identidades Islámicas Contemporáneas en América Latina”, Universum(22), pp. 27-39, 2007.
  19. “Terrorist and organizedcrimegroups in thetri-borderarea (TBA) of South America”, Federal Research Division, 2003. Washington DC.
  20. CARO, I. “Identidades Islámicas Contemporáneas en América Latina”, Universum(22), pp. 27-39, 2007.
  21. 21 BORREGUERO, E. “¿Quiénes son los 'tablig'?”, El País, 26 de enero de 2008.
  22. DÍAZ, O. T. (2016). El movimiento Tablighi: De la India colonial del XX al escrutinio internacional del XXI. IEEE, 2016.
  23. CARO, I. “Identidades Islámicas Contemporáneas en América Latina”, Universum(22), pp. 27-39, 2007
  24. BERMÚDEZ, Á. “Por qué América Latina es la única región del mundo donde no crecerá el islam”, BBC News, 4 de abril de 2017.
  25. ANDRADE, G. E. “Posibilidades de crecimiento del Islam en América Latina: oportunidades y dificultades”, Universidad del Zulia, 2001, pp. 117-132.
  26. ROJAS, Marcela. "Some Latinos convert to Islam", TheJournal News, 30 de octubre de 2005 (03-11- 2006).
  27. CARO, I. “Identidades Islámicas Contemporáneas en América Latina”, Universum(22), pp. 27-39, 2007.
  28. ANDRADE, G. E. “Posibilidades de crecimiento del Islam en América Latina: oportunidades y dificultades”, Universidad del Zulia, 2001, pp. 117-132.
  29. Ibidem.
  30. GÓMEZ, A. P. “El uróboro latinoamericano: ¿Ausencia yihadista o fusión con crimen organizado?”, Atalayar, 2021.
  31. Centro de Estudios del Medio Oriente Contemporáneo (CEMOC), &Botta, P. (2010, julio). La doble cara de Hezbolá en América Latina. Centro de Estudios del Medio Oriente Contemporáneo (CEMOC). Programa de Estudios sobre el Irán Contemporáneo (PEIC). pp. 3-4.
  32. “Descubre los secretos nunca contados de la amenaza de terrorismo en América Latina”, Iniseg, 2017.
  33. MIRANDA, B. “Por qué Trinidad y Tobago se convirtió en el país occidental con más yihadistas de Estado Islámico per cápita”, BBC, 8 de marzo de 2017.
  34. GÓMEZ, A. P. “El uróboro latinoamericano: ¿Ausencia yihadista o fusión con crimen organizado?”, Atalayar, 2021.
  35. PAREJA, V. “La amenaza del terrorismo yihadista en América Latina”, Thepoliticalroom, 2019.
  36. VERA, E. V. (s.f.). El yihadismo caribeño de Trinidad y Tobago. Issuu.
  37. Online, O. I. (s.f.). Islam in Trinidad and Tobago. Obtenido de Oxford IslamicStudies Online: http://www.oxfordislamicstudies.com/article/opr/t125/e2400
  38. VERA, E. V. (s.f.). El yihadismo caribeño de Trinidad y Tobago. Issuu.
  39. BADRI-MAHARAJ, Sanjay. “Globalization of thejihadistthreat: Case study of Trinidad and Tobago”, StrategicAnalysis, Londres: Routledge, 2017, pp. 173-189.
  40. MCCOY, John &Knight, W. Andy. “Homegrownviolentextremism in Trinidad and Tobago: Local patterns, global trends,” Studies in Conflict&Terrorism, no. 4, Londres: Routledge, 2017, pp. 1-33.
  41. Ibidem.
  42. COTTEE, Simon. “ISIS in theCaribbean: Trinidad has thehighestrate of IslamicStaterecruitment in the Western hemisphere. Howdidthishappen?”, TheAtlantic, 8 de diciembre de 2016. Disponible en: https:// www.theatlantic.com/international/archive/2016/12/isis-trinidad/509930/
  43. MCCOY, John &KNIGHT, W. Andy. “Homegrownviolentextremism in Trinidad and Tobago.
  44. GÓMEZ, A. P. “Túnez, la lacra del terrorismo”, Atalayar. 2020. GÓMEZ, A. P. “Túnez, un hervidero yihadista en auge”, Atalayar, 2020.
  45. VERA, E. V. (s.f.). El yihadismo caribeño de Trinidad y Tobago. Issuu.
  46. BADRI-MAHARAJ, Sanjay. “Globalization of thejihadistthreat: Case study of Trinidad and Tobago”, StrategicAnalysis, Londres: Routledge, 2017, pp. 173-189, p. 178.
  47. MCCOY, John & KNIGHT, W. Andy. “Homegrownviolentextremism in Trinidad and Tobago: Local patterns, global trends,” Studies in Conflict&Terrorism, no. 4, Londres: Routledge, 2017, pp. 1-33. p. 16.
  48. ÁRNOZ, I. “EEUU sigue el regreso de yihadistas del ISIS”, SEGURIDAD REGIONAL AMERICANA, 2019, pp. 24-27. p. 26.
  49. IRIARTE, D. “La peculiar 'yihad caribeña' que ha puesto en riesgo el Carnaval de Trinidad y Tobago”, El Confidencial, 15 de febrero de 2018.
  50. VERA, E. V. (s.f.). El yihadismo caribeño de Trinidad y Tobago. Issuu.
  51. BAKKER, Edwin. “Jihaditerrorist in Europe, theircharacteristics and thecircumstances in whichtheyjoinedtheJihad: Anexploratorystudy”, La Haya: NetherlandsInstitute of International Relations, 2006.
  52. McCoy, John & Knight, W. Andy (2017), “Homegrownviolentextremism in Trinidad and Tobago: Local patterns, global trends,” Studies in Conflict&Terrorism, no. 4, Londres: Routledge, 2017, p. 14.
  53. Badri-Maharaj, 2017: 179.
  54. U.S Embassy in Trinidad & Tobago. U.S Embassy in Trinidad & Tobago, 2017. Obtenido de U.S Embassy in Trinidad & Tobago. Disponible en: https://tt.usembassy.gov/new-pisces-agreement-tt-u-s-will-improve- border-security/
  55. YÁRNOZ, I. “EEUU sigue el regreso de yihadistas del ISIS”, SEGURIDAD REGIONAL AMERICANA, 2019, pp. 24-27.
  56. Centro de Estudios del Medio Oriente Contemporáneo (CEMOC), &Botta, P. (2010, julio). La doble cara de Hezbolá en América Latina. Centro de Estudios del Medio Oriente Contemporáneo (CEMOC). Programa de Estudios sobre el Irán Contemporáneo (PEIC). pp. 5-7.
  57. Ibidem. pp. 3-4.