El Indo-Pacífico: un juego en evolución

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Este documento es copia del original que ha sido publicado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos en el siguiente enlace

Según múltiples estudios, los juegos afectan a nuestra atención, pero también hay que saber que muchos juegos cambian y cada uno tiene sus particularidades. En el ámbito estratégico, su aplicación ha mostrado una metodología y son muchos los autores que han empleado la asociación «juego-estrategia».

Jugadores o actores, jugadas o relaciones internacionales, casillas del tablero o islas en disputa… todo vale para ayudar al pensamiento estratégico o la toma de decisiones. Con una asociación similar, se pretende explicar algunos de los factores de la zona Indo- Pacífico y aspectos del cambio de época actual que puede provocar un cambio de juego o de mentalidad, para acabar hablando de tendencias y de la necesidad de la prospectiva estratégica.

Introducción

«No hay viento favorable para el que no sabe a dónde va»

Séneca

Asociar el mundo del juego o entretenimiento con la estrategia no es nada nuevo, y emplear un tablero, por ejemplo, de ajedrez, para representar el marco de actuación o de disputa también es una comparación habitual en el ámbito académico. La obra del politólogo estadounidense de origen polaco, Zbigniew Kazimierz Brzezinski1, El gran tablero mundial, publicada en 1997, es un ejemplo de esta similitud, que fue conocida por su aportación a la geoestrategia internacional al considerar el «conocimiento» como una herramienta para conquistar el poder.

Un juego basado en el dominio de las piezas, jugadas, normas, relaciones… que se pueden asociar a los actores, las estrategias, la diplomacia y la legalidad vigente en el mundo de la geoestrategia, aunque a veces al simplificar problemas complejos, como el mundo de las relaciones internacionales, puede producir sesgos o visiones parciales2. A pesar de todo, el empleo como modelo didáctico, con la asociación a una partida, generalmente de ajedrez, donde se mantiene el objetivo de conquistar el tablero venciendo las fichas del oponente y combinando movimientos con visión de futuro, aporta mucho y son abundantes los analistas que recurren a esta metodología visual para conectar con las nuevas generaciones o público en general, un clásico valor para el aprendizaje. Aunque el ajedrez es un juego ampliamente difundido en el sistema educativo ruso3, en geoestrategia, hace tiempo que se aplica su similitud en el dominio mundial.

Estados Unidos se autoproclamó protagonista en la partida global basándose en su idea de superpotencia militar, capaz de establecer un «nuevo orden mundial», con la colaboración, de alguna manera, de los países desarrollados, y así presentar al mundo entero el triunfo del modelo democrático y capitalista. Pero las áreas estratégicas donde se libera la partida han ido cambiando y, aunque el foco más reciente es Rusia y Ucrania, no olvidemos la importante partida que se está librando en el Pacífico con China y Estados Unidos como protagonistas. Aprovechemos esta perspectiva del juego en un tablero regional, para entender si todos estamos jugando a lo mismo en el siglo XXI.


El juego

El Indo-Pacífico como tablero donde se está librando una partida geopolítica se puede entender como el espacio que transcurre entre África oriental, el golfo Pérsico, el subcontinente indio, las cadenas de islas del Pacífico, para llegar a la costa oeste norteamericana. El interés por esta zona geográfica está en aumento e incluso ha desplazado el concepto estratégico de Asia-Pacífico, dejando entrever un panorama estratégico de relevancia para los próximos años4. Muchos intereses se centran en esta área compleja, con múltiples factores que pueden determinar jugadas estratégicas, multitud de relaciones a través de rutas de abastecimiento con sus corredores que concentran el comercio marítimo mundial, el creciente número de actores o países que pretenden ser relevantes… Todo eso y mucho más puede configurar determinadas jugadas en la partida, buscando objetivos concretos como asegurar recursos naturales o incluso para ser la potencia regional.

El valor estratégico que representa el tránsito existente en esta región, tanto energético como de mercancías, con puntos clave como el estrecho de Malaca, el de Ormuz y el de Bab el-Mandeb, nos hacen entender que hay zonas del tablero que pueden tener más importancia que otras. El enfoque económico representa el principal motor del cambio Indo-Pacífico, al igual que pasa con la globalización, ya que la economía mundial se está trasladando desde el Atlántico al Pacífico, y hay seis miembros del G20 (Australia, China, Corea del Sur, India, Indonesia y Japón) ubicados en esta región.

En el juego siempre hay jugadas maestras, y para reforzar ese mercado global tenemos la denominada Nueva Ruta de la Seda5 como ejemplo de relaciones que se habilitan en el tablero. Con ella, el Gobierno de Xi Jinping puede influir en el comercio y garantizar el suministro de materias esenciales para poder mantener su crecimiento económico. Las consideradas «autopistas oceánicas» son también clave para mantener el flujo energético proveniente del Golfo e importantes para otros actores energéticamente dependientes, como Taiwán, Corea del Sur o Japón. Con este megaproyecto, China ha desarrollado un propio estilo diplomático y económico con todos los actores de la zona, países grandes y pequeños, todas las piezas tienen su influencia en nuestro tablero. Con más de 60 países afectados por la ruta, supone una parte importante del juego y que no se dio la importancia suficiente en el momento de su presentación por Xi Jinping en septiembre de 2013, a modo de visión estratégica. Un ejemplo de la importancia de la visión a largo plazo en cualquier juego estratégico.

Con esa necesidad de ver a largo plazo y como todos los maestros del ajedrez, los oponentes tratan de anticipar las jugadas, no centrarse en un único factor, fijarse en todas las posibles interacciones, y en nuestro escenario no serán sólo económicas. El conocimiento en la carrera tecnológica, o incluso el factor demográfico, son vitales y pueden tener su impacto en el resto del globo. Cuando la secretaria de Estado, Hillary Clinton, hablara del cambio del eje hacia la región, o cuando creó el Comando del Indo- Pacífico en 20186, se dejó claro que el poder militar tendrá mucho que decir en la partida y la carrera por la adquisición de nuevas capacidades podrán influir en la aparición de nuevas jugadas o incluso modificar el juego durante la partida. Hablamos del factor disruptivo que puede provocar una nueva tecnología como lo relacionado con avances en los dominios espaciales o ciber o la adquisición armas hipersónicas o satélites con capacidad de destrucción.

Como cualquier juego, los ensayos son clave, y las demostraciones de fuerzas militares basadas en ejercicios o maniobras de alto nivel tampoco nos sorprenden y estamos acostumbrados al enfoque diferente de noticias relativas al incremento de maniobras. Influyen directamente en las jugadas como posibles amenazas y proyectan la intención de una potencia sobre otra mostrando su capacidad de actuar, a la vez que representan un escaparte de los aliados con los que cuenta cada uno. Así, tenemos ejemplos recientes, realizados por el presidente Joe Biden, que ha incrementado maniobras militares con la participación de importantes actores regionales como Japón, India y Australia. Los socios en esta zona son determinantes y aunque no todos son iguales, todos cuentan en el juego global, estudiar las intenciones y capacidades es importante para entender el juego.

Principales actores y jugadas

Un tablero estratégico requiere la presencia de los grandes actores que estén dispuestos a luchar por el dominio o el poder de influir en la región. Aquí es fácil identificar las potencias que juegan en casa, como China o la India, y, por supuesto, el papel de los Estados Unidos, que sabe que allí se juega parte del futuro de la competencia estratégica.

Aunque a los Estados Unidos se le están presentando algunas debilidades que la cuestionan como una superpotencia de futuro en cuanto al ritmo de crecimiento en el corto plazo, en la actualidad se mantienen como referencia tanto en lo económico como en lo militar o lo tecnológico, si bien, aparecen cada vez más informaciones que cuestionan este dominio. El enfoque hacia esta región ya formaba parte de la política exterior de Washington con la Administración Obama, buscando precisamente contrarrestar la creciente influencia de China, y se ha mantenido o incluso potenciado tanto con Donald Trump como con Joe Biden.

La Administración de George W. Bush ya entendió la importancia de esta región y destacaba los actores de China, Japón e India. Un paso más sucedió con la Administración Obama que proporcionó más recursos tanto diplomáticos como económicos o militares. Y la Trump reconoció la región del Indo-Pacífico como el centro de gravedad mundial, se identificaba pieza «rey» de nuestro tablero. Incluso se destacaba como principal competidor estratégico al otro actor relevante, la poderosa China. El gigante asiático sigue con su curva ascendente de adquisición de nuevas capacidades militares y tecnológicas, en paralelo a su crecimiento económico, mostrándose como el actor que puede ser protagonista en el futuro orden regional. Para ello, China busca tener aliados y emplea todo su poder para asegurar la expansión de sus intereses a lo largo de la región mientras mantiene sus aspiraciones expansionistas en el Pacífico.

Las relaciones y las normas que cada protagonista pueda establecer le permitirán influir en la manera de apoderarse de una casilla del tablero o ser más relevante que otro cuando hay algo en disputa. Se buscan alianzas, se buscan posiciones estratégicas, las jugadas para poder ejercer el poder militar o influencia son múltiples y diversas. China, argumentando una defensa de sus intereses o del territorio o incluso la protección de su flota pesquera, se ha movido por el tablero construyendo bases militares en las islas que bordean su costa, muchas de ellas disputadas con otros países (islas Spratley, islas Paracel, islas Senkaku/Diaoyudao). No pasan desapercibidos este tipo de esfuerzos que asocian lo militar con lo económico, con el ejemplo sucedido en 2016 donde la Armada del Ejército Popular de Liberación construyó en Djibouti su primera base militar en el extranjero. El factor económico es permanente y en 2017 China tomó el control del puerto de Hambantota en Sri Lanka, una vez que el gobierno esrilanqués no pudo hacer frente a la deuda acumulada por su construcción. El poder económico influye en el juego de forma determinante, países como Camboya o Laos, por ejemplo, poseen una deuda7 con China del 25 y 45 % de su PIB nacional, respectivamente o Pakistán que mantiene una de las mayores deudas8. Países como Nepal o Bangladés, históricamente aliados tradicionales de India, han pivoteado hacia China también en los últimos años por razones similares, los movimientos en el tablero por parte de China son continuos, las influencias basadas en lo económico crecen.

Australia, otro actor clave que aporta un papel de un país democrático de cultura occidental, en 2017 abrió su estrategia9 promoviendo un mayor entendimiento con otros países que comparten una visión similar, como serían Japón, Corea del Sur, India e Indonesia. Este país representa un interés geográfico por su enlace entre el Pacífico y el Índico aunque sus relaciones con China se han deteriorado recientemente lo que ha provocado una disminución de la percepción de seguridad.

India, como actor relevante gracias a su poder demográfico está llamado a ser cada vez más influyente en la región y tanto China como Estados Unidos tratan de asegurárselo como aliado, de una u otra manera. Nueva Delhi, con su estrategia anunciada por el primer ministro Narendra Modi, apuntaba un giro hacia los países que compartían preocupaciones comunes como el crecimiento del poder económico y militar en la región10.

Las alianzas, como herramienta geopolítica, representan jugadas de gran impacto y han sido una constante. El reciente ejemplo de AUKUS, donde tanto Australia como el Reino Unido y los Estados Unidos, formalizaron un acuerdo estratégico enfocado a la construcción de submarinos de propulsión nuclear, suponía por primera vez una transferencia de este tipo de tecnología con alguien que no sea Reino Unido y con la clara intención de contrarrestar el creciente poder de China en Pacífico sudoeste. El dotar a Australia de submarinos nucleares de ataque (SSN), también es visto como fuente de futuros conflictos en la región.

Los actores del lado asiático del Pacífico no han mostrado adhesión a determinados proyectos de integración regional tipo Unión Europea, si bien la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) aparecía como una jugada de alianzas clave. Con 10 países muy diferentes en muchos aspectos, incluso con conflictos en determinados ámbitos, la ASEAN ha representado esa comunidad que tenían un interés, principalmente económico11, común. A pesar de su dilatada historia12, no ha mostrado resultados favorables, pero sí que ha sido capaz de constituirse como una organización convencional de integración en Asia Oriental, después de ser capaces de abrir un diálogo con sus vecinos como Japón, China y Corea.

Sobre el factor militar, el enseñar músculo, siempre formó parte de las estrategias, no sólo en nuevas capacidades sino en actitud y determinación. Así, los ejercicios y maniobras militares son una jugada muy presente en la zona y noticias sobre diferentes países realizando simulacros combinados no nos resultan extrañas. Los «ejercicios militares de Cooperación y Entrenamiento en el Sudeste Asiático», liderados por Estados Unidos suelen responder a simulacros cuando China y Rusia realizan sus ejercicios de guerra a gran escala en la región y cuentan con la participación de diferentes países13. Estas jugadas, representan un tipo de alianza militar donde se muestra el compromiso con la seguridad en la región.

Aunque los actores son muchos, en el «tablero mundial» se diferencian «jugadores geoestratégicos» y «pivotes geopolíticos», siendo el primero el que puede ejercer influencia más allá de sus fronteras y el segundo presenta más limitación en el juego, aunque según la situación y la jugada un Estado puede pasar de un papel a otro14. En la actualidad, los países profundizan en sus fortalezas y debilidades para pensar en su futuro y estrategia, pudiendo cualquier actor ser relevante en el Indo-Pacífico cuando se habla de seguridad regional por el momento de inestabilidad que se está viviendo. No es de extrañar que las principales estrategias de las superpotencias o alianzas toquen o la región y quieran influir de alguna manera en el juego, OTAN, UE, España,... La partida de ajedrez que vive el tablero global es una partida igualada, aunque otros conflictos más dramáticos y la era de la información pueden producirnos otra idea. La opinión pública y el filtro burbuja15 facilitan ideas más uniformes, como nos dijo el autor Eli Pariser: «Es fácil y agradable recurrir a información que coincida con nuestras ideas acerca del mundo; consumir aquella que nos invite a pensar de otra manera o a cuestionar nuestras suposiciones es frustrante y arduo»16. Pero quizá nos dificultan observar como actores emergentes se van consolidando y aumentan su poder por diferentes factores, como la demografía, la tecnología, las alianzas…

Experiencias y nuevo juego

Hay partidas que se recuerdan por las lecciones que aportan. En 1798, en medio del Océano Pacífico, un capitán de un ballenero británico descubrió la isla de Nauru17, con apenas 21 km2, pero por su paisaje y entorno fue bautizada como «la isla agradable». En 1906, se descubrieron fosfatos y pronto se inició su extracción para cubrir las necesidades, principalmente, australianas y neozelandesas. A pesar de que la isla fue cambiando de manos, Alemania, Australia, Japón… la explotación del recurso se mantuvo hasta que en 1968 logró su independencia.

Poco después, el tercer estado más pequeño del mundo18 alcanzó un PIB per cápita de los más altos del planeta, no había impuestos, la sanidad, el transporte o el periódico eran gratis, mucho lujo se concentraba en un espacio tan pequeño, era un paraíso terrenal que recuperaba el espíritu con el que fue bautizada. Hoy, Nauru permanece como una isla casi olvidada por su fracaso en la planificación en la explotación de sus recursos, aparece como un Estado fallido y representa una pieza o casilla del tablero que muestra que la riqueza no asegura el futuro, que un actor puede dejar de ser relevante con una jugada equivocada. Sin una estrategia a medio o largo plazo, se puede pasar de ser un paraíso terrenal a un puro infierno, es lo que se conoce como el síndrome de la cigala o la paradoja de la abundancia.

Ejemplos como Nauru muestran la importancia de la planificación a largo plazo, como una manera de apoyar las decisiones actuales y pensar con criterio. El interés del escenario «Indo-Pacífico» está condicionado por ese pensamiento estratégico a largo plazo, donde las piezas que se mueven hoy no siempre son vistas con claridad y pueden formar parte de una jugada que requiere varios movimientos. Aquí entran los avances y la tecnología, junto a otros motores del cambio, que pueden influir en la partida o incluso hacernos cambiar de juego en plena partida, ya no todos jugamos a lo mismo, podría pasar que unos opten por el ajedrez y otros prefieran el tablero del juego de origen oriental «go», como una manera de asociarlo al factor cultural.

En los entornos de hoy, ganar la partida global en cualquier juego es algo muy complejo, siempre habrá variables inesperadas, los conocidos cisnes negros o incluso los ruidosos rinocerontes grises19… La prudencia siempre marca jugar cualquier partida estratégica poco a poco y asentándose en las casillas que la situación permita, pero sin dejar de mirar a la visión final que cada actor busca. Esa es la diferencia principal entre el ajedrez y el «go», donde la intuición juega un papel destacado y el tener una visión lateral y con prospectiva ayudan a hacerse con el tablero.

«Go» y ajedrez son juegos de estrategia, cada uno tiene su enfoque, pero de forma general «go» es más simple en cuanto a normas, aunque más complejo en cuanto a desarrollo. El ajedrez es un juego jerárquico donde el objetivo es atrapar al rey, en el «go» es un juego considerado imperial y busca dominar el mayor territorio posible. Además «go» requiere de una visión más a largo plazo, de ahí que se considere al juego más estratégico y precisamente los cerebros artificiales han necesitado más tiempo y tecnología para superar al hombre. Así, AlphaGo, la inteligencia artificial de DeepMind (Google), venció al campeón del mundo de este juego en 2017, mientras que el Deep Blue lo hizo ante el mítico Kasparov en 1997. Las posibilidades del «go» son prácticamente infinitas, así en el movimiento de apertura en ajedrez hay 20 movimientos posibles y en «go» el primer jugador tiene 361 movimientos posibles20, manteniéndose una proporción similar durante todo el juego. En cada movimiento el jugador debe repensar su propio plan de ataque y adaptarse al cambio, contar que habrá imprevistos y sabiendo que su creatividad puede influir en la partida.
Quedándonos con lo más relevante, la idea que surge es que el pensamiento lineal ya no es suficiente para ser influyente en el tablero mundial, la necesidad de definir buenas estrategias y la época de cambios que produce incertidumbres, hacen que se busquen metodologías que reduzcan el caos. No es de extrañar que muchos países y organizaciones tengan departamentos directamente relacionados con la prospectiva e inviertan en la formación en esas herramientas. Mencionar como ejemplo, el equipo Red Team21 donde Francia reúne tanto a científicos como militares o expertos en ciencia ficción. Se busca romper con el pensamiento lineal y favorecer el pensamiento estratégico. Por ser positivos, en España, se ha visto esta necesidad y en el Estado Mayor Conjunto de la Defensa (EMACON)22, tras la última orden ministerial de reorganización, disponemos de una División de Desarrollo de la Fuerza (DIVDEF) encargada de liderar el proceso de prospectiva, orientado a definir el marco estratégico militar, apoyándose en áreas de conocimientos militares y civiles. Incluso existe un Comité Ejecutivo de Prospectiva que con el análisis y la aplicación de herramientas define los posibles futuros escenarios, contribuyendo al planeamiento militar.

Fuera del tablero

Dwight Eisenhower dijo «Los planes no son nada; la planificación lo es todo», pensar de manera sistemática sobre el futuro, incluso si no podemos predecirlo con exactitud, nos ayudará a prepararlo y estar más adaptados a los posibles cambios. Es precisamente algo que busca el nuevo liderazgo: la rápida adaptación al cambio con criterio, esperar lo inesperado con visión a largo plazo.

La planificación de escenarios, como herramienta de prospectiva, forma parte de esos esfuerzos que buscan reducir la incertidumbre característica de la era que estamos viviendo y aunque nos cueste entender el entorno, las diferencias culturales, y somos menos racionales de lo que pensamos, podemos tratar de conocer lo mejor posible las tendencias y pensar, no conformarse con las predicciones23, ir al terreno de la mencionada prospectiva. Los escenarios representan esas historias que miran el futuro, pueden ser posibles o no, pero producen un impacto psicológico que no lo tienen los diagramas y las ecuaciones. No se trata de jugar a la bola de cristal, es prever, comprender las variables y factores que afectarán al futuro con toda seguridad.

No todos, pero algunos cambios se producen de forma cíclica y en el corto y medio plazo, la clave es identificarlos. Algunos tienen gran impacto y son más a largo plazo, estando relacionados con las megatendencias o cambios potenciales que pueden influir en las decisiones. Incluso las megatendencias pueden tener la capacidad de ser destructivas, de ahí el interés en su identificación y análisis en cualquier escenario y como herramienta. La tecnología ayuda, los datos, la inteligencia artificial… el complemento ideal que nuestros cerebros (y expertos) necesitarían para mejorar en esta difícil ciencia.

Una universidad norteamericana24 realizó un estudio sobre la calidad de las predicciones mediante entrevistas con 284 expertos en política. El psicólogo Philip E. Tetlock, autor que levantó una empresa preocupada por el futuro, desarrolló una filosofía sobre los «superforecasters»25, aportando mucho, nos dejemos atraer mediáticamente por expertos seguros, que no dudan. El resultado fue demoledor, se cuestionaba el papel de los considerados expertos o grandes estrellas del análisis político que aparecían en los medios más importantes ya que eran los que más fallaban, su fama no se debía a su capacidad para acertar, había otros factores.

El dilema que se da en el negocio de las predicciones se enfrenta a nuestras limitaciones para entender, tanto jugadas largas en cualquier juego como los aspectos culturales arraigados a través de la historia. Nos sentimos mejor con certidumbres, con la seguridad de los análisis basados en tendencias; a los decisores de hoy les gustan las gráficas y estadísticas y tienen su utilidad, como el papel de expertos que muestran seguridad, buscando el blanco y el negro. Además, curiosamente no solemos penalizar a los que se equivocan en sus predicciones26, normalmente tienen más recursos para explicar y convencer.

Tenemos expertos que predicen que Estados Unidos perderá su papel de superpotencia que predicen el nuevo papel de China27 o incluso acciones más agresivas como la próxima intervención en Taiwán. China ha mostrado una progresión increíble para ser una potencia en muchas áreas sin que eso implique un dominio mundial ya que ha tenido una visión más interior que exterior y más económica que militar, reforzado con las capacidades todavía reducidas en algunos aspectos como la de proyección de fuerzas militares. Los aliados mantendrán su fidelidad siempre que puedan mantener su seguridad, y en una región donde todos los actores cuentan, algunos han empezado a ver los beneficios económicos de acercarse a China.

Si en la obra de Brzezinski, se habla de que todos los imperios que precedieron al dominio estadounidense provinieron de Eurasia28 y recomendaba el hacerse con el control de esa región para mantener el poder, ahora que se habla de China29 como próxima superpotencia, quizás también alguno entienda que la necesidad de hacer lo mismo con su posible predecesor en el orden hegemónico y la partida actual que combina ajedrez y «go» se libere para facilitar ese control.

Conclusión

La geopolítica como tablero donde se desarrolla un juego con actores, relaciones, jugadas… no es nada nuevo y ha servido a diferentes autores en varias épocas a simplificar enseñanzas y entender mejor la lucha por la supremacía. Pero a igual que los juegos, la geopolítica y estrategia evolucionan con la época de cambios y los efectos de la tecnología, lo que hace que aparezcan nuevas formas para influir y defender los intereses.

Los ejemplos desarrollados por China en el Océano Índico, los cuales van unidos a sus acciones en el Pacífico, con reivindicaciones territoriales, incursiones aéreas, acciones comerciales para hacer crecer la deuda… muestran el amplio abanico de posibles jugadas que se está desarrollando. Lógicamente, Estados Unidos no se queda atrás y por medio de alianzas y enseñando su poder militar mantiene su rol de superpotencia, haciendo que las dinámicas en la región sigan siendo tan complejas con sus numerosos factores interrelacionados. La ciencia se mantiene como uno de esos factores relevantes, con un papel creciente, para ayudar a los gobiernos a decidir con criterio o estar preparados frente a lo inesperado y con ayuda de herramientas de prospectiva como una aproximación para ser generadores de cambios que nos lleven al éxito con una visión a largo plazo.

Una cita de Pete Berra decía que «Es difícil hacer predicciones, en especial sobre el Futuro», puede parecernos inútil cualquier esfuerzo de modelar y predecir escenarios ante el incremento de la complejidad de cualquier juego global, pero una organización sin prospectiva sería como una brújula sin norte, una manera de aumentar los riesgos e incertidumbres.


David Cuesta Vallina*
@iDacMac
 

Bibliografía

1 Consejero de Seguridad Nacional del gobierno del presidente de Estados Unidos Jimmy Carter (1977-1981).

2 KAHNEMAN, Daniel, Pensar rápido, pensar despacio, Debate, Barcelona, 2012, p. 52.

3 La ministra de Educación y Ciencia de Rusia, Olga Vasilieva, anunció en 2017 que el ajedrez sería asignatura obligatoria en las escuelas. Todos los escolares de primer grado estudiarán ajedrez durante cuatro años con un mínimo de 33 horas anuales.

4 En 2007, durante un discurso del primer ministro japonés Abe Shinzo, donde se emplea por primera vez el término de Indo-Pacífico como muestra de ese pivote geopolítico en sustitución de la visión Asia-Pacífico.

5 La tradicional Ruta de la Seda, término empleado en 1877 con el geólogo Ferninand con Richthofen. de la pertenecía a la era de la dinastía Han y conectaba Asia Central e India 

6 El Comando del Pacífico, responsable de la región Indo-Asia-Pacífico, es el más antiguo y el más grande entre los seis mandos de combate unificado de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos.

7 Disponible en: https://es.statista.com/grafico/19693/paises-que-mas-le-deben-a-china/

8 Disponible en: https://gaz.wiki/wiki/es/National_debt_of_Pakistan

9 Policy Roadmap.

10 Act East Policy 2014.

11 Entre los objetivos marcados en su fundación en 1967, se encuentran el aceleramiento de sus economías, su desarrollo social y cultural y la promoción de una paz y estabilidad regional mediante la cooperación de sus miembros.

12 ASEAN fue fundada en 1967 por Filipinas, Indonesia, Malasia, Singapur y Tailandia.

13 Alemania, Australia, Bangladesh, Brunéi, Canadá, Corea del Sur, Estados Unidos, Filipinas, Francia, India, Indonesia, Japón, Malasia, Maldivas, Nueva Zelanda, Singapur, Sri Lanka, Tailandia, Timor Oriental y Vietnam.

14 Como jugadores geoestratégicos se consideraba a Francia, Alemania, Rusia, China e india mientras que por pivote

15 Filtro burbuja, término acuñado por el ciberactivista Eli Pariser que define al estado de aislamiento intelectual en el que puede derivar el uso de algoritmos por parte de las páginas web para personalizar el resultado de las búsquedas.

16 PARISER, Eli, «El filtro Burbuja», Taurus, Barcelona, 2011, p. 22.

17 Disponible en: https://en.wikipedia.org/wiki/Nauru

18 Solo superado por el Vaticano y el Principado de Mónaco, así como la república más pequeña del planeta.

19 Disponible en: https://mochilaliderazgo.blogspot.com/2022/01/153-gray-rhino.html.

20 Número de posiciones posibles en un juego de go: 10^ (10^48) a 10^ (5,3× 10^170). Número de posiciones posibles en una partida de ajedrez: ~10^43 a 10^50. Esta es la razón por la que las computadoras tienen dificultades para jugar Go.

21 Disponible en: https://redteamdefense.org/decouvrir-la-red-team

22 Disponible en: https://emad.defensa.gob.es/unidades/emacon/

23 FRIEDMAN, Jeffrey A. War and Chance», Oxford, New York, 2019, p. 191.

24 The Wharton School of the University of Pennsylvania.

25 Disponible en: https://en.wikipedia.org/wiki/Superforecaster

26 TETLOCK, Philip, Superforecasting, the art and science of prediction, Penguin House, New Yor, 2015, p. 10.

27 BURROWS, Mathew, The Future Desclassified, Macmillan, New York City, 2014, chapter 5, p. 162.

28 Eurasia denominada como el «tablero de ajedrez» y considerada la región más importante geopolíticamente hablando debido a que concentra el mayor número de personas, recursos naturales y posiciones geoestratégicas y territoriales del mundo.

29 GARCÍA ALLER, Marta. Lo Imprevisible, Planeta, Barcelona, 2020, p. 60.